Digimon World (Project)

Capítulo 01

Toda historia tiene un comienzo y ahora que he captado vuestra atención, os narraré la mía desde el principio, presentándome inicialmente —me parece lo más correcto—. Por razones de confidencialidad mi verdadera identidad debe quedar en el anonimato, pero podéis llamarme Echo, y si por algún casual estáis leyendo estos archivos clasificados, por favor, aprended algo de ellos. Es muy importante.

Mi inmersión en el proyecto Digimon World llegó después de que mi solicitud fuese aprobada por el comité de investigación. Me hacía mucha ilusión vivir esta experiencia nunca antes permitida, si bien posible, para entender a los digimon. Al contrario de lo que opinaba la que era mi pareja en aquel momento, Shauna, no era lo suficientemente mayor para perder la ilusión y creer en los cuentos de hadas, así que me comprometí de lleno... Ojalá me hubiera convencido para no hacerlo, sinceramente.

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El concepto era sencillo: comenzaría mi aventura en la Ciudad De Los Comienzos, el lugar más transitado y poblado de Isla File —o su adaptación libre según los datos recabados—. Allí debía reunirme con su alcalde, un tal Jijimon, quien se encargaba del cuidado de los digimon que el sistema ofrecía para convertirse en compañeros. La primera misión del juego.

Avancé con celeridad después de elegir mi equipamiento para la aventura: un mono ceñido de un tejido parecido al latex pero resistente, color negro, con un sin fin de correas verdes pistacho y azul cielo —debo reiterar lo de muchas correas, porque nunca fui capaz de contarlas todas— y unas botas largas adecuadas para caminar durante horas. En cuanto a mi aspecto físico, el avatar que elegí se adecuó a mis características reales, salvo por el tinte morado del pelo y el maquillaje oscuro alrededor de los ojos.

El resto de humanos elegidos por el comité ya vagaban por las calles de la ciudad, explorándola o deleitándose con la realidad virtual del sistema, tan real que si alguien despertase en este mundo, seguramente no se diera cuenta de dónde estaba; sin embargo yo preferí ir directo al grano. Sabía cual era mi cometido y por donde debía comenzarlo, así que no tenía tiempo que perder.

Al llegar a la casa de aquel anciano digimon, me sorprendí al ver una especie de corral enfrente donde correteaban un montón de bebés libremente, mientras algunos lloraban o demandaban la atención de los otros jugadores para formar equipo con ellos. Equipo; la decisión que tomase al elegir un compañero era de vital importancia, ya que la finalidad del videojuego residía en fortalecer los vínculos entre Humanos y Digimon, con una serie de misiones y combates, para maximizar las capacidades de los monstruos digitales y así alzarse con el tan ansiado título de Invencibles, y yo quería ser el primero.

Jijimon, digimon de Nivel Definitivo y Atributo Vacuna. 

—Bienvenido a Ciudad File, forastero. Mi nombre es Jijimon y estoy aquí para ayudarle en su aventura. ¿Qué deseas saber? —dijo el NPC o lo que es lo mismo, No Playable Character.

Ante mí se abrió un abanico de preguntas, a cada cual más confusa de primeras, que me hizo pegar un respingo. Se trataba, obviamente, de un tutorial básico para aquellos rezagados que no se habían leído el manual ofrecido antes de la inmersión —admito que lo leí tres veces en la comodidad de mi cama, junto a mi novia, para empaparme de todos los conocimientos posibles—. Así que una vez más fui directo al grano.

—Quiero elegir digimon, por favor —contesté lleno de emoción. Estaba muy agitado y excitado, con una ilusión comparable a la de un niño que abre un regalo por primera vez.

—Está bien. Sígueme, por favor.

Juntos fuimos hacia el corral y todos los bebés presentes, al menos una docena, se quedaron mirándome con sus grandes ojos como si tratasen de cautivarme. Tenía entendido que el proyecto estaba formado por unos treinta jugadores, lo que quería decir que más de la mitad ya había completado aquella misión... Tragué saliva y examiné detenidamente a los digimon frente a mí, todos ellos de diferentes formas y distintos colores, hasta encontrar uno que logró atraer toda mi atención.

Tanemon, digimon de Nivel Bebé II y Atributo Datos.

Aquel pequeño bulbo verdoso de ojos rojos me encandiló con la mirada —podría decirse que fue un amor a primera vista, y sería lo más acertado—. Tanemon sería mi compañero o, mejor dicho, compañera en esta aventura que estaba a punto de empezar.

—A partir de ahora, Tanemon y usted, Usuario #11B, formarán equipo. —Asintió—. ¡Enhorabuena!

El pequeño bulbo se acercó a la valla de madera del corral y esperó a que yo extendiera los brazos para cogerla. Sus mejillas se terciaron rojizas al sentir el suave tacto de mis manos, como si la vergüenza la abrumase en aquel momento.

—Encantado Tanemon. —Sonreí de oreja a oreja—. Mi nombre es Echo y voy a ser tu compañero. ¡Seremos los mejores!

Misión #1: Formar Equipo - Completada 

Entusiasmado por haber completado la primera misión, me giré para despedirme del anciano y para mi sorpresa, éste se encontraba ahora asesorando a una joven de cabello ondulado y colores cálidos que iba ataviada con una túnica abierta. Su nombre era Nélisse, pero no la conocería propiamente dicho hasta unos días después...

—Popó.

La voz de Tanemon me sacó de mi distracción. Al parecer los digimon, al igual que los humanos, necesitaban ir al baño —y no os imagináis la de veces al día que tenían que hacer sus necesidades y el tamaño de sus rosadas cacas— y en este momento, la pequeño bulbo necesitaba ir con urgencia... 

No llegamos a tiempo.