El Enigma De Cupido

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Cristopher suspiró mientras pasaba una mano por su cabello, aguantando las lágrimas al ver a su mejor amigo muerto sobre la alfombra blanca. Se agachó observando las manos entrelazadas del dios y cupido, negaba constantemente con la cabeza pues no creía a Jackson capaz de un acto tan atroz sin motivo aparente o al menos que él conociera. Por otro lado, Xiao y Sowon sollozaban arrodillados cabizbaja junto a su esposa quien trataba de consolarlos.

Hoseok se desintegró por completo, sin una pequeña esencia de su ser el cielo unió fuerzas con los falsos llantos de los príncipes comenzando a llover con tanta amargura que las aguas eran calientes, casi hirviendo.

Entre varios signos de agua junto con los de viento liderados por la hija menor de la pareja, trataron de desviar los ardientes líquidos que sobrepasaban cualquier material. Solo llovía sobre ellos o los que estuvieran entre las suaves ondas que emitían los hermanos Kim.

Shaned tomó del brazo a su padre guiándolo hacia una burbuja hecha por ella misma. Adoptó una expresión seria y algo tensa.

- Mi intuición no falla, él no fue – Miró con determinación a los príncipes y podía jurar en ese momento Sowon tenía sobre ella una mirada escalofriante, levemente le sonrió.

- Shana, por más que trato de entender por qué defiendes tanto a ese asesino, no puedo – Con cuidado posó su mano derecha sobre el hombro de hija, despertándola del trance de Sowon.

Un brillo escarlata recorrió el iris del rey, de ahí, piscis lo entendió todo.

- Padre, estoy tan cansada – Suspira e hizo que la burbuja que los contenía comenzara a fallar.

- Lo he notado, evita usar tus reservas de poder y menos la intuición, das veredictos incorrectos, eres una piscis no una libra – Sonrió saliendo de la burbuja – Descansa si lo deseas, no todos somos igual de fuertes.

Shaned lo veía perpleja por sus palabras mientras él se alejaba. Definitivamente este poder maligno los volvía idiotas a tal grado de lavarles el cerebro.

- ¿No soy fuerte, padre? – Lo siguió con prisa, Naomi la toma del brazo y niega con la cabeza.

- Hija, ambos sabemos que así es – La reina intervino.

- ¿Mamá? – Exhala con pesadez. Ella solo la mira con un extraño aire de superioridad – Lo siento, madre – Asiente.

Shaned dio una última detallada a los Kim, con un breve impulso por el salto traspasó el campo protector quedando expuesta a la hirviente agua.

- ¡Bang Shaned Chan! – Gritó casi en llanto la reina.

Todos quedaron sorprendidos al ver que el agua no le afectaba ni en el más mínimo cabello. Xiao volteó en dirección a su hermana con furia, quien movía discretamente los dedos de ambas manos tratando de que sus hilos se conectaran con ella, pero fue en vano, algo chocó contra ellos provocando un choque eléctrico. Dio un sobresalto seguido de un ahogo, dejaron a Shaned de lado y atendieron a la princesa.

- ¿Y mi hermana? – Naomi se cruza de brazos, pero nadie siquiera la miró.

Se dirigió hasta el borde del campo protector, se quitó los guantes y extendió la mano que al primer toque con una gota del agua la quemó. Tapa su boca aguardando el quejido mientras sus ojos se cristalizaban y seguían el movimiento de Shaned que pronto se perdió entre la maleza.

- ¿Quién es él para ti? – Susurró tomando la muñeca de su mano herida.

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Las pesadillas al igual que los sueños se cumplen, y nada puede detenerlas.

Jackson respiraba con mucha dificultad, todo daba vueltas ante sus irritados ojos y la tenue luz de una bombilla hacía las cosas más borrosas. Logró sentarse en el pavimento de lo que parecía una habitación muy chica.

El lugar le parecía muy conocido, todo comenzó a aclararse cuando sobre la cama la vio, tal cual su pesadilla, y la frase terminó por destrozarlo.

- Jacky – Su mirada a punto de llorar confirmaba la realidad de la situación – Lo siento.

Algo lo toma del cuello queriendo asfixiarlo, el ambiente comenzaba a distorsionarse tomando lugar ahora frente a una ventana que daba a una sala quirúrgica. Varios médicos se alejaron de la camilla donde reposaba el cuerpo sin vida de Moon.

Jackson golpeaba el cristal desesperado, pero el cristal ni se agrietó. Tras su espalda una cálida presencia posó la mano sombre el hombro, cupido solo negaba dolido mientras seguía mirando el cristal, cayó arrodillado lamentándose entre sollozos.

- Príncipe Kim – Suspira Shaned

- ¿Cómo me has encontrado? - Mantuvo su postura en el piso sin siquiera mirarla.

- Intuición – Se alza de hombros, pero siendo honestos fue la conexión entre ambos la que ayudó en su encuentro.

Cupido solo asiente sin creerle.

- Debes regresar, príncipe.

- ¿Por qué? - Ríe en forma de sarcasmo-, no iré

- ¿No piensas vengar la muerte de tus padres?

Jackson frunció el ceño, con cuidado se levantó tomando aire para luego soltarlo lentamente, miró a través de aquellos ojos verdosos la verdad de sus dolorosas palabras.

- Dime todo lo que sabes – No despegó sus ojos de ella, tragando duro la saliva mientras apretaba los puños.

- Según tus hermanos, algo interrumpió en el lugar y los atacó.

- ¿Están bien?

Niega y luego suspira.

- Algo en ellos me hace desconfiar, por favor – Toma su mano-, no miento y no estoy loca.

Jackson apoya la otra mano en su hombro, de inmediato sintió los rastros que Sowon había dejado casi intactos, sentía como aquella esencia contaba sin muchos detalles lo que verdaderamente había ocurrido.

Los latidos de su corazón se aceleraban con tanto dolor que en sus ojos se formaron nuevamente las lágrimas. Regresó su mirada al cuerpo de Moon.

- ¿Cuándo será aquel día en que por fin mi condenada alma pueda descansar en paz? – Exhala casi ahogado, pero suspira al proporcionarle un golpe al vidrio y apoyarse en este con la cabeza baja.

- Príncipe.

- Dime.

- Ya puede soltar mi mano – Sus mejillas se tornaron mas rojas que sus ojos, y la soltó de inmediato aclarando la garganta.

- Lo siento – Le da una última mirada a la inocente mujer que murió siendo castigada con su presencia. Hace una reverencia como muestra de respeto y cariño -. Quien esté detrás de todo esto, no recibirá mi piedad, conocerán al verdadero monstruo que crearon y estuvo cautivo.

Por mí, por mi familia y por mi luna, no he de tener misericordia de vosotros.