10 Pobre Oliver

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Faltaba poco más de un mes para empezar su último año de prepa, las vacaciones de fin de curso recién empezaban y quería disfrutarlas con alguien que fuera estable, por lo que consideró apropiado conseguir un nuevo novio.

Mary Jane estaba en su casa, aburrida de no tener a alguien con quien entretenerse, pues Flash estaba ocupado estudiando para poder pasar sus extras, Evan, su amante más reciente, estaba con su novia y Tom ya no le contestaba los mensajes. Entonces de la nada pensó en el extranjero que hacía poco había conocido, el chico fue algo soso pero agradable y le había invitado tragos muy caros, por lo que se le ocurrió llamarlo, en aquel bar habían intercambiado teléfono y MJ simplemente quería salir a beber algo con alguien.

...

Sonó el timbre y MJ abrió la puerta esperando ver a ese chico español, pero en cuanto la abrió, lo primero que vio fue un ramo de rosas y una sonrisa nerviosa asomándose entre las flores.

—Hola Mary Jane, espero que os gusten las rosas, en cuanto las vi pensé en ti y supe que debías tenerlas.

La chica del cabello rojo igual a las flores tomó el ramo con cierta extrañeza, no esperaba para nada un detalle así, pero aun así aquello le gustó, aunque se mantuvo callada y sin pensar en dar las gracias, pues aún procesaba aquel detalle.

—Sé que quedamos de ir al bar, ¿Pero que os parece si mejor vamos al parque y te invito un helado?

Mary Jane alzó la vista y vio como la mirada del chico brillaba. ¿Ir por un helado en lugar de un trago? De nuevo se mantuvo callada y al final, por más extraño que pareciera, aceptó cambiar los planes e ir por ese helado.

...

—La verdad me sorprendió bastante tú llamada, y me disculpo, sé que yo os debí haber llamado primero. —dijo Oliver con una voz suave y cálida mientras nerviosamente veía a su acompañante.

—Descuida, no pasa nada. —dijo Mary Jane sin poder creer la escena en la que estaba.

Pues en lugar de estar en un bar bebiendo alcohol, estaba en Central Park, caminando por la vereda mientras tenía un helado en la mano derecha y en la otra percibiendo como es que en momentos la mano de Oliver chocaba sutilmente con la suya, señal de que él quería tomarla de la mano.

—Nueva York es muy bello en verano, ya había venido antes pero solo para navidad, y la verdad es que es más pintoresco en esta época del año. —comentó el muchacho viendo con gusto el paisaje de los árboles, como si aquella vista fuera increíble, algo que a MJ le daba completamente igual, pero a pesar de eso no dijo nada y siguió con el mismo paso lento que llevaban, volviendo a sentir como la mano de Oliver rosaba la suya. —Luces muy bonita —añadió, volviendo a sorprender a la chica.

—Gracias —respondió siendo sincera, sin poder creer que en ningún momento de todo el tiempo que llevaban ahí, él no hiciera algún comentario sobre sus curvas o que siquiera bajara la vista a su pecho, pues cada que Oliver volteaba a verla, siempre la miraba a los ojos.

...

Horas después de que salió con Oliver, MJ fue a una fiesta y consiguió un poco de acción, y aunque ese revolcón fue algo divertido, el chico no fue muy de su agrado.

Al llegar a su casa, intentando bajarse la cruda, recibió un mensaje que como era de esperarse... era bastante diferente.

Buenas noches bonita, espero que hayas llegado bien a tu casa, que descanses.

Mary Jane leyó el mensaje varias veces, respirando profundo mientras captaba que era lo que estaba pasando. Pues ese mensaje no era del chico con el que recientemente había tenido sexo, sino del chico con que salió al parque a tomar un helado. ¿Acaso el chico perfecto para ser su nuevo novio era Oliver?

...

Luego de lo que fueron muchas citas (que Mary Jane consideraba cursis y algo aburridas), finalmente Oliver le pidió que fuera su novia, y como MJ buscaba tener novio, aceptó, ya sabiendo que este nuevo noviazgo sería muy diferente a todos los anteriores.

Y así fue, pues Oliver solía ser demasiado cursi, él siempre quería que fueran tomados de la mano, abrazarse y salir a citas, cuando lo único que le interesaba a la pelirroja era el sexo.

Una noche luego de haber salido a cenar a un restaurante en lugar de haber ido a una discoteca, MJ ya no podía esperar más, por lo que cuando Oliver se estaba despidiendo de ella besándola de forma dulce, la pelirroja aumentó el ritmo del beso y le pidió que se quedara. El chico español por un momento se quedó pasmado y MJ incluso pensó que se negaría, pues ya se había dado cuenta de que su nuevo novio era demasiado correcto, pero para su sorpresa, Oliver mostró cuan apasionado podía llegar a ser.

Su nuevo novio resultó ser un muy buen amante, mostrando cualidades que Mary Jane no había conocido en la cama, pues así como podía tener un comportamiento dulce y sensible, también logró arrancarle muchos gemidos llenos de placer. Aquello era algo que la pelirroja nunca había probado, y aunque en ciertos momentos del sexo había una menor aceleración, seguía sintiendo placer.

Los movimientos nos fueron salvajes pero si fueron muy disfrutables. Mary Jane al principio sintió todo eso casi como un experimento, el sexo lento y sensual que le dio Oliver fue mucho mejor de lo que ella esperaba, así como una cantidad significaba de halagos que no solo iban dirigidos hacía sus bien formadas curvas (siendo la primer vez que él hablaba de aquellos atributos), sino también la alagaba sobre la belleza que había en su rostro.

Siendo que con Oliver, todo era demasiado diferente.

Lo único malo del muchacho, era que a pesar de que hacía poco la había conocido, y hacía aún más poco tiempo había empezado a salir con ella, se estaba enamorado, de verdad Oliver empezaba a tener un sentimiento profundo hacia Mary Jane, él empezaba a sentir algo muy bonito y sincero por aquella pelirroja, y aunque el chico era consciente del esplendo cuerpo que tenía su novia, lo que más le gustaba de ella... eran sus ojos.

Y es que Mary Jane fue consciente de lo que su novio empezaba a sentir por ella por como la miraba y la trataba, pues ningún otro había tenido las mismas atenciones e incluso preocupaciones que él sí tenía hacia ella, pues incluso, aunque no lo necesitara, Oliver empezó a ayudarla económicamente, y a pesar de la universidad, el muchacho siempre se daba el tiempo de estar con ella.

¿Acaso este era el momento para cambiar y sentar cabeza? ¿Este era el momento en que debía concentrarse en un solo individuo? ¿Sería el momento de reconocer que las relaciones de dos son posibles? Qué pueden llegar a ser duraderas... ¿Este era el momento de reconocer que una relación puede ser más que solo sexo?

Mary Jane se quedó pensativa, recordando una y otra vez los sentimientos de Oliver, pensando si ella sería capaz de corresponderlo y sentir lo mismo por él... o no.

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