Capitulo 21 (Capitulo Final): Luz

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-Soy de un lugar donde hay que luchar para sobrevivir desde que das tus primeros pasos. Crecí hace miles de años entre la elite de todos los demonios y fui entrenado toda mi vida para llegar a esto. En ese lugar, no existe el día o la noche, no existen las reglas, las leyes o incluso lo que ustedes consideran como "libertad". El más fuerte se lo lleva todo. Siempre ha sido así, y así lo será. Desafiarme significa desafiar a un dios. Prepárate humano insolente. La luz más brillante, convoca la más oscura sombra.

-Da igual lo que me pase a mí. Lo único que quiero es enmendar lo que hice... Mucha gente murió por mi culpa. Los oigo, incluso ahora, Oigo sus lamentos a todas horas. Siento su dolor y su pena. Mantente atrás Lyndis. Esta es mi pelea.
- ¿Cuál es tu plan? -Preguntó Lyn angustiada.
Solté una ligera sonrisa y la miré de reojo. -Los héroes no necesitan un plan.

Aunque Omega se había convertido en un inmenso dragón musculoso e incluso más fuerte, debería ser de esperarse que se hiciera más lento. Lo cual no fue así. Su velocidad aumentó casi al doble. En realidad no podía bajar la guardia ni por medio segundo.
Apareció justo frente a mí e intento darme un golpe fulminante con energía oscura. Rodé hacia un lado y después di un salto hacia atrás para esquivar su inmensa espada. Tomó aire y dejo salir todo su aliento en forma de una onda oscura que me lanzó hasta el otro lado de la sala del trono, la pared se rompió y quedé entre los escombros. Traté de levantarme lo más rápido que pude y levanté la espada de luz la cual se cargó de energía, justo como en la memoria de la diosa. Quise imitar lo que vi en su memoria y di un tajo ascendente con la espada, el cual liberó una onda de energía que arrastró a Omega como una hoja en un huracán. Voló por los aires, derribó el muro del castillo y fue llevado por la onda de energía hasta que lo perdí de vista. Lyn me veía estupefacta mientras que yo quedé boquiabierto con una sonrisa de oreja a oreja. Los dos pasamos alrededor de diez segundos de esa manera hasta que Lyn miró el agujero y rápidamente hizo una ráfaga de viento que me arrastró hacia el muro, al mismo tiempo ella saltó hacia atrás como esquivando algo. En eso un enorme rayo de energía oscura atravesó toda la habitación destruyendo todo el castillo. Nos habíamos salvado, por poco.
-Ahora si está furioso. -Dije con la respiración entrecortada. Miré a Lyn fijamente y empecé a formular una estrategia, no para ganar, sino para mantenerla a salvo. Empecé a morderme el dedo pulgar sin darme cuenta mientras miraba a todas partes. Sabía que tenía poco tiempo y no debía desperdiciarlo.

- ¡Lyndis, quiero que vayas con Roland y los demás a apoyarlos! No importa lo que pase, no te vayas de ahí.
-Me niego. -Dijo al instante.
- ¡Es una orden!
- ¡No eres mi maldito superior como para darme ordenes Roy Farron!
-Por favor...
Lyn hizo un puchero. -Bien.
-Ten cuidado.
Dicho eso invoqué el vuelo del fénix y dos alas de fuego salieron de mi espalda.
-Sacra, ¿Puedes controlar el vuelo verdad?
-Si... pero... ¿Para qué?
-Me concentraré en pelear. Concéntrate en mantenerme en el aire.
-Me aseguraré de llevarte al suelo antes de que el fuego se agote.
Tomé carrerilla y salté desde la grieta que había en el muro de lo que quedaba del castillo. Era una larga caída, desde lo alto podía ver toda la ciudad en ruinas y la pelea con los demonios que seguía librándose en el centro. Las alas se extendieron y me elevé en el aire.

*Narra Roland*
-Lucy... ¿Tú también miras que el cielo se oscureció?
-Si. -Dijo mientras cortaba un demonio por la mitad.
-Y solo para probar que mi mente no me juega una broma. ¿Tú también miras ese dragón gigante que muy probablemente sea Omega, con una espada de un tamaño extraordinario y además, con un aura completamente oscura?
Lucy paró de pelear para ver lo que pasaba en el cielo. -Correcto... -Dijo como si nada.
- ¿Y también ves ese otro punto naranja que tal vez sea el idiota de Roy planteándole frente a Omega el solo con la espada de la diosa?
-También lo veo. -Dijo mientras volvía a la pelea y destruía un grupo de demonios como si nada. Cuando la comandante Lucy Blackwood entraba en la lucha era una persona completamente diferente. Fría, calculadora, sádica y sin piedad.

SANCTUM: Guerras De LyciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora