Tetsuya era un hombre bastante serio y rara vez hacia alguna broma o sonreía. Se miraba al espejo y continuo ensayando una sonrisa natural... parecía una mueca de falsedad, se sentía tan inútil que salió de su habitación para desayunar. Un sábado como ese solo daban ganas de sentarse a observar el jardín. Encontró a Mei comiendo extrañamente perdida viendo la pared de enfrente, tal vez podría ser un buen abuelo si conversaba con ella.
-Buenos días, hija, ¿Cómo estás? –dijo amablemente y Mei lo miro feliz.
-Buenos días, abuelo. Bien, ¿y tú?
-Dando molestias para recordarme que aún no me marchito. –respondió sentándose mientras comenzaba a comer.
Mei parecía extrañamente más arreglada que de costumbre y en su silla colgaba su cartera, pensaba salir. Solo que no tenía idea de adonde ni con quien. ¡Y si tenía un novio! No, no podía ser, ella era una chica centrada en sus estudios... Bueno, salía de vez en cuando con compañeros, posiblemente se quedó de ver con ellos para estudiar.
Esos pensamientos lo torturaron que no se dio cuenta que Mei término y se levantó de la mesa.
-Gracias por la comida. Iré al centro comercial a comprar unas cosas y volveré apenas termine, abuelo.
Tetsuya la miro irse sin la menor idea de lo que dijo. Al ver que se iba en el carro de la casa y acompañada por Tsubasa se relajó un poco.
-Estaba sonriendo esta mañana. –dijo dándose cuenta. -¿Estará enamorada?
La plaza comercial estaba ya con gente; padres con sus hijos, parejas, hermanos, compañeros entre más. Mei sostenía su bolso con algo de pena, la verdad era que estaba allí para comprar un termo nuevo, el que le presto Yuzu tenía una enorme ralladura por algún raspón, Mei juraba que lo cuido muy bien y no sabía qué hacer. Debía reponer lo que rompió así que acudió a la plaza en busca de un nuevo. Saco el termo de color rojo de fondo y con unas imágenes realmente extrañas para un objeto como ese.
Ella como muchos leyó los libros de historia y reconoció al dios Ra, luego estaba el famoso ojo de Horus para terminar con un Ankh. Parecía curioso aquello y se preguntó que tanto le gustaría a Yuzu la mitología egipcia. Encontró un hermoso establecimiento para tazas y esas cosas, entro y el encargado la atención amablemente sin dejar de sonreír.
-¿En qué puedo ayudarla, señorita? –dijo con el encanto de un empleado que ama su trabajo.
-Yo... quería ver si podrían hacer un termo exactamente como este. –dijo extendiéndoselo tímidamente.
El chico lo miro detenidamente y luego miro tanto la tapa como la parte de soporte y se rasco la barbilla.
-Es de una colección especial de hace ya tiempo... unos doce me parece. –dijo pensativo y miro a Mei. –Este salió cuando era niño, recuerdo que en ese entonces la National Geographic saco una serie sobre los egipcios junto a objetos coleccionables.
Mei lo miro, ella realmente llego para reemplazar el termo pero al parecer contaba con una historia interesante y ella quiso oírla para comprender un poco a la persona que la tenía pensativa constantemente.
-De hecho la colección eran de los dioses del horóscopo egipcio. –dijo sonriendo mirando la pieza. –Eran doce cosas de cada dios; llaveros, collares, termos, libros, figuras de medio metro... estas creo eran como versiones a escala y pulseras grabadas. Esto solo se lanzó en algunos países del mundo y Japón fue de esos.
Sin quererlo miro el termo y se preguntó con miedo si acababa de arruinar un regalo.
-Estaban demasiados caros cada uno pues son de materiales excelentes. –suspiro entregándole el termo. –Yuzu seguramente ha de estar dolida por perder semejante regalo, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
SOME (CITRUS)
FanfictionCuando Yuzu y Mei se conocen algo dentro de ellas comenzó a decirles que era el inicio. Poco a poco se conocen más e inevitablemente se enamoran la una de la otra, tratando de lidiar con esos sentimientos cada una trata de alejar a la otra y a su ve...