La derrota sufrida truncó mis planes a corto plazo. Estaba tan agobiado y preocupado por el bienestar de Alraumon, así como de ser descalificado, que me entretuve más de lo esperado en el Gimnasio Verde —al menos logré fortalecer a la flor lo suficiente—.
Eran pocos los domadores que aún permanecían en la Ciudad de los Inicios. La mayoría había comenzado a explorar las áreas lejanas y sólo regresaban para fardar sobre sus avances, pero también tenía su lado negativo... Tres más habían perdido dos combates con lo que ello conllevaba.
—Tranquilo, Echo, los últimos serán los primeros —dijo Alraumon para animarme.
La imagen que personalmente tenía sobre los digimon estaba cambiando a pasos agigantados, principalmente porque no entendía el interés de los programadores por dulcificar las personalidades de los monstruos, temiendo que ni ellos mismos pudieran hacer control de ello. ¿Qué significado tendría aquello? Seguro que Assim tendría una respuesta, pero para mi desgracia seguía sin reencontrarme con él.
A la que sí lograr ver fue a Nélisse. Su SnowAgumon y ella tenían una imagen imponente que daba respeto. Juntos formaban quizás el mejor equipo y ellos lo sabían, razón por la que se mostraban altivos ante los demás.
—Te dije que el Digimon World no era para débiles —se mofó al verme mientras me juzgaba con la mirada—. Veo que te estás fortaleciendo, haces bien... Muchos no aprenden de sus errores, pero veo que tú sí.
—¿Qué haces? No perdamos el tiempo con despojos como estos... —El dinosaurio parecía molesto.
—Fuiste inteligente con Seadramon, comotellames. —Durante un segundo creí ver una sonrisa dibujada en su rostro—. Ya nos veremos.
—Mi nombre es Echo —fue lo único que fui capaz de decir.
Nélisse tenía razón, este lugar no era para débiles y esa era la imagen que había proyectado a los demás. Echo el débil. Tenía que enmendarlo de inmediato actuando con sensatez, o nadie me tendría respeto alguno, como ese SnowAgumon. Era hora de pasar a la acción.
**********
Con decisión elegí mi próxima misión, esta vez una de Rango 2. Era consciente de que requeriría mayor esfuerzo completarla y que, quizás, fuese un movimiento arriesgado donde me jugaba mi futuro... Pero mi intuición me decía que era el camino que debía tomar.
A las afueras de la ciudad, por la salida este, había un puente derruido que conectaba con otra parte del mapeado y que estaba en construcción. Según las indicaciones del Menú, un digimon salvaje estaba retrasando el avance de las obras y debía neutralizarlo para completar la misión.
—¿Estás cómoda con esto? —Miré a mi compañera con cierto atisbo de dudas—. Si no te crees capacitada, podemos buscar otra alternativa.
—No, estoy lista.
Al escucharla una parte de mí pensó que me estaba complaciendo, que solo era un programa que asentía a lo que su domador quisiera hacer, pero el fuego en su mirada me hizo pensar que estaba equivocado y que debía confiar también en su instinto.
Sin dilación nos dirigimos hacia la ubicación y examinamos la zona. Como era previsible no había nadie allí, más seguramente todos hubieran superado ya con éxito ese cometido. Eso me hizo sentir estúpido, pero acentuó mi intención de superarles a todos. Después de un rato investigando, al acercarnos al río una figura apareció violentamente por el agua y nos salpicó a traición.
Coelamon, digimon de Nivel Adulto y Atributo Datos.
Un digimon con aspecto de pez prehistórico emergió de las profundidades con las fauces abiertas e hizo alarde de sus gigantescas garras. Su cuerpo parecía estar recubierto por un revestimiento metálico bastante duro.
—¡Alraumon, es hora de demostrar tus avances!
Alraumon comenzó a expulsar un gas venenoso de la flor de su cabeza que nubló su perímetro y ahuyentó al atacante, que buscó refugio en el río nuevamente para instantes después disparar una potente esfera de agua que impactó contra mi compañera.
—¡No!
—Eso no acabará conmigo —dijo Alraumon y acto seguido se arraigó al suelo para reponer energías, algo que no le había visto hacer antes—. Coelamon, enfréntate a mí cara a cara.
El pez mantuvo las distancias para seguir atacando, esta vez lanzando haces de energía desde sus garras que la flor supo esquivar tras recoger sus raíces. Su agilidad también había aumentado, brindándole mayor amplitud en sus movimientos.
—Mientras luche desde el río estará en su elemento, ¡debes traerlo a tierra!
Dicho y hecho, Alraumon extendió sus cepas hasta amarrar al enemigo y en un alarde de su fuerza lo alzó en el aire para lanzarlo después contra la tierra, a varios metros de la corriente. Para sorpresa de ambos las extremidades de Coelamon estaban preparadas para adaptarse a la superficie y podía moverse sobre ella con naturalidad, aunque con cierta torpeza.
—¡No al puente!
El pez lanzó una ráfaga de escamas metálicas para defenderse que la flor detuvo con sus cepas con cierta dificultad, siendo herida por alguna en un costado. Pese al entrenamiento la diferencia de nivel era palpable y podía inclinar la balanza en su contra. Aún así la flor le prestó combate con todo lo que tenía.
—Espera un momento, ¿no al puente? —hablé conmigo mismo y me giré para ver el material de obra. ¿Acaso se oponía a su construcción? ¿Por qué?—. ¡Se me ha ocurrido una idea! —Eché a correr hacia las obras y pasó justo lo que imaginaba que iba a pasar: Coelamon se distrajo al verme y bajó la guardia—. ¡Ahora!
Alraumon rodeó a Coelamon y, al mismo tiempo que liberaba de nuevo su gas, se valió de su ataque Hungry Hand para drenar el HP del enemigo y reponer el suyo. En cuestión de minutos el amarre fiero de la flor y la sucesión de ataques acabó por derrotar al pez.
—Suéltale, no hay necesidad de acabar con su vida —ordené. Algo me decía que ese digimon tenía su propia historia como NPC y quería escucharla—. Coelamon, ¿verdad? —Esperé a que asintiera. Estaba exhausto y tirado en el suelo—. ¿Por qué te opones a la construcción?
El pez me miró de soslayo ignorándome, pero finalmente decidió contestar.
—En el pasado cuando alguien quería cruzar el río me pedía ayuda para hacerlo —rememoró con tristeza—. Eso me hacía sentir útil, sin embargo con la construcción del puente voy a quedar obsoleto.
—Así que por eso estás retrasando las obras. —Una parte de mí sintió lástima por él, formulando una pregunta en mi cabeza: ¿Los digimon tienen sentimientos reales? Cada día tenía más claro que así era—. Lo que haces no está bien, Coelamon, no evitarás que el puente acabe construido, sin embargo si cambias tu actitud quizás consigas que los demás te sigan teniendo en cuenta.
—Las obras no están finalizadas —intervino la flor para echarme un cable—. Podrías ayudarnos a nosotros a pasar, por ejemplo.
—¿Podría? —preguntó él con los ojos esperanzados y de inmediato se levantó animado—. ¡Claro que os ayudaré!
Lo que para muchos sería una tontería, algo que ni siquiera hubieran llegado a descubrir debido a que sus propios compañeros habrían dado muerte a Coelamon, para mí supuso un aliciente a la hora de avanzar en el Digimon World. Los desarrolladores detrás del videojuego se habían tomado la libertad de darle cierto realismo, con un trasfondo mayor del mostrado a primera vista y, llamadme raro, pero prefería vivir una interesante aventura a trazar un camino frío y calculador hasta la meta.
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Digimon World (Project)
FanfictionDIGIMON WORLD (PROJECT) || Echo, de treinta años, es seleccionado para participar en una simulación científica titulada "Digimon World". Bajo una dinámica VRMMORPG (Videojuego de rol Multijugador Masivo en línea de Realidad Virtual), el joven narra...