Capitulo 16: La calma antes de la tormenta.

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El mundo entero se había vuelto una tierra donde reinaban los demonios, ya no era un lugar para humanos como solía serlo hace tres años. Todo había dado un giro descomunal, incluso el cielo. El cual había estado gris desde que desperté y quien sabe por cuánto tiempo más.

Al final no encontramos mucha comida durante la cacería, por fortuna encontramos un ciervo, aunque no muy grande. Fue suficiente como para alimentarnos a todos.

A la mañana siguiente me despedí de todos, agradeciéndoles todo lo que habían hecho por mí el tiempo que estuve dormido.

-Ren, quédate con tu familia mientras me encargo de buscar a los demás. Si no regreso es porque definitivamente estoy muerto. ¿Entendido?

- ¿Cuál es tu plan "Héroe"?

-No soy ningún héroe, pero, algo se me ocurrirá

Salí de las ruinas del templo con nada más que mi ropa y mi túnica del SANCTUM.

El cielo seguía gris y el frio de afuera calaba hasta los huesos. Todo estaba tan calmado y tranquilo, como si estuviera a punto de llover. "La calma antes de la tormenta".

Parecía como si pronto fuese a anochecer. A lo lejos se alzaba una ciudad o más bien un pueblo algo grande. Ahora me era difícil saber dónde había demonios, ya que estaban por todos lados. Active mis poderes de demonio para camuflarme un poco y me puse la capucha. En las condiciones actuales lo más idiota que podría hacer seria levantarme yo solo contra todos los demonios del mundo con nada más que el único ataque de magia de luz que conozco así que tal vez podría investigar un poco antes de empezar a "correr y disparar".

En un instante comenzó a gotear y después la lluvia arreció. Era imposible evitar que todas mis memorias salieran a la luz, desde antes de que todo "se fuera a la mierda". Pienso que pude ser un mejor hijo, un mejor hermano, tampoco es como si hubiese sido el mejor estudiante en todo. Si no hubiese tenido el fuego sagrado desde un inicio dudo que estuviese aquí. Tal vez por eso perdí en el torneo de magia, ya que nunca pude usarlo ahí.

Era gracioso, que alguien como yo les fallara a todos y después volviera con ellos solo para volver a perder. Justo ahora parecía un espíritu, deambulando por las calles del pueblo de demonios lamentándome de todo lo que alguna vez hice mal y ahora ya no importaba en lo más mínimo. Una tierra donde reinan los demonios y los humanos son simples marginados y tratados como salvajes. Lo único que quisiera justo ahora es volver al dormitorio de la escuela, volver a dormir en esas camas duras e incomodas; escuchar las lecciones del arrogante, pero muy sabio, maestro Blaze, Hablar con mis compañeros de clase en la hora del almuerzo, como lo hice el primer día y mirar el atardecer con Lyndis a la orilla del lago.

"Nadie dijo que sería fácil y nadie dijo que sería así de difícil"

Era lo que más pensaba mientras apretaba mi mano lo más fuerte que podía y trataba de ignorar el nudo que había en mi garganta. Me quité la capucha y miré hacia arriba con los ojos cerrados, dejando que mis lágrimas parecieran gotas de lluvia. En el fondo siempre había sido un llorón sin remedio, sin importar que tan fuerte me hiciera o que tanto intentase disimularlo.

Caminando por las calles vacías de ese pueblo de demonios, con la cara empapada por la lluvia y con un frío que me calaba hasta los huesos pude ver a un indigente, sentado a las afueras de un bar probablemente ebrio y medio dormido, me puse la capucha con el pelo y la cara aun empapados y me senté justo a un lado de él sin decir ninguna palabra, solo me quedé en silencio mirando hacia el cielo, él ni siquiera me había visto, llevaba el pelo hasta los hombros, y tenía una barba y un bigote bastante descuidados.

