Capítulo 7: Cara a Cara.

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Puse al día a Nina por si no salía con vida de esta, lo que menos quería era dejar a mis pobres niñitos sin cuidado de alguien responsable, sé que, como decía Hannah, si yo faltaba ahí todo se iría a la mierda.

Nina se estaba maquillando sentada en una silla frente a su tocador, sin prestarme mucha atención.

—Ay, cariño, siempre te metes en líos.— Nina hizo un ademán quitándole importancia a mis palabras, justo después de contarle mi inminente encuentro con el Señor del Crimen.

—Nina, te estoy diciendo algo importante, muestra al menos un poco de interés. Voy a verle justo ahora.—  Mi rapidez al hablar era una clara demostración de mi nerviosismo, pero su respuesta fue una suave risa y sentí que no me tomaba en serio.

—Espera.— Se giró hacia el vestidor de su habitación, lleno de percheros y prendas de ropa. —No pensarás ir así vestida, ¿No?— Dejó de darme la espalda para mirarme con una de sus cejas alzadas. Sus ojos azules se abrieron de par en par cuando encogí mis hombros, sin importancia.

—Me da igual, la verdad. Espera, ¿Tan mal estoy?— Me acerqué a ella mientras me miraba en el espejo de su vestidor.

—No, no, pero...— Movió una de sus manos a su barbilla y la frotó, frunciendo el ceño, con una sonrisilla diabólica. —Déjame a mi. Tienes que verte divina. Quiero decir más aún, jeje...

Suspiré pesadamente poniendo los ojos en blanco, pero decidí confiar en ella.

Quiso ponerme vestido, pero me negué —Imagina que tengo que pelear con vestido y que se me ve todo el...— y luego, sacó prendas que no me convencían.

—Eso. Quiero eso.— Señalé una especie de top de color rojo muy oscuro, como el vino. Este tenía la zona de los hombros y clavículas descubierta, pero también tenía cuello alto y una cremallera que iba desde lo alto de este hasta el final del top. Era precioso. —Que sepas que te lo voy a robar, ya aviso.— Levanté las manos, asintiendo con la cabeza, un gesto que le hizo gracia.

—Y esto— Me pidió ella, señalando una especie de ¿Falda? Le miré extraño y negué, meneando mi dedo índice.

—No llevo falda ni de coña.

—Es un pantalón falda, tonta, mira. Póntelo.— Era una falda que tenía una abertura en la zona del hueso de mi cadera, dejando ver parte del pantalón que llevaba por debajo y mi pierna. Me lo probé. Dejé mis medias y botas habituales, no me acostumbraba a cambiarlas si no era en actuaciones.

—¡AY!— Chilló con voz aguda, asustándome. Di un brinco por el susto. —¡TE QUEDA DIVINO, NENA!— Me miré en el espejo por sus palabras.

Suspiré, por lo menos si llevaba esa cosa no se me verían las bragas al pelear, aunque esperaba no tener que hacerlo.

—Y ya está.— Terminó mi amiga de ponerme un poco de brillo en los labios y la típica sombra de ojos que yo solía utilizar habitualmente. Me veía algo bien, no lo voy a negar, no estupenda, pero pasable.

—De nada.— Comentó.

—¡Oh, mi grandiosa Nina, muchísimas gracias!— Puse el dorso de mi mano sobre mi cara de forma dramática, reímos al unísono y me acerqué para abrazarla. Ella era un poco más alta que yo y tuve que pasar los brazos por debajo de los suyos. —No sé qué haría sin ti.— Besé su mejilla. Lo último lo había dicho en serio.

Cogí mi capa negra para taparme y me puse la capucha, ocultando parte de mi rostro. Me dirigí a la puerta para salir de la habitación de Nina.

—¡Cuéntame si te lo tiras!— Gritó mientras me iba. Le miré con una expresión de "Pero qué coñ-" y seguí mi camino, ella era así.

My Enemy (Silco X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora