Epílogo

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Día 4.

Desde que partieran no se ha vuelto a tener información de los fugitivos. Como era lógico, la mismísima Dra. Iosefka se encargó personalmente de que el escándalo no trascendiera a los medios ni las altas esferas políticas. Una mano amiga en el ejército lo llamaron. Ájax. Sea como fuere, lo ocurrido la noche de los hechos es ahora tema tabú para todos —espero que al menos consiguieran escapar con vida.

El proyecto Digimon World por consecuencia fue fulminado, cancelado, y eliminado de la programación. No podían permitirse un segundo bache. 

A los involucrados nos obligaron a entregar todo el material en nuestra posesión y a redactar nuestras últimas observaciones al respecto. En lo personal, con esa tarea me encontraba en una encrucijada: ser honesta conmigo misma y, por lo tanto, retocar mis informes de forma negativa; o dar mi opinión profesional... Como científica cualificada y formada cualquier opción que no fuera la segunda levantaría sospechas y suficiente tenía con Fiore fisgoneando a mi alrededor.

Asesinar a Hyougamon es con seguridad el acto más terrible que he tenido que realizar. Cuando le miré a los ojos supe que estaba dispuesto a sacrificarse por mí —me decepciona pensar que fui demasiado cobarde para arriesgarlo todo, pero me alivia saber que se fue feliz de haber tenido la oportunidad de verme una última vez.

Finalmente decidí que, por respeto a la memoria de mi compañero, retocaría levemente mis anotaciones. Sobre todo lo que concernía a Echo. Nada de lo que hiciera detendría lo que estaba por venir. Él era la clave para desentrañar el proceso evolutivo de los digimon y por ende el que resolvería el misterio concerniente a la destrucción de los mismos —me siento sucia por estar involucrada. Demasiado—. Con una expresión rígida y la seriedad que me caracteriza acudí al jefe del proyecto y le hice entrega del material requerido.

—Es una lástima que haya acabado, ¿verdad? —Podía ver en los ojos de Fiore la desconfianza. No sólo él se preguntaba quién había desconectado cámaras y por qué mi compañero de experimento estaba involucrado—. Si alguien entiende la importancia del Digimon World esa eres tú, Nélisse.

Arrogante. Si bien él tenía el título de Jefe de Proyecto, fui yo la encargada de planearlo y llevarlo acabo. Él simplemente estaba presente ocasionalmente para llevarse el mérito y el favor de la doctora —cretino. 

Esa misma noche fui citada a su despacho.

**********

La Dra. Iosefka, tras varias horas de lectura intensa de datos, divagaciones y Diarios de Abordo, tenía suficiente información para sacar sus propias conclusiones y, por su rostro, no parecía estar satisfecha. 

En la privacidad de su despacho —al que pocas veces había entrado— esperé en silencio. Al ser un experimento forzado los resultados estaban adulterados y no eran concluyentes, lo que terminó por frustrarla.

—¡Esto es un fracaso! —gritó enfadada—. ¡No me sirve! —Puso los ojos en blanco y se llevó una mano a la frente exasperada para serenarse—. No puedo aplicar estos datos a la vida real, están incompletos... Aunque estamos más cerca que nunca gracias a ellos, enhorabuena.

—Hice todo lo que estaba en mis manos, le puedo dar mi palabra.

Su negativa a siquiera mirarme me tensó. Mi instinto me decía que entre bambalinas algo se estaba cociendo y, como quien juega con fuego, estaba a punto de quemarme.

—Es suficiente. —La doctora chasqueó los dedos e hizo pasar a dos guardias que se colocaron detrás de mí—. Estás despedida. —Pausó—. Uno de los involucrados en el proyecto te ha acusado de plagiar sus propias anotaciones para dar contexto a las tuyas... Como comprenderás no podemos permitirnos una acusación tan seria ahora mimo en este departamento, deberás entender mi posición.

¿Plagio? Toda mi carrera acababa de esfumarse y me reputación había sido dañada por una más que falsa acusación. Quise defenderme, exigir algún tipo de prueba que abalase su acusación, pero a estas alturas cualquiera de esos archivos habría sido eliminado para combatir mi alegato. Era la cabeza de turco idónea para pagar por el fracaso de otros.

—Sí. Lo entiendo.

—Siento que las cosas acaben así entre nosotras. —Rezumaba falsedad—. Te deseo buena suerte.

Sólo asentí.

Acto seguido los guardias me rogaron que les acompañase. No tuve la ocasión siquiera de recoger mis pertenencias, más Fiore apareció con una caja donde aparentemente estaba todo. Cuando me la entregó, e inesperadamente, me susurró algo para que sólo yo pudiera escucharle.

—Sé que fuiste tú quien les ayudó a escapar, aunque no lo pueda probar.

Quizás fuese él quien lanzase la acusación de plagio en contra de mí —es igual, no creo que saber la verdad fuese a sofocar la tristeza por la que estaba embargada en ese instante—. Con una sonrisa socarrona se echó a un lado para despejar el camino.

El paseo hasta la salida, ante el estupor de los que hasta ese momento eran mis compañeros de trabajo, se me hizo largo y vergonzoso. Podía ver como sus miradas se centraban en mí juzgándome inquisitivamente. Cualquiera al que pudiera considerar amigo quedaría eliminado de la lista... Me habían convertido socialmente en una paria

**********

En el exterior la noche bañaba el cielo con su negrura —aunque el firmamento relucía como hacía semanas que no recordaba— y me quedé en la puerta, serena, tratando de recomponerme. Había dedicado mi tiempo en éste proyecto con muchísima ilusión y ahora que me habían despojado de ella no sabía qué hacer.

Entonces, mientras caminaba hacia mi casa, un reflejo en la acera de enfrente llamó mi atención seguido de un sonoro estruendo que detuvo mi mundo... Algo me atravesó el pecho salvajemente.

De entre las sombras salió Josh portando una pistola. Vengativo. Resentido. Todo en él desprendía pura maldad y malas intenciones.

¿Por qué lo hizo? Porque podía. Al igual que nosotros creamos el Digimon World. Porque hacer daño a los demás era gratuito pese a las consecuencias. Como una simple e injusta acusación de plagio que puede causar muchísimo dolor... No creo que se parase a pensar por un momento las repercusiones inherentes a sus actos, sólo dio rienda suelta a los sentimientos egoístas que tuviera cuando lo hizo: venganza, enfado, quizás fuese envidia respecto a Echo, no lo sé. Pero lo hizo.

Los engranajes de la máquina estaban en funcionamiento. Que viviera o muriese no le importaba a nadie, ya no me necesitaban para crear el arma definitiva que inclinase la balanza en contra de los digimon. Sólo era cuestión de tiempo que lo consiguieran.

Al menos era una noche preciosa en la que decir Adiós marchitándome lentamente después de sufrir una herida mortal.


· F I N ·


Quería despedirme de vosotros, mis lectores, con una metáfora de lo que el propio fic me ha hecho sentir a mí mismo. Mis disculpas.

Espero que os haya gustado y, como digo siempre, gracias a todos por acompañarme. 

Un saludo.

Digimon World (Project)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora