17

9 4 0
                                    

SeokJin despertó alrededor de la media noche, completamente recuperado como para regresar a su forma femenina y al palacio. Abrió las ventanas sintiendo como su poder se regeneraba, pero algo lo detuvo. Una nueva energía que conocía a la perfección le robaba su don, un nuevo dios sería nombrado muy pronto, aproximadamente al siguiente atardecer. Apretó los puños y de golpe se abrieron las puertas.

Miró con molestia la luna, haciéndola brillar de forma escalofriante.

- ¿Jin? – Interrumpió Tae en la habitación sosteniendo una bandeja con alimentos.

- He sido reemplazado – Bajó la mirada mientras apoyaba las manos en el marco de la ventana. Totalmente destrozado.

Cupido no dijo nada. Desde que Jackson desapareció sin dejar rastro hacia unas semanas, al igual que Jin, el rey tomó la decisión de coronar a un nuevo dios lunar en alianza con Hoseok. Una elección apresurada que sin explicaciones se llevó a cabo. De cierta forma, era extraño. Desconocía a su hermano, el cual pasó varios años preparándose para ser quien es ahora, como para que se comporte como un cobarde sin cerebro tomando el camino fácil. Como una marioneta.

- Jin – Le pone la mano en el hombro.

- Tenías razón, no debí enamorarme - Suspira – Y menos de él.

Tae sonríe.

- Acabas de despertar y ya estas sentimental – Deja la bandeja en la mesa – Jackson te necesita – Soltó de golpe.

- ¿Qué ocurre con él? – Lo miró con intriga, tomando asiento en el marco de la ventana.

Taehyung dedicó aquella madrugada poniendo al tanto a SeokJin de todo lo que a sus espaldas ocurría, contado por Jackson en sus noches de insomnio; desde el destierro de cupido hasta las ultimas noticias o las que logró escuchar en el mercado. El dios seguía sin creer sus palabras. El hombre que había amado tantos años, al que le dedico su corazón y alma hubiera sido capaz de tanta ridiculez. Hasta donde lo conocía, este no era Kim Namjoon.

- Los ensayos de la ceremonia acabarán pronto – Agregó mientras comía de los platillos seguramente hechos por Tae. Lo llenaba de recuerdos, tantos que comenzó a extrañar aquellos días. No existían palabras para describir su dolor o siquiera tristeza, porque solo eran memorias juntos y tal vez no podría seguir viviendo, no de la misma forma y menos a su lado.

- ¿Irás? - Cuestionó - ¿Qué piensas hacer? – Retiró los trastes sin despegar la mirada de su amigo.

- Defender a mis hijos – Dicho esto, Jin se levantó de su asiento sobre el marco de la ventana – No he sido buena madre y espero que no sea demasiado tarde para tratar de serlo.

- Desearía poder ir, pero debo mantener seguro este lugar –

- No te preocupes – Asintió y se fue.

Taehyung exhaló mirando la luna; - Suerte, Jin –

Por otro lado, Namjoon organizaba a petición de Hoseok, una de las más grandes coronaciones para un dios lunar en compañía de sus protectores, los lobos que jamás se había visto. Estaba lleno de rituales y extravagancias en los detalles de cada adorno, pero, algo le recordaba a Jinnie, la luna siempre fue su favorita y amaba cuando pasaban tiempo juntos en compañía del astro sobre los cielos.

No podía negarlo, la extrañaba. Observo aquel orbe descender dando paso a un radiante sol; - Jinnie, mi cielo. ¿Dónde estás? – Susurró conteniendo la tristeza de su corazón.

•°•°•°♧

El más pequeño de los cupidos había terminado los ensayos de lo que próximamente seria su nueva vida, indeseada pero no tenia elección.

Apoyado contra el espaldar de su cama se quedó reflexionando sobre ciertas cosas, incluso del raro amorío con su ángel guardián. Sentía aquel amor tan vacío y que en ocasiones le daban escalofríos. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por la llegada de quien tanto había analizado hace un rato.

- Ten, debes hidratarte – Yibo dejó sobre la mesa un vaso de un líquido que Xiao desconocía, pero que el ángel siempre lo hacia beber desde que tenía uso de razón.

Asintió y bebió hasta la última gota, aunque por accidente lo derramó un poco. Los sentimientos hacia el hombre regresaron, veía al que era el amor de su vida, la razón de su existencia, cada vez dependía más de él y no podía evitarlo. Yibo le dedicó una sonrisa forzada y procedió a retirarse, topando con la presencia de Sowon en el pastillo, quien sostenía la ropa de mañana para el gran evento. Realizó una reverencia siguiendo con su camino.

- Xiao – Llamó, pero el nombrado no respondió, se había quedado dormido en su cama. Ella sonrió con ternura dejando la ropa en la mesa. En ese momento sus dedos tocaron un liquido un poco espeso de color rosa intenso, como sus ojos.

Un delicado aroma de las pociones de amor usadas para las flechas la confundieron, también poseían esencia de pasión, formando un elixir categorizado como "Obsesión", no obstante, faltaban unas pizcas de odio para hacerlo altamente tóxico. Un liquido peligroso inventado por sus antepasados que solo ella conocía, hasta ahora. Rápidamente se acercó a su hermano. Su corazón se detuvo, el aroma estaba impregnado por todo el cuerpo, incluso en la boca se escapo una gota. Las manos comenzaron a temblarle, eso explicaba la romanización tan repentina con Yibo.

¿Por cuánto tiempo lo ha estado drogando?

Retrocedió decidida a contarle todo a su padre cuando unos brazos la agarraron fuertemente, y un pedazo de tela fue amarrada en su boca. Una vez inmovilizada, comenzó a sollozar mientras apretaba los ojos, con brusquedad le dieron la vuelta, tomando su mentón obligándola a mirar a quien fuera su captor. Por un momento se sintió aliviada cuando sus ojos conectaron con los de Jackson, hasta que recordó que él no seria capaz de tomarla de esa forma, ni menos que sus manos le recorrieran la figura del cuerpo o inhalara el aroma del cuello. En definitiva, no era su hermano.

Segundos después, perdió la conciencia sintiéndose asqueada.

•°•°•°♧

- ¡Jack, baja a desayunar! – Gritó Moon desde la cocina con dos platos siendo llevados al comedor.

-

Jackson bajó al instante mientras guardaba los libros en la mochila

- Tienes examen – Se acomodó en la mesa - ¿Estudiaste?

- Roncas mucho – Respondió – Apenas y dormí – Dejó los platos sobre la madera.

Sonrió apenado.

Mientras tomaban el desayuno, Jackson creyó ver un rizado cabello dorado pasar por la ventana, seguro era su imaginación jugando otra vez y continuó como si nada. Al otro lado de la pared, Sowon sostenía su arco con flecha mientras la copia de su hermano le controlaba el cuerpo por medio de diminutos hilos.

Le era imposible hacer cualquier sonido con tal de advertir a Cupido. La punta de la flecha tocó el cristal y pronto disparó.

- Jack, no crees que viene siendo momento de que – Moon fue flechada con el elixir "obsesión" con unos toques de dependencia emocional.

- ¿De qué...? – Jackson fue alcanzado por otra flecha, pero a diferencia de Moon, esta poseía una sobre carga de sentimientos vacíos.

Ella siente la necesidad de ser amada, aferrándose a lo irreal. Si él no le pertenece, nadie más podrá tenerlo, es suyo, completamente de su propiedad. Por otro lado, él, alguien totalmente diferente a su obsesión, quien hará que la bomba estalle al no corresponderle.

El Enigma De CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora