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El Rey estaba sentado en su trono, temblando del miedo mientras trataba de no llorar más, pero sus ojos rojos lo delataban. Sentía como miles de agujas se clavaba en sus iris, y en estas miles de espinas se enredaban entre los conectores de su cerebro. Sus nervios estaban alterados, creía que el corazón saldría de su pecho en cualquier momento.

La idea de tirarse por un precipicio no le parecía tan mala, se olvidaría de sus traumas e iniciaría una mejor sanación para su desgraciada alma. Su dolor era inevitable, angustiante y amargo.

Las lágrimas que no paraban de salir, venían directo del corazón, verdaderamente estaba sufriendo por alguien a quién no las merecía.

Junto con su mujer y Yamile esperaban a los trillizos. Hablarían con ellos primero, luego con el pueblo.

El primero en llegar fue Xiao en compañía de Yibo y raramente llegaban separados pero eso no parecía importarle mientras lo cuidará, luego apareció Sowon muy desanimada era inusual verla así, siempre estaba alegre o concentrada en algún libro. Faltaba Jackson.

Namjoon en medio de la ansiedad no espero más y puso en marcha su discurso.

-Comencemos la reunión- Dijo el rey con la voz quebrada

-Padre, falta Jackson por favor. Esperemoslo unos cinco minutos más- Reclamó el menor de los hermanos, por primera vez en mucho tiempo, vería a su hermano. Aquél que siempre lo amo desde lo más profundo de su corazón.

-No- Respondió molesto- Él queda-

Las puertas del salón principal interrumpieron sus palabras, cupido había llegado y no de buen humor, su apariencia era exactamente igual a la de un bad boy.

Se podía sentir como sus emociones chocaban horriblemente. Sus miradas se entrelazaron al instante, provocando cierta incomodidad a los presentes. Nadie se atrevía a decir algo era un completo silencio. Jinnie no entendía el odio que provenía de los cuerpos de su esposo e hijo y decidió intervenir.

- Jackson, al fin llegas- Dijo feliz la diosa mientras se acercaba a su bebé.

-Madre- Se alejó de ella y desvío la mirada hacía otro lado. Sentía vergüenza e intentaba no entrar en pánico, ya no veía una hermosa mujer que le dio la vida, en su lugar estaba un hombre adolorido emocionalmente.

Y aunque así fuera, ¿Que tiene de malo?, su madre era hombre y lo admite con un orgullo sin vergüenza. Lo único que le dolía era en que todos estos años le hicieran vivir una mentira, una fantasía con trama de dolor y suspenso. Tal vez, las cosas hubieran sido diferentes, si desde un comenzó hubieran sido honestos y no con los demás, sino consigo mismos. Se destruyen ellos y a quienes más aman.

Ella notó su comportamiento extraño y regresó al lado de su marido con el corazón hecho pedazos. Al mirar al hombre con el que se había casado, él seguía con la mirada llena de rencor, ¿Cuál fue el mal que ocurrió para estar ellos así?.

Si las miradas fueran armas de asesinato cupido ya estaría a más de tres metros bajo tierra.

-Los reuní aquí hoy, para dar la horrible noticia del asesinato de Kim Dae-hyun. Mi padre.-

-Y piensas que yo lo hice, Cierto?- Interrumpió nuevamente mientras miraba el reflejo de su padre por los grandes ventanales decorados con cristales de colores que formaban la representación del odio, amor y pasión. Sus palabras tenían cierta aura de guerra, quería desafiarlo pero Namjoon lo ignoró y continuó como si nada, como si no existiera.

-La seguridad en el castillo será reforzada y liderada por el Ángel Guardián, aquí presente Wang Yibo. En tus manos cae la responsabilidad de la familia real y del pueblo-

El Enigma De CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora