Prólogo

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Cual gacela que corre velozmente por la sabana de África huyendo de la leona que pretende darle caza, eché a correr por la tierra muerta del Cementerio Overdell como si me fuera la vida en ello —aunque realmente sí había una vida en juego, aunque no fuera la mía—, intentando no escupir mis pulmones digitales por la boca. En una decisión más que temeraria, se me ocurrió aceptar una Misión de Nivel 3 al creer que mi compañero y yo estábamos preparados para ello; pero me equivocaba rotundamente.

 En una decisión más que temeraria, se me ocurrió aceptar una Misión de Nivel 3 al creer que mi compañero y yo estábamos preparados para ello; pero me equivocaba rotundamente

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Kougamon, digimon de Nivel Adulto y Atributo Datos.

Kougamon, pese a su tamaño medio, se las apañaba para saltar sobre las lápidas a mi derecha haciendo alarde de sus artes marciales mientras lanzaba sus shurikens contra aquella perversa criatura a la que no éramos capaces de vencer. La información de la misión titulada "Batalla Feroz en el Cementerio" indicaba que debíamos derrotar a un oscuro digimon que estaba perturbando la paz de los difuntos, aconsejando hacerle frente con un digimon de Nivel Perfecto o en alianza con otros Equipos. Evidentemente no cumplía con ninguno de los requisitos, pero pensé que con los Stats mejorados tras un duro entrenamiento en el Gimnasio de Liollmon, tendría la capacidad necesaria para hacer frente al enemigo.

 Evidentemente no cumplía con ninguno de los requisitos, pero pensé que con los Stats mejorados tras un duro entrenamiento en el Gimnasio de Liollmon, tendría la capacidad necesaria para hacer frente al enemigo

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GulusGammamon, digimon de Nivel Adulto y Atributo Virus

—¡Soy imbatible! ¡Os derrotaré! —repetía sistemáticamente el NPC mientras nos perseguía y lanzaba llamas oscuras contra mi compañero. Su aspecto lucía escalofriante y generaba bastante pavor cuando te miraba.

Nunca había sido demasiado extrovertido, así que tampoco tenía confianza con nadie como para pedir ayuda —aunque quizás debí haber avisado a aquella chica... Es igual, ya era demasiado tarde—. Si no conseguíamos huir a tiempo de la batalla, Kougamon tendría que hacerle frente; por desgracia su contador de Vidas era de una de las dos iniciales después de haber sido derrotado por un RedVegiemon salvaje al inicio de partida. Tampoco había podido encontrar ninguna Vida Extra; llegando a pensar que quizás fueran sólo rumores esparcidos por la red.

—Debemos hacerle frente —gimió mi compañera al ver como las verjas del cementerio se cerraban dejándonos atrapados en su interior. Su aspecto cansado me preocupaba; temí que ocurriera lo peor.

—Está bien. Hagámoslo. —Apreté los puños con decisión y lancé una mirada de complicidad. Quería transmitirle que confiaba en él, que no nos íbamos a rendir ante la adversidad—. ¡Usa Shadow Slash!

Kougamon saltó en el aire hacia atrás y cortó a la velocidad de la luz al enemigo en el cuerpo sin que éste apenas notase más que un leve cosquilleo. GulusGammamon parecía ser uno de esos temidos Jefes para los que había que ir preparados... Y odio admitir que yo no lo estaba.

Mi compañera se movía veloz de un lado para otro utilizando las lápidas y cruces de alrededor a su favor, e incluso creó clones de sí mismo para golpear a la bestia, pero nada podía hacer. El enemigo se valió de su ataque Desdemona, sus llamas oscuras, para destruir todas las copias y dejar al descubierto y gravemente herido al verdadero Kougamon.

—¡No! —grité con un nudo en el estómago. Ver el cuerpo quemado de mi compañera, su olor, me revolvió el estómago. La realidad virtual del videojuego, innovadora en su campo, hacía sentir a quien lo jugase lo mismo que sentiría en el mundo real, a excepción del dolor físico—. Debo usar un Disco de Recuperación o me vencerá.

En aquel momento mi visión sobre el Digimon World y los Digimon era desde el punto de vista de un jugador; aquello sólo era una batalla más. Sin embargo, hoy en día dicha visión dista mucho de lo que una vez fue.

Raudo utilicé mi Navegador Mental, de color violeta, y accedí al Menú de Botiquín para lanzar el disco —las acciones se hacían mentalmente gracias a las Gafas de Realidad Virtual conectadas a mi cabeza, toda una comodidad— y crucé los dedos para que fuera suficiente para continuar combatiendo, pero cuando GulusGammamon alcanzó un mínimo de PS, utilizó el ataque Dead-End Skewer, perforando con una precisión milimétrica el cuerpo de Kougamon con su cola.

—¡Kougamon! —impactado, tragué saliva y caí de rodillas sobre unos huesos con los ojos llenos de lágrimas al ver desintegrarse en datos a mi compañera frente a mí.

La misión no sólo había sido fallida, sino que me había arrebatado a mi propio digimon —aunque lo correcto sería decir que mis decisiones habían sido las causantes—. Game Over.

Digimon World (Project)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora