Capítulo 15: La renegociación.

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Las puertas de La Última Gota nos recibieron, con un barullo especialmente agitado esa noche, y eso que era pronto

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Las puertas de La Última Gota nos recibieron, con un barullo especialmente agitado esa noche, y eso que era pronto.

La música resonaba por toda la sala llena de gente bailando, hablando, jugando y besuqueándose por las esquinas. El ambiente estaba colmado por la música y la fiesta.

Jinx se animó y pidió unas copas, y nos sentamos en una mesa con Sevika, con el hombre de la cicatriz en la mejilla llamado Jack, y la mujer andrógina de labios negros, la cual se llamaba Lyah. Ella y yo nos empezamos a llevar bien cuando le salvé de un Vigilante en una misión que tuvimos en el Puerto, hacía un par de semanas.

Al cabo de un par de copas y de muchas partidas de cartas y una canción en la pista de baile, observé la discreta -pero no desapercibida- presencia de Silco en el establecimiento, bajando las escaleras. Llevaba una camisa blanca arremangada hasta los codos, y la especie de muñequeras de cuero que siempre llevaba adornaban sus antebrazos. Unos pantalones negros algo ajustados complementaban su vestimenta, y me sorprendí atrapándome pensando que se veía atractivo.

Miré a Jinx, quién estaba riendo, sintiéndome culpable por pensar esas cosas sobre Silco.

No debería...

Negué con la cabeza, disipando mis pensamientos.

Me acerqué a la barra a por otra ronda, aprovechando que Silco estaba dirigiéndose a su sala reservada, a la izquierda de las escaleras. Cruzamos miradas mientras pasábamos cerca el uno del otro, pero ninguno dijo nada.

Le miré de arriba a abajo, y no sé si era porque iba algo bebida o por la marihuana, pero esa noche realmente tenía algo que me hacía verle atractivo.

"Estúpidas hormonas." Rodé los ojos y llamé a Thieram, el bartender, cuando llegué a la barra. Él me miró con una sonrisa, secando un vaso con un trapo.

-Otra ronda, cariño, esta la pago yo.- Sonreí y guiñé un ojo en su dirección, y él, sonrojado, asintió apartando la mirada. Dejé el dinero en la barra y me giré discretamente, apoyando un codo sobre la superficie de madera.

Miré de reojo a Silco, esperando que Thieram pusiera la tercera ronda de chupitos de la noche, y él estaba sentado en los sofás del reservado, con las cortinas abiertas, mirando al bar, como de costumbre. Con una copa de whisky y un puro encendido en la mano, encorvado sobre su asiento con las piernas separadas y los codos sobre estas.

Thieram puso una fila de vasos de chupito en la barra y paso una botella abierta por encima, llenándolos de un líquido morado, que parecía Shimmer. Asentí en su dirección como agradecimiento y me giré para mirar directamente a Silco. Él me miró también, y sin pensar, me bebí el trago de golpe, inclinando el vaso vacío en su dirección acto seguido, con una sonrisa que no me devolvió.

My Enemy (Silco X OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora