XIX. Por fin juntos.

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La condición de Tsutako era grave antes de que fuera intervenida, al llegar al hospital, sus fuerzas se habían agotado totalmente y ahora ha caído en un profundo sueño.

Kyojuro deja a su novio con su hermana, mientras qué se acerca a escuchar bien qué sucederá ahora que Tsutako está con ellos.

Su madre, Sabito y el detective Yoriichi están hablando con el doctor que atiende a Tsutako y el director del hospital. Kyojuro se acerca para escuchar bien la plática.

—... Afortunadamente no hay embarazo, pero la joven ha sido torturada por varios días. En su análisis solo encontramos una anemia muy severa, heridas profundas en su cuerpo qué ya fueron atendidas y fue operada en la tarde porque su bazo tuvo una hemorragia interna por los golpes —explica el hombre con seriedad—. Antes de que la joven cayera totalmente inconsciente, nos dio el permiso de fotografiar su cuerpo para levantar una demanda.

—Nos servirá mucho que nos dé esas fotografías. La demanda ya se ha levantado por mi yerno y estamos trabajando para que la señorita Tomioka pueda estar libre —comenta Ruka con suavidad.

—¿La joven dijo que fue lo que pasó? —pregunta Yoriichi.

—Solo alcanzó a decir que necesitaba ayuda y no permitieran qué su esposo se acercara —contesta el doctor.

—Doctor, pediré que la paciente sea vigilada y que únicamente pueden entrar a verla son el hermano, los Rengoku y el personal médico. No habrá cambio de Doctor o enfermera. También será custodiada la joven Tomioka en caso de que el agresor venga —pide Yoriichi sin dejar de mostrar ese lado profesional.

—Está bien —agrega el doctor.

Ruka se queda unos momentos más hablando con el detective, mientras qué Sabito y Kyojuro vuelven hacia la sala de espera donde está la habitación de Tsutako.

Aunque estuvieron trabajando juntos, no son capaces de decir algo fuera de lo laboral, incluso se sienten incómodos estando cerca del otro. En Sabito aún hay cierto rencor por haberle arrebatado al chico que le gusta y Kyojuro sigue molesto por la forma en como le dijo del embarazo de Giyuu.

Por supuesto que por Giyuu intentan no causar algún problema, ambos ponen el bienestar de la persona que aman antes que cualquier otra cosa.

—¿No debería comer algo Giyuu? —pregunta Sabito.

—Tienes razón, iré a ver si necesita algo —Kyojuro se levanta de la silla.

Dentro de la habitación, Giyuu se siente totalmente tranquilo de tener a su hermana ahí. Agradece que los doctores la han salvado de todas las heridas físicas que tiene. No dejará que ese hombre intente buscarla o tocarla de nuevo.

Espera que pronto puedan llevársela a casa, pues aunque desea estar todo el tiempo a su lado, los Rengoku no lo dejarán estar ahí, incluso permanece en esa silla de ruedas sin facilidad de moverse. No deja de sonreír, ni tampoco de llorar, desea con todo su corazón que nadie más vuelva a tocarla.

Escucha que entran a la habitación, pero por el aroma detecta que es Kyojuro. El alfa se acerca y besa la frente. Giyuu toma su mano y sonríe al verlo a su lado.

—Nadie puede entrar a esta habitación más que los médicos asignados y la familia —le cuenta Kyojuro.

—Gracias, te agradezco por todo esto —susurra.

—Debes comer algo, ir a casa a descansar —le pide Kyojuro.

—No podré descansar hasta que Tsutako despierte, no podré descansar hasta que pueda estar conmigo —dice el omega mirando a su hermana.

Made Me This WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora