-Hace demasiado frío ¿Cómo es que ya te acostumbraste? - preguntó Ester abrazándose así misma mientras descansaban en la mesa.
-No lo sé, después de unos días solo lo hice. El frío hace que los interiores sean más acogedores, eso me gusta. - contó con una sonrisa.
-¿Que hay de tu herida? ¿Cuándo te quitarán los hilos? - preguntó Félix.
-Antes de año nuevo.
-Nos diste un enorme susto Aria. - exclamó Ester mientras la miraba preocupada. - Creí que Félix era demasiado paranoico pero terminó teniendo razón.
-Fingiré que no oí eso. - musitó el moreno antes de mirar a la castaña. - ¿Y todo ha salido bien? ¿Cómo te ha ido en la posada? ¿Has conocido Canadá?
Aria asintió con una sonrisa. - Estas semanas han sido increíbles Félix, aun no creo que haya pasado un mes, parece como si fuera medio año. Fui a lugares increíbles y me divertí mucho, la familia Kringle es súper amable y acogedora, hasta les guardo cariño ahora. - explicó con alegría. Ambos esposos se miraron para compartir una sonrisa. - También los llevaré a pasear por la ciudad para que la conozcan. Siento como si mi amor por este país solo hubiera crecido.
-Me alegra muchísimo oír eso chica. - dijo Ester con emoción. - Te merecías estas vacaciones, ahora nos toca disfrutar lo que queden de ellas juntos. ¡Quiero tomarme una foto en una noche nevada!
-Y yo comprar de esos sombreros grandes de leñador. - mencionó Félix. - Siempre he querido cortar leña para una chimenea también.
-Entonces Liam podría enseñarte, él es quién usualmente corta la leña con Robert. - dijo la castaña con un brillo distinto en sus ojos cuando mencionó su nombre. De inmediato Ester sonrió con picardía y Félix se cruzó de brazos. Ella los observó confundida. - ¿Qué?
-Nada. - respondieron los dos al unísono.
En ese momento Aria dirigió sus ojos hacia la vitrina del restaurante y encontró el auto de Liam estacionándose. Se puso de pie. - Ya llegó, vámonos.
-Espera, tenemos que pagar la cuenta. - dijo Félix llamando a un mesero. - ¿Dónde puse mi billetera?
-La guardaste en la mochila. - le recordó Ester antes de ver a su amiga. - Ve tu primero, te alcanzamos enseguida.
Aria asintió antes de encaminarse a la entrada del restaurante y abrir la puerta justo al mismo tiempo que Liam abría la puerta de su auto. Sus ojos dieron con los de ella y una sonrisa se pintó en su rostro de inmediato, provocando que el corazón de Aria se acelerara y una sonrisa también naciera en ella. Si decía que no estaba nerviosa estaría mintiendo así que solo decidió entregarle a Dios eso.
-Hola. - dijo cuando se aceró a ella hasta detenerse en frente suyo. - ¿Tuvieron un buen almuerzo?
-Claro que sí, enserio todo estaba delicioso. - asintió la joven llevando una mano a su estomago. - ¿Y tú? ¿Despertaste bien?
-Con un poco de dolor de cabeza pero bien. - respondió él mirándola a los ojos como de costumbre. Aria se preocupó.
-¿Tomaste una pastilla?
-Lo haré cuando regrese.
-También cobíjate bien cuando vayas a dormir, el frío a veces lo empeora.
-Entendido. - respondió asintiendo. Aria sonrió ante su tono divertido y luego se quedaron mirando hasta que Liam dio un paso para acercarse y le dio un beso en la mejilla. El rostro de Aria enrojeció y él sonrió. - Hablemos en cuánto puedas ¿Sí? Seguro quieres pasar tiempo con tus amigos primero, hace mucho no los ves.
ESTÁS LEYENDO
Te lo dije: "Todo estará bien"
Teen FictionAria Winter estaba sola, en medio del enorme estado de California en la ciudad de los Ángeles, sin ningún familiar al que llamar para su cumpleaños o pasar la navidad. No por eso quería decir que estuviera triste, ella había tomado la decisión de de...