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Agradezco de todo corazón a las personas que siguen la historia y sobretodo que comentan. Aprecio mucho que sigan leyendo a pesar de demorarme en actualizar💗😭
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Narrador Emilia

Luego de la inesperada intromisión de la mamá de Luisa, ambas nos quedamos mirando la puerta cerrada en la misma pose por un buen rato, sin haber terminado de procesar lo sucedido hace unos segundos. Estaba tan quieta que incluso evitaba respirar para no interrumpir el momento.

"Que no me mire porque no sabré que decirle que no me mire porque no sabré que decirle que no me mire por" Mientras me desesperaba, Luisa giró su rostro hacia mí y yo hice lo mismo. Nos miramos por unos segundos más hasta que Luisa se paró.

-Perdón yo...-Se rascó la nuca para después dejar de mirarme y mirar la puerta- Voy a ver qué quiere mi mamá, discúlpame-.

Sin moverme todavía de la cama traté de volver a procesar todo lo sucedido. Me moví lentamente, sentandome y mirando la nada.
"Yo...qué iba hacer ¡¿QUÉ ES LO QUE IBA A DECIR?! QUÉ TONTA, TONTA" Me tiré nuevamente a la cama y comencé a chillar en la almohada. "No era el tiempo NI el momento para declararme, menos en su casa y-y EN LA PIEZA DE SU HERMANA" comencé a golpear mi cabeza con la almohada.

"Si me pregunta que era lo que tenía que decirle le diré... le diré..." Pensé dándome vuelta y mirando ahora el techo. "Le diré ¡Qué salgamos! Suena creíble y así aprovecho de pasar tiempo con ella, muy bien pensado Emilia" me felicité, lo que me dió ánimos para poder pararme y así ir donde estaba mi falda arreglada. Cuando terminé de cambiarme, salí de la pieza en silencio y observando por todas partes para no encontrarme con nadie que no sea Luisa o alguna de sus hermanas.

"Ahora era izquierda... No, derecha.... ¿Hacia donde tenía que ir?" Miré hacia todas las partes y comencé avanzar hacia adelante para mirar hacia abajo, donde estaba Mirabel hablando con Dolores. Esta última levantó su vista hacia mí, saludandome. Le devolví el saludo y le señaló a Mirabel quién me miró, se despidió de su prima y subió rápidamente a dónde estaba feliz.

-Hola Emy, ¿La falda te quedó muy bien eh? No tienes por qué agradecerme- dijo Mirabel mientras palmeó mi espalda.

-Jaja... Si.... Espera ¿cómo que agradecerte?-.

-¿Hm? Pues que ayudé a mi mamá junto a Dolores con tu falda, sino ¿cómo habríamos terminado tan rápido? ¡Daaa!-.

"Así que...gracias a ustedes se interrumpió mi corto momento con Luisa..."

-...O-oye ¿Por qué me miras así?- dijo Mirabel.

-...Por nada-.

Bajé junto a Mirabel atormentandome mentalmente por recordar la interrupción ocurrida con Luisa, hasta que en eso, escuchamos unos murmullos provenientes de la cocina.

-Oye creo que es Luisa, ¡Luis- le tapé la boca a Mirabel con mi mano, mientras le hacía la señal de guardar silencio y lentamente nos acercamos al marco de la puerta, escondiendonos para escuchar.

-Esta bien mija, si es como tú dices-.

-No suenas muy convencida...-.

-Nooo, no me hagas caso es solo que mis instintos de mamá dicen piensan otras cosas-.

-Bueno diles a tus instintos de mamá que-.

-Eh, ¿Qué están haciendo?- dijo Camilo detrás de nosotras asustandonos, logrando que Mirabel y yo chocaramos entre sí con la cabeza.

-Ouuu debió doler ¡jaja!-.

-Ugh...Cállate Camilo- dijo Mirabel sobando su frente- ¿Qué quieres?-.

-Quería ir a la cocina pero veo que andan modo espía viendo a...- Camilo se asoma y observa hacia adentro- La tía y a Luisa ¡Holaaa!-.

-¡Camilo! Porfa porfa porfa no le digas que nos viste-.

-Por favor- digo sumandome a Mirabel.

-Aja si ¿Y qué gano con eso?- dice divertido sonriendonos.

-Ser...¿el mejor primo del mundo?-.

-... ¿Qué es lo que quieres?- pregunto.

Nos alejamos de la cocina y Camilo se queda pensando. En eso observo que me mira detenidamente y sin decir nada, poniéndome incómoda.

-Mmm eres linda- suelta de la nada- Igual y podríamos conocernos más-.

En eso que me quedo procesando lo que dijo, Mirabel comienza a reírse desenfrenadamente agarrándose el estómago. Camilo frunce el ceño nervioso y mira a su prima confundido.

-Eh...-

-¿SI SABES QUE ES MAYOR DE EDAD VERDAD?- dice mientras trata de contener nuevamente su risa.

-¿¡QUÉ?! P-pero es de tu tamaño y- su cara comienza a ponerse roja, a lo cual el Madrigal se tapa con sus manos quejándose- ¡Agh olvidenlo!-.

Mirabel y yo vemos cómo Camilo se va corriendo avergonzado a su habitación. No sabía si sentirme halagada o incómoda con lo sucedido... Sin embargo esos sentimientos lograron esfumarse apenas ví saliendo de la cocina a Luisa, quien estaba inmersa al parecer en sus pensamientos hasta que nos ve y se nos acerca.

-Hola chicas... Wow te quedó bien la falda de Emy Mirabel- dice sonriendonos.

-Nah, no hice mucho cambio, es Emilia quién modela bien su falda-.

-Ah...jaja ¿Gracias?-.

"¿Qué tienen todos hoy conmigo?, Es como cuando en un anime a la protagonista se le presenta poco a poco su harem" pensé inquieta "¡Pero yo le soy fiel a una sola!".

-¿Emilia?-.

-¿Eh?-.

-Te pregunté si quieres quedarte a cenar- dijo Luisa.

-¡Oh! Perdón... y perdón de nuevo porque si me gustaría pero mañana vuelvo al trabajo-.

-Bueno puede ser otro día- dice con una pequeña sonrisa- Ven, te dejamos en la puerta-.

En eso le lanzo una mirada rápida a Mirabel, quien al principio no capta hasta que miro a Luisa y luego la miro a ella.

-¡Ah! Ahhh, no yo eh... Voy a ver a Camilo para que vaya a la cocina que dijo que quería algo de ahí no sé bueno ¡chau!-.

Luego de que se fuera, ambas nos dirigimos a la puerta no sin antes de asomarme a la cocina y despedirme de la tía, a quien también le agradecí por la falda. Llegamos a la puerta y Luisa me da un abrazo de despedida, del cuál aprovecho no soltarla.

-Luisa, lo que te quería decir antes de que nos interrumpieran y todo ¡Ah! No espera, no quiero decir que tu mamá haya sigo una molestia es solo que bueno tú sabes-.

-Emy, al punto- dice riéndose abrazándome más fuerte evitando hacerme daño.

-Oke-ey, quería saber si un día de estos te parece ir a buscarme al trabajo para salir e ir a comer algo afuera juntas... Una salida de amigas-.

-Claro, me encantaría- en eso nos soltamos un poco para mirarnos y veo que Luisa me sonríe- ¿Te parece que no te diga el día? Así no sabrás cuando vaya y-.

-¡Será como una sorpresa!- dije emocionada.

-Exacto-.

Nos quedamos mirando un rato más hasta que ya sentí que debía volver a mi casa, esperando ansiosamente a la visita esperada/inesperada de Luisa al trabajo.

¡Voy a por tí, Luisa Madrigal! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora