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HOLA, el fanfic no está muerto xd
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Narrador Omniciente

Luego de un mes, la relación entre Emilia y la Madrigal logró prosperar con rapidez. Ambas disfrutaban de su compañía mutua en las sesiones de ejercicio, las cuales a veces no eran suficientes para sus charlas lo que las llevaba a verse en las tardes, normalmente a caminar por la plaza central del pueblo o a una cafetería que les había recomendado Isabela. Solían hablar sobre sus familias con respeto y sin ser muy específicas sobre ellas, hablaban de su día a día, sus hobbies y gustos personales, en sí estaban tratando de conocerse mejor lo cual llevaba a Emilia enamorarse cada vez más de Luisa.
En una tarde, la Castro había acompañado a las hermanas Isabela, Luisa y Mirabel al centro de la ciudad, pues estaban en busca de un regalo para el novio de Dolores, Mariano. Este se encontraba de cumpleaños y la familia Madrigal había sido invitada a una cena familiar para celebrarlo y además, hablar sobre el futuro compromiso entre la pareja.

Isabela pensaba que podrían regalarle unas corbatas llamativas por parte de las tres hermanas, mientras que Luisa creía que era mejor unas botas para el trabajo. Por otra parte, Mirabel y Emilia se encontraban mirando felices un puesto independiente en dónde solo vendían peluches hechos a crochet, sin prestar atención a la indecisión por el regalo.

-¡Wow imagina la paciencia que se debe tener para hacer esto!- dijo Mirabel mientras agarraba un peluche de un tucán tamaño real.- O sea, yo sé...bueno sé más o menos hacer peluches a mano, pero esto se ve totalmente distinto-.

-Y seguro toma más tiempo- le respondió Emilia inquieta viendo cómo Mirabel no soltaba el peluche.

-Tienes razón, pero igual vale la pena si el resultado es así de lindo, ¡Señora!- en eso la Madrigal se acerca entusiasmada a la vendedora que se encontraba realizando otro peluche con sus materiales.- ¡Necesito saber cómo los hace por favor!-.

Emilia se quedó mirando sorprendida y conmovida por la reacción de Mirabel al querer aprender algo nuevo. En eso, siguió observando los distintos peluches que se encontraban, hasta que uno de ellos le llamó la atención. Era un oso café, que el único detalle que traía era una falda.

Narrador Emilia.

Cuando miraba el peluche, solamente podía pensar una cosa.

"Se parece a Luisa"

No era como si el peluche se pareciera a ella, sino más bien era una corazonada inexplicable que sentía en mí. Puede que en estos últimos día haya comenzado a comparar a Luisa con un oso abrazador reconfortante y tierno, pero entre todos los peluches de ositos que había, ese logró recordarme a ella y despertó mis ansias de tenerlo.
"Será algún tipo de señal" pensé mientras me acercaba inquieta y sonrojada al peluche, tomándolo en mis manos "algo así como el destino"

-A Luisa le gustan más los unicornios que los osos- dijo Mirabel, provocándome casi un paro cardíaco.

-¡Mirabel! No me asustes así- le dije desviando mi cara y dejando al peluche en su lugar.- En todo caso, pensé que a tu hermana le gustaban más los ponys-.

-Mmm sí, pero si el unicornio fuera un animal real, creo que ese sería su favorito-.

Miré hacia donde estaban los peluches de unicornio, pensando seriamente en comprarle uno a Luisa como agradecimiento por todo lo ocurrido estas últimas semanas.
"Lo que tenía ahorrado lo gasté en pinturas. Seguramente mi hermano me podría dar algo de dinero pero." Miré hacia donde estaba el osito con falda "Hum..."

-¡Chicas! No creo que a Mariano le guste un peluche de conejo para su cumpleaños- dijo Isa con cierto enfado detrás de nosotras junto a Luisa.

-Pues claro que no- dijo Mirabel con tono de obviedad- Seguramente le gustaría uno de Dolores-.

¡Voy a por tí, Luisa Madrigal! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora