𝙍𝙚𝙙𝙚𝙢𝙥𝙩𝙞𝙤𝙣 [ 𝘼𝙐 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ] 𝙍𝙚𝙢𝙖𝙠𝙚

11: La fiesta

Los días pasaron, y la fiesta de Ningguang se acercaba cada vez más a un paso vertiginoso. En esos días rara fue la vez enl a que volvieron a acudir a la sede del FBI, manteniendo las distancias lo máximo posible, solo yendo ahí para entregar informes sobre lo mal que les estaba yendo la investigación (cosa que era cierta). Zhongli agradeció que Childe tuviera un buen instinto de supervivencia, ya que en varias ocasiones le alertó de que alguien los estaba siguiendo cuando se encontraban en público. A veces él estaba más distraído en buscar pistas o cosas así, que no se percataba de la presencia de alguna persona. Childe demostró tener bastante control de su entorno, algo que a Zhongli le resultó normal que tuviera (pasar tanto tiempo en la cárcel tratando de sobrevivir debió haberle obligado a estar mucho más atento a su alrededor).

Se encontraba decepcionado por el hecho de que no hubieran sido capaces de encontrar nada más por su cuenta, teniendo que esperar pacientemente a que el día de la fiesta llegara y pudieran hablar con Ningguang... En el caso de que ella estuviera dispuesta a ayudarlos, claro.

Childe no parecía tener muchas esperanzas en que eso pudiera llegar a suceder, pero Zhongli decidió ignorarlo.

La fiesta era en dos días, y el pelirrojo se dio cuenta de que no tenía ropa adecuada para ir a la fiesta, por lo que volvieron al centro comercial al que habían ido cuando Zhongli lo recogió de prisión. Hu Tao los acompañó para hacer sus compras.

Zhongli y Childe bajaron del coche, encontrándose a Hu Tao saludarlos animadamente en la entrada del centro comercial, sujetando una bolsa. Eran las seis y media de la tarde, ella habría salido de trabajar hacía una hora al menos.

—¡Zhongli, Childe! —los saludó ella mientras ellos caminaban hacia su posición—. Hacía bastante que no nos veíamos en persona —sonrió, colocando las manos en sus caderas. Zhongli y ella habían estado hablando diariamente por teléfono, pero era cierto que no se veían cara a cara desde el restaurante, a pesar de haber ido varias veces a la sede del FBI—. Me alegra ver que estáis bien.

—Igualmente —sonrió Zhongli. Desvió la mirada hacia la bolsa que sujetaba la chica, señalando para luego preguntar de qué se trataba—. ¿Qué es eso?

—¿Esto? —preguntó ella, elevándola un poco—. No es nada, he tenido que ir a comprar varias cosas —respondió, haciendo un movimiento con la mano, restándole importancia—. De todas formas quiero decirte una cosa, han preguntado por ti —dijo Hu Tao bajando la voz e inclinándose hacia él. Zhongli frunció el ceño—. Se están dando cuenta de que algo no va bien, Zhongli —el castaño apretó los labios, asintiendo—. No creo que sea seguro que continuéis en tu apartamento.

—Está bien—susurró—. Pensaré en algo —Hu Tao, sonrió, incorporándose. Zhongli se giró a mirar a Childe, quien lo miraba con una expresión algo preocupada. Era bastante obvio que el FBI no iba a tardar mucho en percatarse de que estaban tramando algo, sobretodo cuando él era el responsable de Childe.

—Bien, dejando ese tema a parte... —Hu Tao se acercó a Childe, dándole una palmadita en el hombro—. Tenemos que buscarte ropa, ¿no? —Childe asintió, sonriéndole de vuelta.

Entraron en el centro comercial, estando bastante lleno debido a que era sábado.

—Vale, quiero ir a una tienda en específico —dijo el pelirrojo, colocándose al frente y empezando a avanzar, sin esperar una respuesta.

Zhongli y Hu Tao lo siguieron sin hacer muchas preguntas, dirigiéndose a los pisos superiores usando las escaleras mecánicas. Child iba mirando los carteles donde indicaban la posición de cada tienda y la del cliente, buscando la tienda a la que quería ir. Zhongli no tenía ni idea de qué se supone que estaban buscando, pero lo dejó pasar, que a diferencia de Hu Tao no paró de preguntar una y otra vez adónde se dirigían. Childe no contestó ni una sola vez. Zhongli tenía bastante curiosidad por saber el porqué de tanto secretismo, pero los nervios sobre la fiesta y el FBI lo mantuvieron bastante distraído.