¡Capítulo corto porque después de este, las cosas irán cambiando!
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Narrador Emilia.Había pasado un buen rato desde que Luisa me haya dirigido alguna palabra, solamente me daba las instrucciones justas de lo que debía realizar, pero lo que más me molestaba de todo el asunto, era que evitaba mirarme.
"¿Despertó de mal genio? ¿Hice algo para que estuviera así? ¿O alguien más? Wuaaa son tantas posibilidades" pensé chillando al no encontrar alguna razón a la situación actual.
"...debería preguntarle directamente, pero me da miedo que se enoje más y que piense que soy una molestia y así decirme 'me aburrí de entrenarte te quejas demasiado y muy flácida dudo que llegues a sacar músculo' O ALGO ASÍ ¿QUÉ HAGO?" comencé agarrarme el pelo deteniendo mi trote.
-Uh,,de seguro le soy una gran molestia- cerré mis ojos para evitar lloriquear- y ni siquiera le he dicho algo de lo que tenía pensado ayer-.
Me senté de rodillas en el suelo por el agotamiento de mis piernas y sobretodo, de mis intrusos pensamientos negativos. Hasta que en eso escucho los pasos de alguien que se iba acercándose a mí. Eran de Luisa, quién había trotado mucho más adelante que mí y ahora se encontraba parada en frente mío.
-...¿Qué haces en el suelo?- me dijo Luisa.
Subí mi cabeza para poder mirarla, por fin nuestros ojos se habían topado y su rostro mostraba confusion ante mi acción de estar sentada en el suelo.
-Uh,,- aferré mis manos en su falda, sin llegar a tirarle mucho de esta- wu..wuaa Luisaaa- comencé a lloriquear a moco y lágrimas en su falda.
-¡¿Q-Qué?! ¿Qué te pasó?- me preguntó Luisa nerviosa ante mi llanto, agachándose- ¿Te lastimaste? ¿Qué te duele? ¡Ven!-.
En eso Luisa me cargó como princesa y corrió para sentarme en un puente (el que ella misma colocó una vez en el pueblo) exactamente en la "barandilla" de este, quedando así de su tamaño, cara a cara con ella.
-Muestrame dónde te golpeaste por favor- Me dice Luisa preocupada.
-No me hice daño en ninguna parte- le dije mientras limpiaba mis mocos con mi antebrazo- es solo que..- le hice ojitos de perrito y le pregunté con miedo- ¿Me odias ahora?-.
-¿Qué? ¡No! No te entiendo-.
-Es que no me has hablado en todo el día y ¡Pensé que hice algo para hacerte enojar! Si fue así ¡Dime qué es para disculparme! Y...dejar de sentirme así de mal por tu rechazo- dije nerviosa y triste.
En eso miro tímidamente a Luisa y veo que ella se encontraba desviando nuevamente su cara, pero con un sonrojo y un puchero en ella.
-Yo...es que...- dijo, insegura de continuar sus palabras- ..pensé que éramos amigas..- dijo en un susurro.
El cual yo escuché y me quedé sorprendida, sin entender todavía a dónde iba esta conversación.
"¿Qué?"
-Pero..p-parece que me equivoqué y resultas ser más amiga de mis hermanas- dijo mientras se rascaba la nuca- Y bueno total para qué querrías de mi compañía en tu casa seguramente mis hermanas son más diverti-
En eso abrazo a Luisa por la cintura, poniendo mi cara en su cuello soltando un suspiro de alivio.
-¡Woah Luisa, me asustaste! pensé que te habías aburrido de mi compañía y no que estabas celosa por no haberte invitado ayer- dije feliz.
-Uh?! N-No estaba celosa solo...que pensaba que tú y yo éramos más amigas que mis hermanas y tú- dijo mascullando.
"¡Dios! Tiene su lado infantil después de todo ¡Es tan tierna!"
"...espera" En eso solté a Luisa quién se sorprendió y la miré a los ojos nuevamente.
-¿Entonces me consideras tu amiga?- pregunté incrédula.
-¿Tú a mí no?-.
-¡SÍ! o sea yo..yo pensé que me veías como una niña entrometida que solo quiere que la entrenes ¡Pero no es así Luisa! La verdad hoy venía a pedirte perdón, yo quería ser amiga tuya pero no podía decírtelo y al final dije esto del entrenamiento ¡Que tampoco está mal! Porque paso tiempo contigo y me has hecho ver qué la fuerza debo tenerla tanto física como mental ¡pero no sabía que era un tema delicado para ti! Isa me contó y yo quería disculparm- en eso, Luisa me devuelve el abrazo de la misma forma que yo lo había hecho antes.
-Relajate no sigas hablando, entiendo- me dice en un tono tranquilizador- gracias por preocuparte- dice susurrandome en el cuello, lo que me provoca escalofríos.
-,,Y-yo de verdad...lo que quiero contigo es que me puedas ver cómo alguien en la cual puedas confiar, contar con todo y no tener miedo de demostrar tu verdadero yo- dije mientras apoyaba mi cara en su hombro, aferrando mi mano en su espalda.
-Yo igual quiero que te sientas así conmigo, perdóname por mi reacción de antes yo,,me avergüenzo de ello-.
-Tranquila, también perdóname por no poder expresarme bien y haber llevado la situación a esto-.
Nos separamos y nos miramos sonriendo tímidamente.
-Entonces ¿Amigas?-.
-Amigas-.
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¡Voy a por tí, Luisa Madrigal!
Romance"Es mi oportunidad, ¡hoy me acercaré a Luisa Madrigal!" Luego de los acontecimientos de encanto, nuestra protagonista reúne fuerzas para hablar con Luisa Madrigal, aquella mujer fuerte de la cual se ha sentido atraída años... ¿podrá lograr algo má...