-¿Qué haces aquí? – fue lo primero que le preguntó Aria en cuánto salió del hospital para encontrarse frente a él.-¿Félix era? Tu amigo me pidió recogerte. – explicó guardando su celular mientras se encogía de hombros. La miró con atención. Su cabello oscuro estaba suelto llegandole a los codos mientras un parche se mantenía en su herida detrás de la cabeza. Su rostro tenía algunos cortes por las esquinas de su frente y mejilla pero se veía mucho mejor que la última vez que la vio. Llevaba una bufanda morada junto a un grueso abrigo blanco y curiosamente parecía adecuarse realmente bien al entorno invernal.
-Sí pero te dije que no era necesario. – exclamó mientras se cruzaba de brazos y entrecerraba sus ojos marrones.
-Aún así se lo prometí y no parecía que tuvieras con quién irte.
Aria masajeó su cien y soltó otro suspiro. – Ok, me empieza a doler la cabeza. Dejando eso a un lado por un momento ¿Quieres explicarme lo del dinero? ¿Por qué pagaste mi cuenta del hospital?
-Eso fue... - Liam ya estaba cansado de tener que responder esa pregunta cuando ni él mismo lo entendía. – Larga historia.
-¿Cómo que larga historia? – preguntó ella con el ceño fruncido. – No lo entiendo ¿Podrías explicarme? – Ella cada vez se confundía más y empezaba a cuestionar que intenciones tendría aquel chico con ella. Lo miró acusatoriamente, desconfiadamente y con dureza.
Liam notó todo ello antes de soltar un suspiro y meter sus manos en sus bolsillos para ponerse cómodo en sus botas de nieve. – No estás acostumbrada a recibir ayuda ¿verdad?
La joven lo miró en silencio y esa fue suficiente respuesta para él. Su rostro se enserió. – Mira Aria, no sé qué imaginas pero no es así. Sé que no me conoces y para ser francos yo tampoco pero la verdad es que te encontré cuando estabas muriendo y por más que intente quitarme ese momento de mi cabeza no puedo. No es que lo viva todos los días. – dijo mirándola como siempre, justo a los ojos. – No me quedé tranquilo hasta que me dijeron que tu corazón latía y vivirías. Eres una extraña ¿de acuerdo? Ni siquiera sé porque rayos me quedé contigo hasta que despertaste pero lo hice. Ahora, sería genial que dejaras de mirarme así cuando no hice nada más que ayudarte y aclaro, sin segundas intenciones. – Aria dejó de cruzar los brazos, intentado dejar su orgullo aun lado porque tenía razón. – Pero entiendo si piensas que pagar tu cuenta fue demasiado, sinceramente lo siento. Puedes devolverme el dinero si quieres pero como mínimo, déjame llevarte. Fred dijo que el golpe en tu cabeza no era grave pero efectos secundarios podían suceder. La idea de imaginarte desmayada por ahí no es muy agradable ¿sabes?
Ella lo miró a los ojos por varios segundos viendo si enserio no habían segundas intenciones. Después de un rato haciendo eso, relajó sus hombros y soltó un suspiro para luego acercarse hasta palmear el hombro del muchacho. Liam no se esperaba eso y pudo ver como ella se sintió mal por acusarlo cuando inicialmente solo estaba agradecida y solo debía estar agradecida. Aria seguía siendo tan transparente como le pareció inicialmente. Le sonrió débilmente.
-Lo siento. – expresó arrepentida y aliviada al mismo tiempo. Liam ladeó la cabeza parpadeando sorprendido. No pensó que fuera a relajarse tan repentinamente. –Tienes razón, lamento haberte ofendido Liam, no te lo mereces, es cierto que solo me has ayudado hasta ahora. Aun así me sentiría más cómoda con el reembolso, no estoy... solo sería mejor para mí, no es por ti. Además, es tranquilizante saber que no eres un acosador o algo así. Ya tuve demasiadas malas experiencias en este país y me sorprende que ni aún así disminuya mi amor por él. – exclamó colocando sus manos en sus caderas mientras observaba la ciudad nevada en plena mañana. – Aceptaré el viaje, me ahorra dinero si te soy sincera pero te lo advierto, creo que no es cerca. Lo lamento de nuevo.
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Te lo dije: "Todo estará bien"
Teen FictionAria Winter estaba sola, en medio del enorme estado de California en la ciudad de los Ángeles, sin ningún familiar al que llamar para su cumpleaños o pasar la navidad. No por eso quería decir que estuviera triste, ella había tomado la decisión de de...