Capítulo 13: Niño Progreso.

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Omnisciente

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Omnisciente.

La simple idea de que El Señor de las Líneas hubiera decidido proponerle una salida a La Asesina del Tarot le parecía increíble: Ella era quien tenía que tirar de él para conseguir pasar un poco de tiempo juntos y conocerse mejor, pero esta vez era diferente: Silco se había interesado en saber sobre ella, explícitamente. Lo había dicho, sin tapujos, sin excusas.

Eran simplemente ellos dos, solos, charlando.

Vicky había decidido llevarle al puente, uno de tantos en Zaun para muchos, uno realmente especial para Jinx y ella, donde tantas historias habían compartido, tantas botellas vaciado y tantas lágrimas soltado.

Era un sitio realmente especial para la chica y el hombre lo sabía, se dio cuenta en el momento en el que le vio acariciar la barandilla de este con sus heridas manos, ahora vendadas.

Lo cierto era que Silco había estado más interesado en ella durante las últimas semanas en las que había trabajado para él. Él le había estado observando, su comportamiento, sus manías, sus reacciones, todo. Tenía el repentino deseo, sí, deseo, por descubrir más cosas sobre ella.

Le gustaba especialmente lo nerviosa que podía llegar a estar tan solo con su presencia. Lo había notado; las noches que pasaba en La Última Gota con todos sus hombres, la seguridad que mostraba frente a todos, flaqueaba en el segundo en el que le veía atravesar las escaleras y sentarse en la mesa de la esquina, donde podía observar todo el bar sin ser atosigado por la gente acumulada en las demás zonas. Disfrutaba ver cómo la mujer esquivaba sus intentos de contacto visual e intentaba llamar su atención, montando escenas en el bar, con porte elegante y palabras vulgares.

Al maduro hombre también le gustaba su forma de ser, y aunque le parecía curiosa su forma de relacionarse con los demás, le fascinaba su rebosante aura de persuasión. La realidad era que sabía aprovechar las situaciones y salir bien parada, pero cuando estaban solos era diferente: ese aura de decisión y seguridad se esfumaba en cuanto la mirada intimidante de Silco se posaba en su —comparado con él— pequeño cuerpo. Realmente le gustaba intimidarle.

Vicky pensaba que Silco le debilitaba, y le jodía de sobremanera que con posarle un dedo encima, pudiera hacer lo que quisiera con ella. Después de todo, ella estaba acostumbrada a salirse siempre con la suya y manejar a los hombres a su antojo. Pero él también estaba acostumbrado a conseguir lo que quería, y lo haría sin importar qué tuviera que hacer: esto se aplicaba a todas las situaciones.

En cierta manera, Silco consideraba que Victoria tenía muchas similitudes con Jinx, y a su vez, consigo mismo.

Tal vez una de las razones por las que se llevaban tan bien era porque eran las dos un pequeño caos, ambas tenían algo dentro de ellas, algo muy oscuro, algo que las hacía perder la cordura. La diferencia era que Vicky complementaba a la peliazul con una pizca de sentido común, y tal vez, solo tal vez, un poco más de cordura.

My Enemy (Silco X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora