Capitulo 3

10.7K 617 5
                                    

Empiezo a sentir un pequeño frio correr por mi espalda hasta llegar a mi cuello, mis ojos se abren por inercia  y lo primero que veo es una linda corbata.

-Hola… - susurra él con una sonrisita

-Hola – respondo avergonzada al sentir como camina conmigo en sus brazos

-¿estás bien? – frunce el entrecejo

Por primera vez en un largo tiempo me preocupo por mi apariencia ante alguien… me acomplejo por su mirada.

-creo – susurro incomoda - ¿podrías bajarme?   

-sí. Podría – responde con una risita

-tonto – gruño

-no es buena idea decirle tonto al hombre que te tiene en brazos – sonríe aun más

-¿Qué paso con el hombre decente y amable del bar? – me quejo

-es como la cenicienta – continúa con su sonrisita estúpida

-¿En el día una en la noche otra?

-Estoy seguro que esa no es la frase de cenicienta – se ríe

Hago un puchero y tras meditar las pocas ideas que rondan en mi cabeza susurro - Quiero mi cerveza – le recuerdo su promesa

-Lo sé… - vuelve a sonreír

Mis parpados pesan de nuevo y el parece notarlo porque hace sus pasos más suaves y mecedores, tanto que me siento a gusto y confortable.

Mierda. Mierda. Mierda. Me he vuelto a quedar dormida, rápidamente abro los ojos y busco algo con que sostenerme, estoy completamente a oscuras, me acomodo hasta quedar sentada, la sabana se contrae un poco y un varonil gruñido me hace estremecer.

Dios no. Dios no. Dios no…  Que no sea lo que estoy pensando. Cubro mi rostro con ambas manos y lentamente recorro mi cuerpo con la poca luz que hay.

Traigo puesta una camiseta gris de hombre… Bueno… hemos comenzado mal, yo tenía otra ropa…  bajo un poco más y mi pantalón no está, ha sido reemplazado por un pantalón negro de chándal.

El gruñido vuelve a sonar y las sabanas vuelven a moverse, cierro mis ojos por unos segundos y  los abro lentamente llevando consigo la mirada a mi lado en donde un hombre descansa pasivamente, esta girado hacia mí y puedo ver sus labios ligeramente abiertos, sus pestañas y su nariz, trae una leve sonrisa en su boca… Se ve bastante apuesto… ya lo recuerdo bien, el es el que me acompaño anoche… ¿Cómo es que se llamaba?... Dios me siento tan… no me atrevo ni a decirlo.

-¿Jaz? – murmura y sé que solo esta medio dormido

Rozo su brazo con mi mano y parece bastarle para volver a dormir, me sorprende la naturalidad con la que murmura mi nombre, debo admitir que me ha conmovido, pero aun así esto no me parece para nada bueno.

Me levanto de la cama y a tientas, con la poca luz que se filtra por la ventana logro distinguir una silla en donde encuentro mi ropa, con sigilo me visto lo más rápido que puedo, siento un poco de consuelo al ver mi ropa interior intacta. Muerdo mis labios, no sé si marcharme a esta hora sea una decisión correcta, me refiero a que él bueno… creo que se ha comportado bastante bien conmigo… ¡¿Qué estoy pensando?!... tomo mis botas y salgo de la habitación para encontrarme con un pequeño pasillo. Mierda… Como es posible que recorriera todo esto sin siquiera inmutarme.

Camino en el único sentido y me encuentro con unas escaleras en medio, hago un puchero y las bajo, el piso es demasiado frio para andar descalza, pero no me puedo exponer a que me oiga saliendo.

Suit of Strangers (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora