Monstruos

10. SI TÚ MUERES, YO MUERO

Alice se despertó toda empapada y exhausta. Se incorporó tosiendo fuertemente para expulsar el agua que se había metido en sus pulmones. Después, miró su entorno y notó que se encontraba en una playa, así que supuso que el pasadizo desembocaba en el mar y la corriente la había arrastrado hasta la orilla.

Se levantó despacio pues se sentía un poco mareada, pero pronto fue consciente de que se encontraba completamente sola y el cuerpo de FP no estaba junto a ella.

¡FP!- gritó preocupada por él. En sus últimos recuerdos se había aferrado a él con todas sus fuerzas, así que no debería de estar muy lejos de ella, el agua también lo tenía que haber traído hasta la playa.

Alice comenzó a mirar a su alrededor con urgencia hasta que notó un cuerpo tirado en la arena a pocos metros de ella. Empezó a correr hacía él y, una vez estaba lo suficientemente cerca, distinguió que era FP tumbado boca abajo e inmóvil.

¡FP!- volvió a llamar Alice cayendo de rodillas a su lado mientras lo sacudía para despertarlo. Pero, al no obtener respuesta, le volteó y se horrorizó al notar que estaba cubierto de sangre y no respiraba.

¡FP!- gritó Alice desesperada y aterrorizada. Esto no podía estar pasándola, había visto la sangre antes, pero él le dijo que estaba vivo, que estaba bien... 

Alice se apresuró a curar sus puñaladas con su magia. Le daba lo mismo agotarse físicamente, haría cualquier cosa para que volviera a respirar. 

No entendía cómo seguía sangrando, sus heridas eran profundas y no se habían regenerado, sin embargo, FP era un hombre lobo, así que no era normal que sus puñaladas siguieran así. A menos que... el cuchillo que utilizó Hal estuviera hecho de plata. ¡Maldito hijo de perra!

Tras cicatrizar las heridas, Alice continuó realizando la reanimación boca a boca. Pero, pese a su determinación e insistencia, nada funcionaba. El corazón de FP seguía paralizado.

¡Vamos, FP!, ¡no puedes dejarme ahora!, ¡te necesito!, ¡te amo!- gritó Alice golpeando su pecho con cada declaración mientras sollozaba. No podía estar muerto, se negaba a perderlo de nuevo.

Por favor...- suplicó Alice rota mientras acariciaba su barba. Sus lágrimas brotaban sin descanso y no sabía qué más hacer. FP estaba muerto. 

Acto seguido se abrazó a su cuerpo, llorando desconsolada hasta que recordó las palabras que FP le había dicho. 

Palpitará siempre por ti... -susurró Alice mirando el rostro de FP determinada. Todavía no estaba todo perdido.

Rápidamente se sentó a horcajadas sobre él. Después, colocó la mano sobre el pecho de FP y la otra sobre su propio pecho susurrando unos conjuros.

La magia de Alice se hizo presente en el aire y sus ojos se iluminaron con pura energía. Las nubes comenzaron a amontonarse sobre ellos estallando una tormenta de rayos a su alrededor.

Alice metió la mano dentro de su propio pecho sacando su corazón palpitante e hizo lo mismo con el corazón de FP. Posteriormente, alzó ambos corazones hacía el cielo tormentoso mientras seguía conjurando su poder.

Alice comenzó a sudar, sentía como sus poderes drenan su propia vida, pero no iba a parar hasta completar el conjuro.

Ambos corazones se convirtieron en uno sólo y las manos de Alice comenzaron a arder mientras lo sostenía en sus manos. Aún le quedaba la parte más dolorosa.

Un rayo retumbó en el cielo silenciando el grito de Alice cuando separó el corazón vivo en dos porciones, mientras que dos serpientes surgieron de dentro. Una de ellas comenzó a serpentear hacia FP mientras que la otra fue hacia Alice.