Childe abrió los ojos, despertándose por la molesta alarma de la prisión, indicando que ya era hora de despertarse. Miró el techo con humedad, estirando los brazos y bostezando. Le dolía la espalda de estar durmiendo en ese colchón duro, la manta que tenía apenas abrigándole lo suficiente. Había dormido bastante mal esa noche, habiéndose despertado varias veces por el frío. Pero bueno, no podía quejarse. No tenía que compartir celda con nadie mas que quizás alguna que otra cucaracha, por lo que evitaba lidiar con toda esa gente que lo más probable es que lo quisieran muerto. Los bichos no eran tan molestos, y eran fáciles de matar.
Childe se levantó de la cama arrastrando los pies, las puertas de las celdas abriéndose mientras el sonido de la alarma se detenía por fin. Eran exactamente las seis de la mañana, y como cada día su misma rutina de siempre daba comienzo. Childe se quedó en la puerta de su celda, observando como los demás reclusos empezaban a salir también al pasillo, dirigiéndose al comedor, todos siendo vigilados por los guardias de seguridad. Las voces empezaron a inundar el módulo, los prisioneros desfilando por los pasillos como si fueran zombies.
Él se encontraba en uno de los módulos más peligrosos debido a los crímenes de los que se le culpaba, y aunque sus compañeros supieran sobre que "era un asesino en serie", no parecían temerle. O bueno, eso sería lo que la mayoría de personas podría pensar al verlo. Childe parecía bastante más débil de lo que era en realidad, y los recién llegados siempre recibían una cálida bienvenida al intentar darle una paliza, pensándose que sería sencillo vencerlo. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había perdido en alguna pelea ahí... Bueno, quizás con los dedos de ambas manos. Pero nada comparado con el número de sus victorias. Aún así, siempre procuraba meterse con gente que sabía que tenía las de ganar.
Childe siguió a sus compañeros, bostezando.
Había sido la misma rutina durante los últimos cuatro años, con algunas variaciones durante la semana debido a la distribución de las tareas, pero la esencia era la misma. Despertar, desayunar, tareas, ir al patio donde probablemente alguien los metería a ambos en una pelea, sala de castigo... De vuelta a su celda. Y así pasó cuatro años. Sin recibir visitas de nadie, ninguna llamada. Nada.
Se había ganado varios apodos entre los reclusos, los rumores se habían esparcido como la pólvora, y estaba seguro de que alguno de los guardias se lo habría creído. No le molestaba que le llamaran Tartaglia, aunque no tenía ni idea de dónde había salido el nombre. Algunas veces se habían referido a él directamente como monstruo, pero otros apodos no realzaban sus hazañas sino sus fracasos. Y a decir verdad, tampoco le molestaba. Era el más joven del módulo, habiendo entrado con dieciocho y ahora teniendo veintidós. Había sido un como un cachorrito perdido durante su primera semana en prisión, estando las tres primeras noches llorando y el resto de los días asustado. Sí, él había cometido varios crímenes, pero todos eran menores, imposible de comparar con alguien que de verdad había matado a alguien a sangre fría. Childe no era ese tipo de persona en el fondo, pero si quería sobrevivir tuvo que creerse todos esos títulos que lo alababan. ¿Le llamaban monstruo? Entonces actuaría como uno.
Entró al comedor, un espacio igual de monótono que el resto de la cárcel. Cogió una de las bandejas que habían puestas sobre la barra, deslizando la superficie por el metal.
Los presos se ocupaban del mantenimiento de la prisión, incluyendo también cosas como la lavandería o cocina. Childe sonrió divertido al ver a Roald detrás de la barra, sirviendo el mejunje al que ahí llamaban alimento. El hombre había sido condenado por asesinar a su jefe, pero lo pillaron en su intento de huida. Childe miró su nariz, tapada con una gasa y su labio con un parche. Tenía entendido que en su pelea de la semana pasada le había roto la nariz y que había tenido que ser trasladado al hospital para que le operaran. No lo había visto hasta ese momento, y no iba a desaprovechar una oportunidad como esa para burlarse de él.
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𝙍𝙚𝙙𝙚𝙢𝙥𝙩𝙞𝙤𝙣 [ 𝘼𝙐 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ] 𝙍𝙚𝙢𝙖𝙠𝙚
أدب الهواةChilde es un criminal condenado a cadena perpetua y es obligado a colaborar en una investigación junto con Zhongli, un agente del FBI. ✄┈┄┈┄┈┄┈┈┄┈┄┈┄┈┈┄┈┄┈┄┈┈┄┈┄┈ Empezada: 6/1/22 Acabada: 25/3/22 ★A C L A R A C I O N E S★ -FBI/Modern AU -Los perso...