All We Can Do Is Keep Breathing (Traducción)

13. Toma mi corazón roto en tus manos.

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(♫ Thoughts / Michael Schulte)

Cuando Louis finalmente sale del hospital y llega a casa esa noche, ya casi no es de noche. Se derrumba directamente en la cama, completamente exhausto, pero a pesar de lo agotado que se siente su cuerpo, se encuentra frustrado e inquieto en su cama. Y después de varias horas de dar vueltas y vueltas constantemente, encontrando sólo unos minutos de sueño fugaz aquí y allá, la alarma de Louis comienza a sonar.

Louis gime pesadamente, yaciendo inmóvil sobre su espalda mientras mira hacia el ventilador de techo. Tiene ganas de reportarse enfermo; porque si no puede aquietar su mente el tiempo suficiente para quedarse dormido, si no puede concentrarse en una tarea tan simple y sin cerebro, ¿cómo diablos se supone que se concentrará en su práctica durante todo el día? Probablemente se ha ausentado por enfermedad un total de cuatro veces desde que comenzó a trabajar en SSMC y la mayoría de esos casos fueron recientes. Y él realmente no está tratando de convertirlo en un hábito; es sólo que todo su cuerpo se siente tan pesado como una losa de plomo y la motivación interna en la que generalmente confía para pasar el día está disminuyendo más rápido de lo que puede encontrar una forma adecuada de restaurarla.

Entonces, después de yacer inmóvil en su cama durante otros treinta minutos, demasiado agotado como para incluso apagar la alarma, Louis decide posponer todas sus cirugías programadas del día. De todos modos, ninguna de ellas es urgente, por lo que se pueden reprogramar fácilmente para mañana o cualquier otro día para lo que a Louis le importa. Cualquier día que no sea jodidamente hoy. Louis nunca ha estado tan abrumado por todo y por mucho que quiera sacudirse de este estado de ánimo perpetuo en el que se encuentra, no tiene ni idea de cómo hacerlo.

Bueno, lo hace. Louis sabe exactamente lo que lo haría sentir mucho mejor más rápido que un abrir y cerrar de ojos. Pero eso es todo, lo que Louis necesita tan desesperadamente que suceda, él no sabe cómo hacer que suceda, cómo convertir sus esperanzas confusas e ideas inconclusas en acciones para salvar a la niña que gobierna completamente su corazón.

Usando la motivación de corta duración que le queda, Louis decide ir al hospital, pero sólo con la intención de encerrarse en el laboratorio de investigación para dedicar toda su capacidad intelectual a trazar algún tipo de opciones de plan de tratamiento para Avery. Al menos de esa manera todavía está siendo útil, y tal vez hoy finalmente sea el día en que haga un progreso real en su diagnóstico.

Antes de entrar, Louis se obliga a sí mismo a seguir su rutina de correr por su vecindario, con la esperanza de centrarse al menos un poco. El suelo está resbaladizo por la lluvia de la mañana y el cielo gris es tan lúgubre y deprimente como se siente Louis por dentro. Pero, no obstante, la carrera es buena para él, despejándole la cabeza lo suficiente como para darle una pizarra limpia para el largo día de investigación que tiene por delante.

Louis evita a todos cuando llega al hospital, pasando deliberadamente por todas y cada una de las estaciones de enfermería , mientras esquiva todos los lugares en los que suele reunirse con sus amigos para tomar un café por la mañana. Incluso va tan lejos como para apagar tanto su buscapersonas como su teléfono para evitar posibles interrupciones o distracciones.

Sentado en el escritorio más alejado del laboratorio de investigación, Louis se sumerge directamente en una montaña de revistas médicas, leyendo cada archivo y entrada que esté relacionada de alguna manera con el tratamiento de astrocitomas y gliomas. No se limita específicamente a los casos pediátricos, pensando que una ruta más probable podría adaptarse a partir de un estudio del caso de un adulto.

Y aunque Louis tiene toda la intención de permanecer enfocado, la mayor distracción resulta ser su propia cabeza, burlándose de él con pensamientos incesantes y recordatorios crueles. Por encima de todo, piensa en Avery, sus dulces palabras todavía bailan en su cabeza en un bucle, manteniéndolo prisionero.