Capítulo 02

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El primer día lo invertí en realizar pequeñas misiones básicas para activar algunos lugares clave como la Granja de Carne de Vegiemon, un huerto donde cada día la planta insectívora te daba tres trozos de digicarne grandes para alimentar a tu compañero; la Tienda de Items de Piyomon, que pone a tu disposición multitud de utensilios para la aventura; y el Gimnasio Verde liderado por Liollmon, donde podías entrenar para fortalecer los stats de los digimon. Además, dichas misiones otorgaban bits —la moneda que allí se usaba— y puntos de experiencias con los que, a la noche, Tanemon consiguió digievolucionar a su etapa Infantil.

 Además, dichas misiones otorgaban bits —la moneda que allí se usaba— y puntos de experiencias con los que, a la noche, Tanemon consiguió digievolucionar a su etapa Infantil

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Alraumon, digimon de Nivel Infantil y Atributo Datos/Virus.

Al contrario que los NPCs, la personalidad de la flor se amoldó a la mía, desarrollando diálogos o formas de pensar más vívidas y menos mecanizadas —lo que era de agradecer, ya que no hablaba como si fuera un robot—. Pese a la finalidad del Digimon World, habían invertido su tiempo en construirlo.

—¿Qué estás haciendo? ¿Puedo leerlo? ¡Porfaaaaaa! —Me suplicó con una mirada angelical.

—Es mi Diario de Abordo —expliqué—. En él debo anotar todo lo que ocurra cada día hasta el mínimo detalle, es muy importante.

Para pasar la noche busqué alojamiento en una posada que encontré. No costaba demasiados bits la noche e incluía cenas y desayunos gratuitos del Restaurante de Meramon, diferentes según el nivel que tuviera cada equipo —ensalada de datos para el estómago, fantasía-ok-no—, por lo que nos encontrábamos en el comedor, en la mesa más alejada de los demás.

Allí había varios equipos más, algunos todavía con sus compañeros sin evolucionar. Al no tener que seguir unas reglas fijas, cada cual tomaba sus propias decisiones como era el caso de Assim. En cuanto le vi supe que era peculiar, pero con un estilo tan reconocible que me hizo gracia: una capucha sobre la cabeza con forma de unicornio, con unas gafas —no recuerdo su nombre real para describirlas, perdón— y unas zapatillas de andar por casa rosas con forma de conejito.

 En cuanto le vi supe que era peculiar, pero con un estilo tan reconocible que me hizo gracia: una capucha sobre la cabeza con forma de unicornio, con unas gafas —no recuerdo su nombre real para describirlas, perdón— y unas zapatillas de andar por...

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De todos los jugadores que había visto durante aquel día, su figura curva me sorprendió. Ninguno tuvo que pasar pruebas físicas para venir hasta donde sabía, solo psicológicas, y estaba seguro de que él había elegido ese avatar porque en el mundo real tenía la misma línea —minipunto para él—. A su lado, una larva verdosa con tonalidades moradas le acompañaba.

Digimon World (Project)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora