Capitulo 20: Oscuridad

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-Es una sensación extraña, me siento lleno de energía.
-Creo que es momento de que te enseñe sobre la magia de luz. -Dijo Alpha dentro de mi cabeza. -Voy a darte mis recuerdos. Puede que te parezcan algo raros al principio...
Dicho eso, una intensa luz recorrió toda mi visión y "me llevó" a otro lugar, o al menos a mi mente.

Aparecí en una habitación de una casa común y corriente, de cierto modo me resultaba familiar, como si ya hubiese estado ahí. Dentro de la habitación estaba una niña de cabellos dorados con un vestido blanco sin nada en especial, la cual miraba por la ventana hacia el exterior. Me acerqué a ella, pero en realidad no podía verme. Al mirar por la ventana me di cuenta que en realidad estaba sobre la tierra, en el santuario de la diosa. La niña solo se quedaba ahí, viendo la tierra. Amanecía y oscurecía a una velocidad fuera de lo común y la niña ni siquiera se movía de su lugar. Dentro de la habitación había una puerta de madera, al abrirla entré a una habitación idéntica, solo que esta vez la niña era mayor. Los días pasaban a la misma velocidad. Volví a entrar por la puerta la cual me llevó exactamente a la misma habitación. Ahora la niña era una joven adulta. Su ropa también había cambiado de un simple vestido blanco a una armadura de cuero y una túnica blanca por encima de su armadura. La chica seguía viendo por la ventana, pero con una expresión más madura. En el reflejo de su rostro se podían ver sus dos ojos color celeste. Ambos con la marca de la familia real. De la nada el exterior se llenó de oscuridad y todo comenzó a temblar. La chica sorprendida, tomó su espada y salió por la puerta, no lo pensé y entré justo después de ella. Esta vez todo el paisaje había cambiado a una tierra desolada. Todo a los alrededores estaba destruido y los únicos en pie eran la chica de pelo dorado y un dragón negro que estaba parado sobre sus dos pies con unas alas prominentes de más de cuatro metros cada una, de distintos colores oscuros y llevaba un tipo de armadura que en realidad era parte de su cuerpo.
"Omega..." Pensé. Y estaba en lo correcto. La otra chica debía ser Alpha.
Ambos irradiaban auras opuestas, Alpha tenía un aura del color del blanco más puro mientras que Omega desprendía un aura completamente negra que distorsionaba la luz a su alrededor. Por algún motivo la chica lloraba, entonces me di cuenta que ninguno de los espíritus sagrados estaba con ella. Probablemente habrían muerto ya en la lucha con los demonios. El dragón se llenó de oscuridad y arremetió contra la diosa, quien lanzó un potente tajo de luz con su espada. Justo en eso perdí el conocimiento.

Desperté en un campo de lavanda. Me puse de pie y miré a Alpha viendo el horizonte.
-Sabes... -Dijo en un tono triste. -Debería ser yo quien acabe con Omega, pero en este estado no tengo ni siquiera la mitad de mi poder. Pero todavía puedo ayudarte así que llámame cuando me necesites. A diferencia de los otros espíritus, mi cuerpo es real, por lo que puedo morir fácilmente. Pero confío en ti para que eso no suceda joven héroe.
Alpha me abrazó y susurró. -Lo que viste debería de ser suficiente como para entender la magia de luz. Si lo haces bien junto a tu técnica de invocación. Serás imparable Roy.
Después de eso me soltó y volví al campo de batalla, habían pasado menos de cinco segundos. Un ligero golpe en la espalda que Roland me dio me hizo espabilar
-Muévete Roy. Es peligroso estar aquí, la ciudad entera es un campo de batalla.
Roland subió a la cima de un edificio en ruinas usando magia de viento, se quedó un rato en silencio y después bajó.
-Al parecer los demás están pasando un mal tiempo, Yuul. Reúnete con Luke en el centro de la ciudad y ayúdalos a repeler a los demonios. Ren. Ayuda al escuadrón que lucha a unos metros de aquí y después reúnete con los demás en el centro de la ciudad, después espera ordenes de Lucy. Roy, Lyndis y yo tomaremos el castillo.
- ¿No sería mejor que todos ataquemos el castillo de una sola vez? -Dijo Ren.
-No quiero que todos queden atrapados ahí adentro, es una locura. Por eso los quiero fuera de él.
-Bien por mí.
Un gran estruendo se escuchó más delante de nuestra posición, venia del centro.
Roland miró hacia el cielo, hablándose a sí mismo. -Estos demonios son un hueso duro de roer...
Después recuperó la cordura. -Bien. Roy, ve por el norte hasta llegar al castillo. Encontrarás mucha acción por ahí. Lyndis, quiero que vayas por la otra entrada alternativa al castillo, siguiendo las catacumbas. Una vez dentro despeja la entrada. Yo ayudaré al escuadrón central. La cosa debió ponerse fea allá adelante.
Lyn asintió. -Te veré allá. -Me dijo. Después se fue

SANCTUM: Guerras De LyciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora