6.1 Lo que se ve se aprovecha

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LO QUE SE VE SE APROVECHA PARTE 1

Despertó por alguna razón sintiendo placer y calor en el pecho, abrió los ojos y vio una mano encima de ella.

—¡¿Pero qué?! —Se alteró incorporándose, haciendo que el desconocido se echara para atrás, asustado de lo que había ocasionado, sin embargo, luego de detenerse a mirar al sujeto por unos insignificantes segundos y notar que era guapo no se enfadó tanto.

—Perdón es que... —dijo el hombre teniendo una sonrisa nerviosa —Esta es mi cama y te ves... —pero él mismo se calló, controlando lo que pudo haber sido una grave imprudencia, pero aunque la hubiera dicho no hubiera pasado nada, porque ella lo ignoró.

A pesar de tras a penas haber despertado y que lo primero que vio fue la mano de un completo extraño sobre su pecho, Mary Jane parecía bastante calmada pese a la situación.

—¿Dijiste que es tu cama? —preguntó mirando alrededor con aire despreocupado y curioso, dándose cuenta de que en efecto esa no era su habitación.

—Sí preciosa —dijo el hombre aprovechando que ella estaba distraída para ver de forma morbosamente repugnante el pecho que acababa de estar manoseando, pues Mary Jane ahora estaba concentrada en verse a sí misma, estaba en ropa interior, cubierta únicamente por una cobija y teniendo al lado a un extraño que la había estado tocando sin su consentimiento. Y en lugar de preocuparse y pensar que algún delito se llevó a cabo con su cuerpo, irónicamente, como si se tratara de cualquier, cosa preguntó:

—¿Acaso anoche me acosté contigo? 

El desconocido solo sonrió, se pasó una mano por el pelo y luego la miró con de forma seductora, la chica se fijó un poco más en él y vio que a pesar de no traer camisa, aún conservaba su ropa interior, como ella.

—Ojala, pero la verdad no lo sé —respondió el hombre acomodándose nuevamente cerca de ella. —La verdad no me acuerdo de nada.

—Yo tampoco, pero supongo que fue así porque amanecimos semidesnudos en la misma cama —comentó como si se tratara de una insignificante anécdota, viendo que él estaba cada vez más cerca, algo que por más inconcebible que fuera, le agradó, aunque no lo demostró, no aún.

—Pues que suerte la mía —dijo el muchacho, que poco a poco alzaba de nuevo la mano en dirección al seno sobre el que su mirada estaba, y como vio que ella no había hecho nada para evitar que él siguiera, continuó. —Las tienes bien grandes —su mano apretó ligeramente el pecho de la chica y ella sonrió empujando la mano del chico como si hiciera algo tan simple como espantar algún insecto y no estarse quitando una mano ajena de su cuerpo.

Él contrajo la mano con cierto gesto de pena, fascinando a la pelirroja que sonrió con soberbia.

—¿Eres el primo de Jenny verdad? Ella dijo que su primo le prestaría la casa para hacer la fiesta —dijo mientras se recostaba sobre las alomadas, echando los brazos para tras y recargando su cabeza entre sus manos, provocando que se alzaran aún más sus descomunales atributos, provocando al chico.

—Sí, soy Bryan... —se presentó estando sumamente cautivado por el comportamiento tan despreocupado que ella exhibía, pensando que el gesto y movimientos seductores que ella hacía era porque deseaba lo mismo que él.

Esperando que sí fuera cierto que anoche se acostó con ella para ahora poder volver a hacerlo estando consiente para poder recordarlo, de nuevo llevó su mano al seno de la chica, quien esta vez no lo quitó, apretó un poco y llevó sus dedos a la voluminosa parte del seno que el brasier no alcanzaba a cubrir, inevitablemente sujetó la tela y la bajó revelando el rosado pezón de Mary Jane, Brian se mordió el labio y arqueó las cejas formando un gesto de necesidad y antojo, había sentido una sacudida entre las piernas, casi de inmediato miró a la pelirroja de forma suplicante, MJ sonrió con perversión y con su mano guio a la de él para que terminara de bajarle la copa del sostén.

—Pues Bésame —dijo ella con ligereza, como si al que le hablara en verdad fuera su novio y no un sujeto al azar con el que "casualmente" había despertado.

Brian la obedeció, extraordinariamente fascinado, uniendo su lengua con Mary Jane en lo que pudo describirse como un lento pero apasionante beso mientras le seguía manoseando el descubierto pecho.

Una escena que vista desde una perspectiva ajena a ellos se podía ver incluso como romántica, ya que sus besos aún era moderados para causar una mayor seducción, pero al ya saber cómo se había dado ese beso, la verdad es que era bastante perturbador que MJ decidiera hacerlo con un completo desconocido con el que por error había despertado.

Y es que este comportamiento solo denotaba los primeros síntomas de una ninfomaníaca.

Mary Jane historias de camaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora