La resaca del enfrentamiento contra Josh y Citramon nos dejó a mí y Kougamon exhaustos. Por esa razón, Assim decidió permanecer a nuestro lado un día más en compañía de su compañero DoKunemon. Él ya iba lo suficientemente avanzado en el videojuego y podía permitirse hacer un alto en el camino.
Esa noche acampamos en la linde entre la Jungla Tropical y la playa, con una vistas preciosas al océano digital. Retroceder hasta la posada habría sido una locura y aquel lugar parecía seguro.
—Muchas gracias por todo, Assim. —Encogido y abrazándome las rodillas, observé el fuego de la hoguera deleitándome con su crepitar.
El sitio donde vivía en el mundo exterior, una de las calles humildes de La Capital, estaba cerca de la zona industrial. Allí una de las fábricas tenía una gran torre —por así llamarla— que escupía fuego constantemente y, cuando tenía un mal día, me gustaba pararme en la ventana y mirarla fijamente... Eso me tranquilizaba.
El mundo real era peligroso, demasiado injusto para la gente como yo y sin lugar a dudas un hervidero de muerte. Esas fueron las razones por las que me presenté a este proyecto. Una mujer, de la que sólo pude oír su voz, contactó conmigo para tantearme. Hacía unos días que acababa de renunciar en la empresa donde trabajaba y tenía un par de deudas que saldar que ella se ofreció generosamente a pagar si aceptaba su propuesta... Así que dije que sí.
—¿Por qué quería destruirte? —La ninja seguía confusa. No entendía el sentimiento de venganza surgido en Josh porque ella no lo había sentido aún.
—Los humanos son una caja de sorpresas —apuntó la larva.
Realmente no sabía qué contestar. No podía ahondar en mi conflicto con aquel joven sin incumplir el contrato que había firmado, así que me limité a contarle una mentira que sonase convincente.
—Seguro que fue porque adivinamos lo de Seadramon. —Forcé una sonrisa—. ¿Te acuerdas cómo nos miraron los días siguientes? Seguro que tenía envidia de nuestro éxito.
—Espero que recapacite. —Kougamon se dejó caer sobre la arena.
Envidia... Una parte de mí pensaba que era una de las razones, pero no todas. El Último Mundo es difícil, sobre todo cuando se trata de sobrevivir. Josh y yo nos conocimos en mi antiguo trabajo, donde tras un pequeño conflicto comenzó a verter desinformación sobre mí hasta el punto en que consideraron mi despido. Por suerte una vez se supo la verdad, fue él quién perdió su puesto de trabajo; sin embargo yo ya no me encontraba cómodo allí y decidí marcharme.
—Echo... ¿Qué sabes acerca del proyecto? —preguntó el moreno.
Esa pregunta me sorprendió. Era poco habitual en Assim rozar los límites de lo incorrecto y por eso mismo me preocupé. ¿Qué sabía del proyecto? Difícil pregunta... Aunque si me lo había preguntado era por algo.
—Si te soy sincero, bastante poco... Me leí todo el papeleo que nos pasaron, si te refieres a eso. —Pensé en las noches que pasé centrado en ello mientras mi novia protestaba porque no le hacía caso—. ¿Por qué?
—Los responsables no nos han sido del todo honestos. —Se quitó las gafas para mirarme a los ojos y mostrarme su sinceridad—. Debes prestar atención y fijarte en los detalles.
¿Qué quería decirme? Quizás de haber estado atento pudiera haber visto todas las señales, pero mis preocupaciones eran otras. Después de aquella conversación cocinamos unos digichampiñones que habíamos encontrado y nos fuimos a dormir.
Al amanecer, Kougamon y yo estábamos solos.
**********
Cuando desperté en el mundo real me sentí muy entumecido. Llevábamos semanas allí y mi cuerpo comenzaba a resentirse por la forma en que lo estaban tratando. Pese a la cantidad de tubos que me alimentaban y otras cosas, me noté cansado y casi sin fuerzas.
Aquel día Daliah Iosefka se encontraba en los laboratorios. «Prestar atención», fue lo único que pude pensar mientras me desentubaban y eso es lo que hice.
La doctora estaba vociferando a su ayudante Fiore delante de todos los demás científicos que se encontraban en la sala. Supuse que le daba igual que yo acabase de despertar ya que, generalmente, los medios por los que nos inducían el sueño nos dejaban aturdidos durante un par de horas.
—Se nos está acabando el tiempo. Los digimon no están evolucionando correctamente, ninguno está creando una conexión real con los sujetos humanos. —Estaba furiosa y a juzgar por su expresión corporal, superada por la ansiedad.
El ayudante asintió repetidas veces para disculparse —sin sus amenazas no daba tanto miedo—. Entonces me fijé en varias cosas: al fondo había una puerta blindada que no había visto antes y varias cápsulas más se encontraban vacías; entre ellas la de Josh... Eso quería decir que había sido descalificado, seguramente por saltarse las normas.
¿Qué peligros existían para tener una puerta blindada? ¿Qué se ocultaba al otro lado? Antes esas cuestiones no pude evitar sentir que nos estaban ocultando una parte importante del proyecto.
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Digimon World (Project)
FanfictionDIGIMON WORLD (PROJECT) || Echo, de treinta años, es seleccionado para participar en una simulación científica titulada "Digimon World". Bajo una dinámica VRMMORPG (Videojuego de rol Multijugador Masivo en línea de Realidad Virtual), el joven narra...