XXV. Tiempo para nosotros.

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El cansancio es pesado para ambos, si sentían qué no dormían en el primer mes que tuvieron solo a Enjuro, ahora es más pesado. Las ojeras ya se notan debajo de sus ojos, preocupando a los miembros de la familia.

Con los dos primeros meses de vida de los bebés, no han tenido más dificultades en cuestión de salud,

Giyuu logra hacer que ambos bebés se queden dormidos. Cae a lado de Kyojuro, quien está en posición fetal, babeando sobre la almohada y con el cabello totalmente esponjado.

—Al menos podrías meterte bien a la cama para que pueda dormir —se queja Giyuu empujandolo.

Kyojuro se mueve a la orden de su novio, haciéndose a un lado para que Giyuu se acomode.

—Estoy muerto —gruñe el omega.

—Soy un zombi —balbucea Kyojuro.

—Me duele el cuerpo.

—Yo...

Giyuu se gira para ver a Kyojuro que se ha quedado completamente callado, esperando que diga algo, pero al no tener nada que decir se ríe levemente.

—Simplemente estoy muerto de cansancio.

—Es tu culpa, me embarazaste.

—Si, pero los genes de los mellizos son parte de la mamá.

—Eso no quita que me embarazaste y yo era muy pobre para conseguir pastillas o practicarme un aborto.

—¿Te estás arrepintiendo?

—Para nada, estoy feliz de tener una familia contigo, ¿pero por qué siempre pintan bonito la maternidad en las películas? —se queja Giyuu, mirando a su prometido con seriedad—. Desde los dolores de parto, que siempre están las mamás como si nada y hasta algunas están arregladas, en las revistas siempre omiten las estrías y celulitis o como es el cuerpo después del post parto. Mi abdomen no será el mismo.

—Pero me gustas así, no me molesta en absoluto —Kyojuro busca a Giyuu para abrazarlo.

—No es eso y lo dices porque me ves con ojos de amor —continúa Giyuu, dejándose envolver por los brazos de su pareja—. No te preparan para lo que es en verdad cuidar de bebés recién nacidos.

—Como el vómito, nadie dijo eso o las cantidades obscenas que se necesita de pañales.

—Huelo a leche.

—¿Aprovechamos un baño?

—Solo si tú masajeas mi espalda.

Sin decirlo dos veces, Kyojuro carga a Giyuu en sus brazos para llevarlo al baño. Intentan hacer más interesante el desnudarse, pero no dejan de bostezar. Mientras que la tina se prepara, deciden tomar una ducha.

—No puedo ni abrir los ojos —susurra Giyuu.

—Es peor que una resaca de alcohol de dudosa procedencia.

—No sé que voy a hacer cuando regreses a trabajar, voy a llorar con ellos cuando lo hagan.

—Ni yo sé cómo voy a aguantar, si en las noches no nos dejan dormir.

Terminando de tallarse el cuerpo, ambos se adentran en la tina, acomodándose y relajándose un rato mientras pueden. Se dan un masaje mutuamente en la tina, disfrutando del agua caliente.

Cuando terminan por completo de darse un baño, Kyojuro y Giyuu se acomodan en la cama, ni el hambre los va a levantar de ese lugar. Quieren aprovechar unos minutos antes de que se despierten los pollitos.

Senjuro se asoma por la puerta y ve a la pareja a medio vestir, sin acomodarse bien dentro de la cama. Su vista se posa en los bebés, por lo que decide llevarlo en sus cuneros, al fin que se pueden mover de las rueditas.

Made Me This WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora