𝙍𝙚𝙙𝙚𝙢𝙥𝙩𝙞𝙤𝙣 [ 𝘼𝙐 𝙕𝙝𝙤𝙣𝙜𝙘𝙝𝙞 +18 ] 𝙍𝙚𝙢𝙖𝙠𝙚

10: Greedy

Childe suspiró, los chorros de agua caliente impactando contra su magullada espalda. Alargó la mano hacia la cicatriz más grande, ubicada en su espalda alta, rozando la piel con las yemas de sus dedos. Ahogó un jadeo, apartando la mano al instante al notar el pinchazo de dolor que le recorrió todo el cuerpo.

De vez en cuando esa cicatriz le dolía, solo cuando hacía movimientos bruscos o cuanto la tocaba. Era un verdadero estorbo.

Suspiró, cerrando el grifo del agua tras haberse dado cuenta de que llevaba demasiado tiempo abierto. Además, había terminado de ducharse hacía varios minutos.

Childe salió de la ducha, colocando los pies sobre la alfombrilla de baño y secándose con la toalla, pasándola por su espalda con cuidado.

Miró de reojo la ropa que había preparado antes de ducharse, dejando la toalla sobre su cabeza mientras se acercaba a coger su ropa interior, vistiéndose. Zhongli y él habían quedado ir al casino esa noche para tratar de hablar con Beidou, y ya solo faltaba media hora para que salieran para dirigirse ahí.

Childe nunca había estado en uno, y tenía curiosidad en ir por primera vez, incluso si solo era por cosas del FBI. No estaba muy seguro de porqué seguía colaborando con Zhongli, después de todo no iban a conseguir arreglar nada.

Es decir, claro que le agradecía la ayuda y quería ser libre... ¿Pero acaso era eso posible? No tenían ni idea de lo que se estaban enfrentando, y para colmo no tenían ningún tipo de pista.

Childe suspiró, poniéndose los pantalones mientras abrochaba el botón de estos. Sus dedos temblaban levemente por alguna razón, por lo que cerró los puños y respiró hondo. Tenía miedo. ¿Miedo de qué? ¿De que todo volviera a ser como antes? ¿De volver a la cárcel? Definitivamente odiaba ese lugar, no quería regresar ahí. Pero eventualmente eso ocurriría, ya fuera porque Zhongli lo entregara a voluntad o tuviera que ceder por cualquier otra razón.

Su libertad era condicional.

Odiaba que se hubiera acostumbrado pese a sus esfuerzos de hacer esa experiencia una desagradable. Zhongli era un tipo curioso, alguien que de primeras solo parecía el típico policía a quién querría partirle la cara de un puñetazo. Y... Quería seguir dándole un golpe, pero probablemente luego se disculparía y le daría unas palmaditas en el hombro con una sonrisa. Zhongli era un idiota a veces, era una persona muy densa muchas veces. Pero era la primera persona que lo había ayudado de verdad, incluso cuando sus manos estaban manchadas de sangre para toda la gente que él conocía.

Zhongli le caía bien.

Era bastante atractivo también, y su personalidad también era llamativa. Childe no sabía si el castaño entraba en su tipo, aunque nunca se había parado a pensar en cuál podría ser. Se había acostado con muy poca gente, y solo guiándose por aspecto físico. ¿Superficial? Sí, pero para cosa de una sola noche no se iba a parar a pensar si esa persona le podía dar conversación, o incluso si podía haber química más allá de la sexual.

Zhongli empezó sacándolo de sus casillas, pero durante el relativo poco tiempo que estuvo conviviendo con él, pudo darse cuenta que era mucho más entretenido molestarlo a él. Y funcionó. Sorprendentemente Zhongli le siguió el juego en varias ocasiones.

Childe abrió los puños, viendo cómo sus dedos habían dejado de temblar.

Zhongli le había demostrado que iba a intentar sacarlo de ese lío en el que él mismo se había metido hacía cuatro años. Tendría que seguir poniendo un poco de su parte.

Irían al casino, hablarían con Beidou o lo que fuera y ella los llevaría hasta Ningguang. Con mucha suerte obtendrían más pistas, o incluso algún nombre culpable... Aunque todo eso era pedir mucho. Siendo honestos, Childe no tenía ninguna esperanza en que Ningguang los fuera a ayudar, o servir de algo al menos.