Suit of Strangers (en edición)

Capitulo 7

Mis mejillas apenas y han bajado de color un par de veces, menos mal no alcance a usar rubor, y hablando de eso.

-¿Por qué mandaste a Paul por mi? – ladeo la cabeza mientras observo como bebe de su copa de vino blanco

-¿A quién? – su entrecejo se arruga y sé que la pregunta la hace para ganar tiempo y dar una respuesta

-Al señor Parker – gruño con un poco de seguridad

-Solo quería… ser cortes – sonríe encantado con su respuesta – por los viejos tiempos

Cuando trabajábamos juntos Paul era casi que mi chofer personal, siempre tenía que recogerme cuando a Emmet se le ocurría que debería llegar puntual o cosas así, o en reuniones de la empresa pasaban los dos por mí, y me decepciona admitir que en ninguna de esas veces nos saludamos como hoy.

-¿Y por qué una hora antes? – me deleito al ver cómo pasa pesadamente el poco vino que ha alcanzado a tomar

-yo… bueno… - baja la mirada ¡Wow! jamás creí verde bajar la mirada de esa manera, esa que me dice que no sabe exactamente que decir

Opto por ayudarle un poco - ¿creíste que no me iba a presentar verdad? – pregunto con inocencia mientras bebo un poco de agua

Muerde su labio mientras… ¡oh mi dios! ¡Esta mordiendo su labio! Justo ahora me siento como una quinceañera, temblando bajo el encanto de un chico…

-Emmet… - susurro su nombre y el solo me ve fijamente - ¿Qué tal ha estado el trabajo? – prefiero cambiar de tema antes de comenzar a transpirar por su culpa  

-Bueno… mi nueva secretaria ha sido algo… incompetente – gruñe al parecer enojado

-¿Por qué? – jamás me ha gustado que hablen mal de otra persona, pero  por el gesto que trae Emmet se que sus razones tendrá.

-Arregle una reunión importante con ciertos accionistas – inicia

-¿Los de Canadá? – recuerdo que eran los más grandes

-Sí, con ellos – asiente – y olvido informarme sobre la reunión solo hasta diez minutos antes… lo único bueno es que el lugar quedaba a veinte minutos pero…

Se lo mucho que le disgusta a él la impuntualidad, solo una vez por mi culpa lo fue y se sintió un infierno su regaño.

-Luego… hace mal un montón de cosas y… - ¡wow! sí que lo he enojado

-Emmet – pongo mi  mano sobre la suya – está aprendiendo… dale la oportunidad – trato de calmarlo

-Me haces bastante falta – susurra más pasivo

-Si quieres quedo algunos días con ella y vuelvo a darle una pequeña inducción para que... – me interrumpe

-No Jazmin… a ti… te extraño a ti – se burla – la manera en como ponías esos ojos en blanco cada que me enojaba o decía algo que te disgustaba – niega y siento que está hablando de una pequeña de cinco años – y no creas que no me daba cuenta que preferías usar las escaleras antes que quedar sola conmigo en un ascensor

Suelto una risita nerviosa – pero siempre que nos encontrábamos no sé como hacías para ponerme más trabajo – me quejo  

-¿Sabes qué extraño? – lleva su mano hasta mi rostro y pasea su pulgar por mi labio inferior

-¿Qué te tire las carpetas en la mesa cuando me hablabas como un desgraciado? – pregunto con falsa inocencia

-Eso un poco – se burla – pero extraño ver cuando llegabas sonrojada y agitada, por que se te había hecho tarde – relame sus labios