13 Obsesión compulsiva

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Mary Jane sentía cierto antojo por tener una noche ardiente en su primer día de clases en su nueva escuela, pero no estaba segura de a cuál de todos sus amantes recurrir, Flash definitivamente estaba descartado, la última vez que estuvo con él fue expulsada de la prepa, y aunque en si no estaba enojada por eso, se sentía un poco renuente a volver a estar con él, aunque solo por el momento.

Primero debía pensar que tipo de sexo se le antojaba, tenía amantes para cada cosa que se le ocurría a su retorcida mente, a veces solo deseaba un simple calentón, donde su antojo no necesitaba desnudar sus genitales ni los de su amante, pero ahora obviamente ahora quería un poco más de acción, en otras ocasiones se le antojaba solo el sexo oral, ya fuera darlo o recibirlo, otras solo se le antojaba una buena penetrada, y en la mayoría de las ocasiones deseaba todo un revolcón.

Y ahora que iniciaba en una nueva escuela, incluso tenía pensado ir con más de un amante, pues así como tenía gustos particulares, también tenía amantes para satisfacer todos sus antojos, algunos eran excelentes para el sexo oral pero pésimos para penetrar, otros eran lo contrario, unos pocos eran buenos para ambas cosas pero no eran especialistas, era como tener ambas cosas pero a medias, y solo unos poquísimos sí que eran buenos para satisfacer todas las sucias fantasías que se le ocurrían.

Flash y Evan encabezaban la lista de los mejores, pero recientemente había tenido un disgusto con ambos, así que debía pensar a quien recurriría esta vez, o si definitivamente debía buscar a un nuevo amante.

Incluso se le ocurrió idea de buscar a un novato, alguien a quien ella pudiera introducir al mundo del sexo así como había hecho con el inocente Tom Holland, a quien hace mucho no veía. Los vírgenes le parecían graciosos, y es que ella para nada era una persona de buena moral, por lo que era una completa irrespetuosa con las personas que se tomaban en serio su vida sexual, ya sea que se cuidaran, o si deseaban compartir ese acto solo con alguien en especial.

Nada de eso importaba para ella, solo le importaba quedar satisfecha sin siquiera considerar a la pareja de ocasión que la complaciera.

Miró alrededor y vio a varios candidatos decentes a quienes podía tomar como nuevos amantes, pero todos ellos eran más de lo mismo, así que pensó en volver a su plan original y buscar a uno de los que ya tenía. Se le antojaba un rico sexo oral y Carl era el mejor de todos, sacó su teléfono y buscó su número, pero antes de que pudiera marcar... Alzó la vista y sus ojos fueron incapaces de parpadear, olvidando absolutamente todo.

Dentro de sus iris verdes... sus pupilas se dilataron, su cuerpo se quedó paralizado, sus latidos enloquecieron, sintió su pecho más pesado de lo normal y sus piernas temblaron porque estaba siendo invadida por un intenso y muy ardiente cosquilleo entre las piernas que la hizo sentir una excitación extrema, algo que nunca antes había experimentado sin la provocación del tacto, aunque en este momento, con la provocación de la vista había sido suficiente.

 sus pupilas se dilataron, su cuerpo se quedó paralizado, sus latidos enloquecieron, sintió su pecho más pesado de lo normal y sus piernas temblaron porque estaba siendo invadida por un intenso y muy ardiente cosquilleo entre las piernas que la hi...

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Pues frente a sus ojos estaba un muchacho alto, de increíbles facciones varoniles, hombros anchos, brazos marcados, cabello y ojos castaños y una musculatura que se marcaba casi a la perfección por lo apretada que estaba su playera, causando con su simple presencia y de forma completamente inconsciente, unas desaforadas ganas de impuro deseo sexual en la pelirroja que lo contemplaba con extrema lujuria. Y es que tan solo el sentido de la vista le había bastado a Mary Jane para que en ella despertara un abrumador instinto de caza hacia ese hombre por el cual ya se sentía absolutamente seducida.

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