Capitulo 13: Roland

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*Narra Lyn*
"
Al mismo tiempo, en la gran estepa"
-Hermano, me alegra que regresaras a Lycia antes de tiempo, pero por favor. Esta es mi pelea, yo me encargaré de él.
-Ya tenemos cinco de las espadas sagradas, solo necesito recuperar Aegis y todo estará listo. Lo siento Lyndis, pero quiero ver que tan fuerte es el llamado "caballero infernal"...
-Al menos déjame ir adelante.

*Narra Roy*
"De regreso en los campos donde Roy se encontró con Rose"
- ¿A qué te refieres Roy? ¿Piensas secuestrar a la reina?
-Eso sería ir por el camino más fácil, y el más sucio también. No me tomes por una persona tan baja Rose. Si ellos están en la estepa de Lycia, deben de estar cerca del templo. ¿No es así?
Rose no respondió, ella no estaba en mi contra, pero aun así no traicionaría a sus compañeros.
-Tu silencio lo dice todo. -Le dije.
-Debes saber algo. -Me dijo con la cabeza baja. -Nuestro nuevo miembro del escuadrón...
- ¿Qué hay con él?
-El... Tiene un poder... casi inhumano.
- ¿Inhumano? -A estas alturas no me extrañaban esas palabras, me había acostumbrado ya.
Levantó la cabeza mirándome con sus fieros ojos rojos. -Me refiero a que es un poder demasiado grande, nunca había visto algo así. Es más fuerte que cualquiera de los tres espíritus elementales de Lyn, Yuul y Ren.
Chasqueé mis dedos haciendo una flama, el sonido retumbó en la lejanía. -Al igual que yo.
Rose volvió a bajar la cabeza.
-Dime. -Le dije. - ¿Por qué me dices todo esto?
-Porque eres mi amigo Roy, has cambiado y crecido mucho desde la vez que te conocí, pero aun así, sigues siendo mi amigo. Lamento el haber intentado matarte allá en la base.
Solté aire con la boca. -Hazme un favor y quédate lejos de la estepa. Podría ponerse feo. Vamos Sacra.
Me envolví en las llamas y Sacra me llevó a la estepa de Lycia. Pude ver a Rose mirando hacia las estrellas al verme partir. Pensé en lo que había dicho y en sus palabras había un extraño toque de sinceridad. Ella creía en mí, después de todo.


Al aparecer en el centro de la gran estepa, justo al lado del río noté una inmensa ola de poder que venia del bosque.
- ¿Qué diablos? -Dije sorprendido. -Sacra, ¿Sientes ese extraño poder?
-Afirmativo, no es algo común, tampoco es un poder de demonio. Otras personas están junto a él, su poder es grande también.
Recordé las palabras de la diosa. "Hice que te enfrentaras a un terrible destino". Su voz resonaba en mi mente. -Pero es mi destino. -Dije en voz baja.
Aquella fuente de poder podía sentirse desde kilómetros, era como si me estuviera retando. Pero. Justo en ese momento. Ni siquiera yo había probado todo mi poder, después de haber despertado el fuego caótico comencé a dudar si seguía siendo humano. Mi única prueba era mi cuerpo. Aún era frágil como el de un humano. Pero, aquel poder "inhumano" del que me habló Rose, ¿Se encontraba aquí?, ¿Y quién diablos era el nuevo miembro del SANCTUM?
-Amo. -Dijo Sacra. -Su mente está turbia. Debe tranquilizarse y concentrarse.
-Recibido. -Fue todo lo que dije.

Sentía como ese inmenso poder se acercaba a mi posición, era mucho más fuerte que cualquier demonio normal, estaba ansioso. No por la pelea, si no por probar mi nuevo poder.
- ¡Roy Farron! -Dijo una voz, un grito a la lejanía. Reconocería esa voz hasta mil años después de haber muerto.
-Ven Aegis. -Invoqué la espada, una invocación completa.
- ¡¿Has venido a afrontar tu muerte de una vez por todas?! -Gritó.
-No es que me alegre verte. Lyndis. -Dije dándole la espalda.
Moví mi cuerpo ligeramente a la izquierda. El tajo de viento cortante pasó justo a mi lado y partió las montañas de la lejanía.
- ¡Mírame a la cara maldito bastardo!
Me giré lentamente, esquivando los tajos de viento. El sonido de los árboles, las montañas e incluso el viento partiéndose era estruendoso. Lyn tenía la cara tapada por un mechón de pelo, solo podía ver su ojo con la marca de la familia real, el cual brillaba intensamente por el odio. Ya no era la Lyn que alguna vez conocí, pero yo tampoco era la misma persona. Activé mis poderes de demonio y mis alas de fuego. Esta vez, el odio no me consumió. Pude controlarlos a la perfección. Todo mi poder había aumentado al menos diez veces más. Mis ojos ya no eran rojos, mi pupila se había vuelto gris y brillaba tan intensamente como las flamas. Le hice una señal con los dedos para que atacara.

SANCTUM: Guerras De LyciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora