Capitulo 14

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Para mí la mujer más des cohibida que he conocido en mi vida es Destiny con sus juegos extraños, bailes exóticos y salidas fugaces, pero ahora, justo ahora que veo a Maggie en plan de conquista, sinceramente Destiny es un ángel al lado de ella.

Trae puesta ropa totalmente diferente a la que usaba en la tarde, ahora usa una falda de cuero café bastante ceñida a sus caderas y una blusa blanca traslucida que deja ver su sujetador negro perfectamente, está hablando con un hombre mientras libremente toca su entrepierna y él se mueve gustoso.

Cuando llegó tuvimos una leve conversación en la que dejaron completamente claro que nada de lo que suceda en este lugar o con ellos fuera del trabajo tienen lugar en la empresa y demás, yo he aceptado fielmente, la verdad no me sentiría orgullosa diciendo que he ido a un bar de intercambio y visto parejas demasiado cariñosas entre ellas.

Trevor ha pedido que imprima un contrato de confidencialidad con nuestros datos para que todo sea formal, y no es que termine de pedirlo cuando en mi cabeza inicia la alarma de precaución. 

 -Maggie tiende a jugar con las manos bastante – comenta Trevor a mi lado bastante familiarizado con la escena

Lo miro de reojo, no puedo creer que me trajera a un lugar de estos, y mucho menos que hable de su compañera de trabajo como lo hace justo ahora.

-Mira... ya cumpliste tu promesa... ya me trajiste aquí y ya me quiero ir...- mentiría si dijera que todo esto me aterra, de hecho lo que me aterra es que una parte de mi quiere probar, quiero saber que se siente que un extraño me toque o hable dulce al oído, ver tantas parejas besándose no me disgusta, el lugar genera tanto morbo que solo me da curiosidad, una curiosidad que me da total miedo tener

-por favor Jaz... mantén tu mente un poco más abierta a todo – toma mi mano por sobre la mesa y traza círculos con su pulgar en el dorso de mi mano con tal delicadeza que un cosquilleo comienza a expandirse

-Para que voy a tener mi mente abierta si igualmente no voy a tener sexo – gruño por lo bajo siendo presa fácil del temor

-¿no quieres tener sexo? – su mirada brilla cuando usa el termino, como si esperara que mi reacción fuera otra o gustoso de que la palabra saliera de mi boca primero

Me acomodo un poco más, sé que tengo cara de ser algo virginal e inocente, pero eso no significa que cuando escuche la palabra sexo me persignare tres veces y rezare todo cuanto me venga a la cabeza.

-Se supone que... - me interrumpe

-Creo que es hora de decirte la verdad... no tengo total intención de aclarar las cosas... ese era solo un plan B – susurra complacido y risueño – en caso de que no quisieras venir conmigo.

-Creo que es hora de decirle que me voy... y además... siempre se dice primero el plan A – me levanto de la mesa y busco rápidamente una salida que resulta algo fácil de hallar.  Encontrarme con una puerta café es lo primero que hago y camino hacia ella.

Las personas me ven algo interesadas, ¡lo sé!  De seguro no es normal que alguien se marche sin haber tenido previamente su noche de sexo con desconocidos.

Salgo por la puerta pero me encuentro con un largo pasillo, a cada lado hay ciertas puertas, algunas iluminan verde, otras rojo y algunas tienen un estilo de señales que especifican por algo que asumo se quiere pero no tengo la menor idea.

Una de ellas tiene un extraño dibujo y la curiosidad me invade, la puerta esta entreabierta así que la empujo y empiezo a asomar mi cabeza como si espiara a mis padres mientras envuelven los regalos de navidad. Solo hay gemidos, jadeos y respiraciones pesadas.

Suit of Strangers (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora