XVI. La llamada

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Con la decisión tomada de Giyuu. Kyojuro le ayuda a traer las cosas que tiene en el departamento de Tanjiro.

Extrañaría mucho la compañía de su amigo y sus cuidados, pero Tanjiro también cree que es mejor que se quede con los Rengoku.

También ha tomado la decisión de no inscribirse este semestre por el parto, ya que la doctora comentó que debe ser por cesárea.

Mientras les acomodan la habitación que los Rengoku les prometió, Giyuu dormirá en la misma que Kyojuro.

Esa tarde de sábado, Giyuu comenzó a sentirse un poco mal y decide acostarse en la cama. Le gusta estar cerca de las pertenencias de su pareja, incluso ha creado una especie de nido dentro de la cama del alfa con la ropa y algunas cobijas.

Kyojuro está pendiente a todo lo que necesite, haciendo compañía y asegurándose que nada le falte. Ambos dentro del nido del omega, el alfa abraza por la espalda a Giyuu, haciendo "piojito" en su cabeza para que se relaje.

—Me niego —gruñe Giyuu cruzándose de brazos.

—Pero....

—Acepté la idea de que los bebés tendrán todos los genes Rengoku, acepté los nombres que tu padre está sugiriendo, acepté mudarme con tu familia, pero no voy a ver una flama por horas porque es una tradición familiar, según tu padre, para que los bebés tenga todo de ti —Giyuu se aleja un poco y se sienta sobre la cama para mostrar que está inconforme.

La petición de su padre, que solo es como una sugerencia, es sentarse frente a una flama y verla durante horas. Giyuu frunce su ceño al escuchar eso y definitivamente se niega.

—Eso mismo le dije a papá, que es demasiado descabellado —comenta Kyojuro acercándose a su pareja para abrazarlo—. No importa como sean ellos, lo importante es que estén sanos.

Coloca las manos sobre el vientre de su novio, sintiendo la respuesta de los pequeños. Ambos sonríen.

—Pollito A está muy inquieto, se ha estado moviendo mucho y Pollito B es demasiado tranquilo, aunque le gusta patear mis costillas —comenta Giyuu al tomar la mano de Kyojuro para entrelazar sus dedos.

—Pollito A se parece a mi y Pollito B a ti —Kyojuro besa la mejilla de su novio—. ¿Cuándo verás a tu hermana?

—Quedamos en vernos el miércoles, ¿Quieres ir?

—¡Si! Quiero hablar con tu hermana para asegurarle que estás en buenas manos.

—Ella lo sabe —sonríe levemente Giyuu—. Lamento arruinar esta noche, debiste ir sin mi. Es algo que no se vive más que cada vez que terminas la carrera

Esa noche se celebrará la graduación de los alumnos de la generación de Kyojuro. Ya habían pagado sus boletos para ir a la fiesta elegante, pero Giyuu no se ha sentido bien ese día y ninguno de los Rengoku quiso dejarlo solo.

—No importa, hay cosas más importantes en mi vida qué ir a una fiesta —Kyojuro le sonríe levemente mientras acaricia su vientre—. Como mi familia.

Giyuu esboza una enorme sonrisa cautivando por completo a Kyojuro. Antes de que digan o hagan algo, escucha que los llaman desde la puerta. El alfa indica que pasen y entra Ruka a la habitación.

—¿Cómo sigues, Giyuu? —pregunta la mujer al tomar asiento en la cama.

—Mis pies hinchados son una molestia y me duele la espalda. Al menos la sensación de mareos se ha ido —explica Giyuu con una sonrisa.

—Solo los pollitos patean mucho —agrega Kyojuro.

—Nos asustaste cuando la hemorragia nasal no paraba, me alegra que estés mejor. ¿Puedo? —sonríe Ruka acercando su mano al vientre de Giyuu.

Made Me This WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora