XV. Planes a futuro

1.4K 169 98
                                    

La relación entre los chicos va evolucionando de una forma muy hermosa. Ambos se sienten demasiado dentro del noviazgo, que no quisiera que el otro se fuera de su lado. El amor es muy grande entre los jóvenes que hasta se han convertido en una pareja envidiable.

En su grupo, Giyuu se ha vuelto el centro de atención por su vientre. Suele sentirse incómodo cuando le piden permiso para tocarlo. Tanjiro suele ahuyentarlos porque el mismo Giyuu no se atreve.

Pero a los que no les importa invadir su espacio personal son los compañeros de kendo. sobre todo a Mitsuri Karonji y a Makomo. Les da muchísima ternura ver a Giyuu.

Una tarde, como normalmente acostumbra Giyuu, pasa a buscar a su novio al dojo para irse a comer antes de trabajar. La lección ya había terminado y están hablando Kyojuro y Uzui. El hombre de hebras blancas mira como cambia la mirada de ambos cuando se ven, el recibimiento y los mimos que se dan.

—¿Qué hubieras hecho si Tomioka hubiera considerado a Sabito como el padre de tus hijos y no a ti? —pregunta Tengen.

Esa pregunta deja helado a Kyojuro por completo, incluso la sonrisa se borra de su rostro y mira a Uzui. Pareciera que duda de la paternidad de los bebés que carga Giyuu en su vientre.

—Eh bueno...

—Definitivamente no hubiera pasado eso, no me imagino a nadie más. Solo tu —Giyuu toma las mejillas de Kyojuro para que lo mire a los ojos.

Viendo la sinceridad de Giyuu, sonríe y lo envuelve en sus brazos, sintiendo alivio ante pregunta incómoda. Uzui sonríe levemente y le da unas palmadas a la espalda.

—No olvides que ya se viene tu último torneo y debes cerrar con broche de oro —Tengen se cuelga la mochila en su hombro y se gira antes de irse—. No porque estés enamorado debas distraerte. Debes dar lo mejor.

—¡Lo haré! —sonríe Kyojuro.

Caminan tomados de la mano, al paso de Giyuu, ya le pesa mucho su vientre y eso que aún faltan semanas. Ese día es importante, pues de acuerdo al embarazo, le harán un ultrasonido a los bebés para ver más detalladamente su crecimiento y que no tenga ninguna deformación.

Acostumbran ir a casa de los Rengoku a comer algo, ya que los esperan en casa con la comida preparada. Esto se acordó desde la primera visita del omega a su casa.

—¿Verán a los bebés? —pregunta Senjuro emocionado..

—Si, verémos lo fuertes y sanos que están —agrega Kyojuro.

—Seguro que serán varones, casi no hay mujeres dentro de la familia —asegura el menor de los Rengoku.

—Yo solo quiero que estén sanos —responde Giyuu.

—Lo estarán —sonríe Kyojuro.

Terminando de comer, se van juntos al consultorio de la doctora Kocho. Están emocionados por ver a sus bebés, siempre ven que crecen y crecen más.

—Estoy sorprendida, no tienes ni un grano de acné en el rostro o espalda —dice Kanae al observar al omega—. Todos tus niveles están muy bien, ¿Tus síntomas como van?

—A veces me cuesta trabajo encontrar una posición para dormir, si me acuesto del lado izquierdo, se enoja el pollito a. Si me acuesto de lado derecho, se enoja el pollito b —platica Giyuu.

Kyojuro ríe levemente. Desde la otra vez llamó así a sus hijos y a Giyuu le pareció extraño, pero ahora que ha adoptado el apodo le da mucha ternura.

—Y aunque los bebés absorben demasiado hierro, no tienes anemia —continúa Kocho mientras revisa los estudios de laboratorio.

—Solo la acidez en algunas ocasiones, pero tomo esos sobres que recomendaste —continúa hablando el omega.

Made Me This WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora