| 4 |

1.8K 238 413
                                    


Narrador Omnisciente

A la mañana siguiente, Emilia se encontraba desde temprano alistando sus cosas para entrenar junto a Luisa. Se puso un pantalón antiguo de su hermano cortandolo para que parecieran shorts, y luego se dispuso a tomar desayuno para que en medio del entrenamiento no se desmayara.

-Que te vaya bien, cuídate y que no te dé insolación- le dijo su hermano en la puerta, despidiéndose de ella.- ¡Ah! ¡Y si llegas tarde mejor aún!-.

Fue así como Emilia se dispuso a ir al lugar de encuentro, que era el mismo lugar en dónde habían sacado a pastar a los burros. Se dió cuenta que había llegado primero, así que decidió esperar en la misma roca que se había sentado la otra vez.

Narrador Emilia.

Mientras esperaba a Luisa, comencé a mirar mis pies y las hormigas que lograba ver pasar por ahí. Afortunadamente el sol no estaba muy fuerte y el lugar no estaba tan habitado.

En eso, siento que alguien pone sus manos en mis ojos, bloqueando mi vista- ¿Esperaste mucho?-.

-No no no, llegué hace unos minutos- Puse sus manos encima de las mías para sacarlas y poder mirar a Luisa feliz.

En eso comenzamos a caminar más adentro de la pradera, hasta que me fijé que Luisa traía una colchoneta. Además, que traía puesta su falda de toda la vida.

-Luisa, ¿no se te hará incómodo estar con la falda?- Le pregunté mirándola hacia arriba.

-¿Hm? No, ya estoy acostumbrada a entrenar con falda y siempre hago el calentamiento después de despertarme así que- me miró de vuelta.- hoy te ayudaré hacerlo y luego podríamos hacer sentadillas, flexiones, abdominales, planchas...

"Hoy acabaré muerta, pero valdrá la pena" pensé mientras la seguía mirando.
.
.
.
Comenzamos con el calentamiento y Luisa me iba indicando que debía realizar. Primero empezamos con el cuello, los brazos, las muñecas y los dedos.

-Ahora trata de tocar con tus manos tus pies...lento...¡muy bien!- Me dijo feliz.

"Wuaaa me está felicitando"

-Okey luego de estirar tus piernas te acuestas en la colchoneta-.

Hice lo que Luisa me pidió y luego me senté en la colchoneta esperando las instrucciones.

-Ahora abre las piernas y trata de llevar tus manos hacia adelante lo más que puedas- dijo mientras se ponía detrás mío.

-Hum, ¿Así?- me puse en la posición que pidió, sintiendo como me dolían el interior de los muslos y la espalda.

"¿Esto es algún tipo de tortura?" Pensé chillando internamente.

-Si, pero déjame ayudarte- sentí como ponía sus manos en mi espalda para después susurrarme en mi oído- relájate-.

"Qué es esto me siento como en las historias cuando el sexy profesor  ayuda a la estudiante y acaba de manera-"

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí un fuerte dolor en las mismas zonas por la presión que me hacían las manos de Luisa.

-L-Luisa creo qu ¡AH LUISA DUELE!- chillé.

-¡Ah! Perdóname- la Madrigal dejó de meter presión y se apoyó en la colchoneta para verme.- ¿Estás bien? ¿Te hice mucho daño?-.

Vi su cara de preocupación y no pude evitar sonreírle para calmarla.

"Su preocupación por los demás es muy...woa"

-Estoy bien- me paré animada simulando que no me dolía  mis muslos.- ¡Muy bien, que es lo que seguirá entrenadora!

Luisa se tranquilizó y al pararse me ofreció su mano para yo hacer lo mismo

-Ahora realizaras sentadillas, déjame ver cómo las haces-.

La miré unos segundos tratando de recordar cuáles eran las sentadillas, a lo que ella captó y rió.
-Déjame ayudarte- Luisa puso una mano en mi espalda y la otra en mi estómago- debes bajar de forma recta, todo tu pie debe estar apoyado en el suelo y- en eso me golpeó levemente el trasero- debes sacarlo levemente hacia afuera- dijo luego riéndose-.

"!?!Eh!??!"

-!?!Eh!??! S-si claro- No había esperado tal acción de Luisa, mi cuerpo entero de tensó.

-¿Te parece si hoy haces 15 sentadillas?-.

Le asentí y las comencé a realizar bajó la mirada de Luisa lo que me provocaba vergüenza, sonrojándome. Al acabarlas decidimos después realizar una sesión de distintas planchas por 20 segundos, en dónde podía ver la gran diferencia entre Luisa y yo.
"Mientras yo estoy muriendo ella resiste como si nada, que gran mujer" pensé sudando mientras hacíamos la última plancha. Luego, antes de comenzar a trotar Luisa me propuso realizar 10 flexiones de codos (lagartijas) mientras que ella haría 30.
Así comenzamos a realizarlas, y cuando terminé me quedé mirando como las realizaba rápidamente de forma profesional, hasta que mi vista se enfocaron en algo específico.
Sus bíceps.

-Que ganas de que me aplaste con sus brazos-.

-¿Para qué quieres que te aplaste con mis brazos?- dijo Luisa deteniendo sus flexiones y mirándome confundida.

"qué QUÉ ESPERA ¿LO DIJE O LO PENSÉ?"

-...- desvíe mi mirada sonrojada tratando de buscar alguna excusa.- es que se ven muy fuertes y no se me dió...curiosidad de...¿tocarlos?-.

-Puedes hacerlo si quieres- dijo mientras se sentaba en frente mío.

La miré sorprendida y luego mire sus brazos, comencé a sentir toda mi cara caliente más de lo normal.

-Wow ¿estás bien?-.

Antes de contestarle me acerque rápidamente y le toqué uno de sus bíceps.

"Que suaves y a la vez duros"

En eso subo mi mirada a Luisa quién me veía esperando a que terminara mi labor. -¿Contenta?- me dijo sonriendo

-...S-Si-.

Y así fue como después nos paramos para comenzar a trotar. Al comienzo del trote comenzamos hablar cosas triviales, hasta que Luisa se adelantó trotando ella a su ritmo y yo al mío.
.
.
.
Cuando terminamos ya se había hecho tarde, era hora de almorzar así que decidí dejar a Luisa a su casa, ya que la de ella quedaba más cerca del lugar en dónde estábamos.

-Bueno bueno me toca- decía Luisa pensando una pregunta que hacerme.- mmm... ¿tienes algún hobbie?-.

-Muchos- dije con una pequeña risa.- Me gusta hacer cosas dulces como galletas, queque, cachitos con manjar- me detuve y continúe pensando.- también me gusta pintar ¡Ah! Y sé cocer y bordar ya que ayudaba a mi vecina en su tienda de ropa-.

Cuando terminé de hablar me fijé que Luisa me había escuchado atentamente y que además, ya habíamos llegado a su casa.

-Oh bueno, acá te dejo- le dije mirándola- la pasé bien contigo, gracias- le sonreí.

-Yo también la pasé bien ¿Nos volvemos a ver mañana?-. Asentí y luego nos alejamos.
.
.
.
Cuando voy llegando a mi casa veo que alguien va saliendo de esta.
"Un vagabundo" pensé tensa.

"...no espera"

-¿Señor Bruno?- hablé en voz baja para no asustarlo.

Sin embargo igual se acabó asustando, mirándome para después desviar la mirada poniéndose su poncho en su cabeza.

-¿Bruno? No conozco ninguno Bruno ¡yo soy Hernando!...con su permiso-

Se fue dejándome...sin palabras, a lo que solo entre a la casa mirando a mi hermano esperando una respuesta de la extraña visita de "Hernando".

-...Te estabas demorando en llegar y bueno no quería almorzar sólo jajaja...ja-.

¡Voy a por tí, Luisa Madrigal! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora