8.2 Lamidas asquerosas

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UN ENCUENTRO DEMASIADO ERÓTICO PARTE 2

Él lo hizo, justo como ella deseaba, calentándola de verdad cuando le apretó una nalga, MJ dio un pequeño jadeo por eso, pero luego se escuchó un golpe, prolongado por el eco del pasillo abierto y luego otro jadeo más fuerte que el primero. Mary Jane tenía la roja marca de una mano sobre uno de sus glúteos, el desconocido le acababa de dar una muy fuerte nalgada, que aunque le dolió, masoquistamente le gusto.

Ahora su beso se volvía un peligroso y desagradable juego de lenguas, se escuchó otro golpe y ahora Mary Jane tenía su otra nalga marcada, el muchacho bajó para besarla en el cuello, puso una de sus manos sobre el bikini de la chica e intentó quitarle la prenda cuando ella se lo pidió, pero justamente en ese momento se escuchaba que alguien subía por las escaleras.

—¡Hazlo rápido antes de que lleguen! —exigió ella en un susurro que solo su acompañante pudo oír, pues no quería quedarse con las ganas de ser estimulada bajo su traje de baño.

—Termina de darme pecho en el cuarto.

Aquello fue como una bengala, como si alguien hubiera prendido fuego en la pelirroja, sus pupilas se dilataron y antes de que pudiera reaccionar a esas excitantes de palabras, fue llevada de la mano por ese sujeto hasta que llegaron a una puerta con el número 69.

Al entrar en el cuarto, inmediatamente se atacaron en un desagradable y casi furioso beso. Él, como un desesperado, la tomó de las piernas y la cargó hasta la cama, dejándola caer sin nada de cuidado, viendo como ella reaccionaba con gusto a la brusquedad, se subió a ella como si diera un clavado, las piernas de la chica se enredaron en la cadera del muchacho y él le bajó el bikini para masajearle rudamente los enormes y calientes atributos, y cuando ella bajó la vista compuso un gesto de placer porque él ya le estaba devorando los pechos, succionándole a gran velocidad los pezones.

—Uuu las chupas rico —murmuró ella luego de sentir bastante satisfacción únicamente con ser lamida en sus pezones. Él no contestó con las palabras pero si con acciones, pues elevó el ritmo de sus chupadas, haciéndola disfrutar más, luego ella sintió como una mano invadía su calzón, palpando sobre la tela de este lo que ella tenía debajo.

El chico, con la misma rapidez que le comió los senos, rápidamente se movió de lugar para ir hacia las piernas de la muchacha, siguió apretando las partes íntimas de MJ sobre su calzón hasta que, con esos mismos movimientos veloces, se puso de pie casi de un salto, tomó las bragas de la chica, las deslizó a lo largo de sus sensuales piernas y luego las olfateó.

A pesar de ya haber estado con una cantidad considerable de chicos, hasta ese momento ese era un fetiche del que ella solo había oído pero que finalmente presenciaba. El muchacho aventó los calzones, con rudeza le abrió las piernas y se agachó sobre ella saboreándole la vagina.

La pelirroja gimió sonoramente, hacía mucho que no disfrutaba de un sexo oral tan asqueroso y delicioso como el que recibía en ese momento, pues el muchacho sí que era bastante asqueroso, ya que incluso llegaba a escupir sobre ella, aunque eso la lubricaba más y la hacía tener mayores placeres.

—¡Ay que rico! ¡Ay que rico! ¡Ay que rico! —jadeaba, teniendo los ojos semi enfocados en como él la devoraba, pues a veces por la gran excitación la vista se le nublaba.

El muchacho pasaba la lengua a lo largo de toda la intimidad de Mary Jane, luego empujó un poco más la lengua y luego la habitación se llenó de un extraño ruido, similar a cuando alguien sorbe. Ella tenía un gesto impresionante, los ojos perdidos, la boca abierta en una sonrisa que dejaba ver sus dientes y un brillo en su cara por el sudor que la cubría. Estiró una mano y tomó al muchacho por el cabello, apretándole los mechones negros sintiendo más ricos lengüetazos.

Más gemidos femeninos bastante sonoros se escucharon cuando dos dedos largos entraban a ella. El desconocido tenía una expresión de pervertido total, parecía fascinado por como terminaban sus dedos cuando los sacaba de ella. Introdujo un tercer dedo en la pelirroja y continuó chupándole el clítoris, por tanta experiencia ya sabía dónde estaba.

MJ estaba fascinada, perdiendo la cabeza, sin embargo, a un minuto de llegar a su éxtasis él se detuvo, ella se incorporó lo suficiente para ver porque demonios se había detenido antes de la mejor parte. Su nuevo amante se bajó de un tirón el traje de baño, revelándole un grueso y considerablemente pene que le gustó muchísimo.

Aun manteniendo su sonrisa de pervertido, su nuevo amante se acercó a ella, erecto. Mary Jane lo tomó y empezó a frotarlo, luego pasó un dedo por la punta, comenzando a ver lo que eso producía en el rostro de él. Luego dio una ligera lengüetada y vio como eso provocó un jadeo en él. Sin previo aviso y queriendo ser tan rápida como él, se introdujo todo el pene del chico en su boca, ahogándose momentariamente pero lamiéndolo de la misma forma asquerosa y deliciosa con la que él la había lamido a ella.

Mary Jane historias de camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora