Cuando se lo conté a Nina, estuvo feliz de que todo hubiera salido bien.
-O sea que ahora estás protegida por el Señor del Crimen, qué sorpresa.
Chasqueé la lengua.
-Me protejo sola, ya lo sabes. Solo somos socios.
-Llegareis más lejos que eso, créeme. O tal vez deberías presentamelo.- Me guiñó un ojo, sus palabras me hicieron sentir algo extraño en el estómago. -Deberías hacer negocios con él en la cama, bebé, eso sí que es llevarlo a tu terreno.
Rodé los ojos.
-No me hace falta, Nina. Le he convencido.-Ella abrió los ojos con sorpresa. -Con palabras.- añadí.
-Oh, dios mío, que virgen eres.
-Si tu supieras...- Susurré, pensando en Viktor poniéndome encima de él, con sus largos dedos apretando mis caderas.
-Espera, ¿qué?- Miré hacia el suelo, maldiciendo mi lengua suelta.
-Me... Besé con Viktor.
-Joder, ya era hora. Los dos queréis follar desde que tenías 15 años.
-¿Qué? ¡No! Yo no-
-Dios, y esas noches que dormiais juntos diciéndole que creías en él, que le querías mucho, todo ese rollo... ¿No te das cuenta de toda la tensión sexual que ha habido a lo largo de los años entre vosotros?- Me sonrojé hasta las orejas.
-No lo había pensado así... Da igual, no podemos... No, no está bien. Es como si me liase con... Mi hermano. ¿Qué pensaría Singed?- tiré de mi pelo, estresada.
-Cariño, que esté mal es lo que le da más diversión. Ya lo entenderás.- Me guiñó un ojo.
[•••]
Después de ir a ver a Nina me encaminé a ver a Singed y charlé un rato con él en su laboratorio. Me regañó un poco por no ir a verle en tanto tiempo, pero al final simplemente me dio un abrazo y me dejó irme. No le conté mucho sobre lo que había estado haciendo, ya sabía lo del orfanato y bueno, ahora, sabe que tengo negocios con Silco.
Me encontraba caminando por Zaun, pasando por puestos de comida y tiendas con artefactos geniales -e ilegales-. Pensaba dejar que cayera más la noche, para ir a ver de nuevo a Silco, aunque solo habían pasado un par de días. Quería ver cuál era su siguiente paso, pero no le dejaría hacer lo que quería, iba a sacarle de su zona de confort. Pasé por mi casa para cambiarme y elegí un vestido ajustado que me llegaba arriba de los muslos esta vez, pensaba... Dar una vuelta.
[•••]
-O me dejas pasar o te rompo la nariz.- Sonreí inocentemente, mientras le hablaba al guardaespaldas de la puerta principal. Me salté toda la cola y mucha gente me reclamó por ello, lo único que hice fue sacarle el dedo de en medio y esperar pelea, pero nadie se acercó.
-Lo siento, princesa, no admitimos extraños.
-Ja...-Empecé a reír y él me siguió, riendo también, nervioso. -Me estás enfadando.
-Uhh, qué miedo.- Uno de los matones de Silco pasó a mi lado, sacando la lengua asquerosamente, paseándose a mi lado. Él tenía el pelo rubio y los dientes extremadamente amarillos, y el otro que iba con él iba rapado y tenía vendas en sus antebrazos.
-¿Y qué vas a hacer, gatita?- Habló el rapado. Pasó sus dedos índice y corazón por mi hombro como si estuvieran caminando. Me dio asco.
"Esto me pasa por intentar ser legal" Puse los ojos en blanco. Le agarré la muñeca con fuerza y puse su brazo detrás de su espalda, presionando con fuerza hacia arriba. Estaba a punto de partirle el brazo mientras él gritaba y yo sonreía mirando hacia el otro.
ESTÁS LEYENDO
My Enemy (Silco X OC)
Fiksi PenggemarAvisos 🔞⚠️: Si eres sensible a cualquier tipo de contenido explícito, no leas este libro. Este libro contiene escenas relacionadas con sexo, alcohol, drogas, tabaquismo, suicidio, violencia y armas. Contenido explícito. Personajes de la serie Arcan...