Como vieja costumbre, me puse a jugar con fuego en una de mis manos, haciendo pequeñas bolas de fuego en mi mano y arrojándolas a la tierra, donde se apagaban inmediatamente.

-Dime chico, ¿Qué haces aquí afuera de este bar de mala muerte? -Por su tono se notaba que estaba borracho

-Eso debería preguntártelo a ti. -Le dije sin siquiera mirar a verlo.

-Solo estoy lamentándome y pudriéndome en este lugar, un día puedes estar en la cima de todo y al otro ser la mayor vergüenza que pueda haber y el resultado de miles de muertes.

-"De qué demonios está hablando" -Pensé. Me quité la capucha para poder verlo mejor al mismo tiempo que él me miró.

En realidad él no era un demonio por lo que pude ver. Quedé completamente asombrado, mis ojos se abrieron más de lo normal en señal de sorpresa. Lo primero que vi fue su ojo izquierdo el cual llevaba la marca de la familia real.

- ¿Roland? -Dije asombrado.

Al verme supe que me reconoció ya que al instante se echó a llorar. Dicen que los niños y los borrachos son los más sinceros, y a veces hasta los niños dicen mentiras.

- ¿Sigues vivo maldito bastardo? -Me dijo entre riéndose y llorando.

-Lo mismo diría de ti. -Dije también riendo. -Eres un cabrón duro de roer.

Ambos nos pusimos de pie, seguía lloviendo y ambos estábamos empapados.

- ¿Cómo es que estas aquí sin que los demonios se den cuenta?

-Creo que la tristeza y la depresión me hicieron pasar desapercibidos todo este tiempo.

-Deberías darte un baño, hueles horrible.

Después de eso fuimos a una posada a las afueras del pueblo, tuve que pedir una habitación con el poco "dinero" que los demonios le habían dado a Roland por lastima mientras el había estado afuera del bar, en realidad eran una clase de piedras completamente negras o "almas" como las llamó el posadero.

Roland entró a la habitación y lo deje solo un rato, cuando salió se había aseado completamente e incluso afeitado.

-Entonces. -Me dijo. - ¿Cuál es plan héroe?

Parecía otra persona completamente nueva y al mismo tiempo era diferente a la persona de hace tres años.

- ¿Me ayudaras a reunir a los sabios?

Roland se quedó pensativo por un rato, sin decir nada. -No sabemos si los demás están vivos...

-Ren lo está. -Interrumpí.

-Pero no sé nada de los demás, además, ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

-Desperté hace unos días. -Le dije mientras me ponía la capucha. -La familia de Ren me estuvo cuidando estos años en lo que queda del templo del rayo

-Será difícil volver a la acción.

-Dime. -Le dije a Roland. - ¿Puedes sentir a los espíritus?

-No, recuerdo que le di los míos a Lucy antes del incidente de hace tres años, desde entonces no he sentido ninguna otra magia que no sea de demonios.

-Este es el plan Roland. Necesitamos recuperar nuestras espadas, y para ello a los espíritus, pero primero reuniremos al equipo, estoy dispuesto a recorrer el mundo entero si es necesario.

-Entonces iré a la antigua base del SANCTUM, intenta dirigirte a la ciudadela. Ahí concéntrate en buscar información.

- ¿Que vas a hacer allá?

-Debo investigar por mi cuenta. Créeme. Nos reuniremos pronto.

Ambos nos despedimos con un choque de puños y tomamos caminos separados, preparados para todo y a la vez sin estar listos para pelear de vuelta, de cualquier forma. Terminaríamos con esto y le pondríamos un fin al reino de los demonios. Pase lo que pase.

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Bueno, como se habrán dado cuenta este capítulo es muy corto ya que es un intermedio. "la calma antes de la tormenta"

Después de superar un horrible bloqueo que no me dejaba escribir nada me pondré a trabajar en el siguiente.

Gracias a todos por su comprensión y por leer esta historia.

-Darkflamemaster23

SANCTUM: Guerras De LyciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora