Capitulo veinte: La cita

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-¿Está seguro de que están bien atadas? - pregunto Liam obsesionado por la seguridad.

-¡Esto está de lujo! - exclamó Aria con una enorme sonrisa.

Hace exactamente unas cuantas horas atrás, temprano en la mañana, alguien tocó la puerta de la habitación de Aria haciendo que la castaña se levantara con el pelo echo marañas, los ojos achinados con lagañas, usando su pijama de rodolfo el reno con enorme nariz roja. Con ese aspecto abrió la puerta para terminar encontrandose con los ojos azules que no dejaban su cabeza desde hace mucho tiempo.

-Vamos a una cita. - soltó el castaño sin siquiera decir buenos días. Aria frunció el ceño aun medio dormida, hasta que después de unos segundos, procesó lo que pasaba y abrió grande sus ojos. Liam la miró expectante.

-¿A dónde? - preguntó. Él se encogió de hombros.

-Fuera de la ciudad. ¿No hay algún lugar que quieras visitar?

-Claro que sí pero ya casi es navidad.

-Nos iremos hoy y volveremos hoy. Anda, vamos. Será divertido. - dijo mientras hacía un puchero y ojos de cahorrito abandonado. Aria lo miró entrecerrando los ojos hasta que soltó una sonrisa. A quien iba a engañar, la idea la emocionaba. Con esa misma sonrisa asintió y abrió sus brazos hacia él. Liam de inmediato la abrazó fuerte y sonrió sobre su hombro.

Claro, hasta que escuchó el lugar al que ella quería ir.

Ahora Aria lo disfrutaba a lo grande mientras que Liam procesaba el resto.

-¿Están listos? - preguntó el hombre encargado de alistarlos. Aria asintió y Liam guardó silencio por un par de segundos antes de suspirar y asentir finalmente. -Muy bien, entonces denos un segundo.

Liam miró a las castaña y sonrió ante el brillo en sus ojos. - ¿Cómo te sientes?

-Aterrada. - le confesó con una sonrisa. - Pero emocionada. ¿Y tú? ¿No tienes miedo?

Liam tranquilamente asintió. - Sí.

Aria lo observó por un segundo. - No lo parece.

El castaño sonrió antes de observar el paisaje. - No es la primera vez que hago algo como esto, a veces cuando trabajo tengo que pasar por lugares altos o peligrosos. Aún me da miedo pero me acostumbro a enfrentarlo.

Ella lo observó con atención y luego sonrió ligeramente mientras le extendía la mano en medio del vacío entre ambos. Él la alcanzó, acariciando sus nudillos y sonrió con ella.

-Muy bien, estamos listos. Que tengan un buen viaje y feliz navidad. - dijo el encargado de seguridad.

Y así, ambos fueron empujados por la tiloresa sobre las Cataratas del Niagara.

-¡Wuhoo! - Aria reía elevando sus manos mientras se deslizaban sobre esas aguas. Liam se aferraba a las cuerdas pero sonreía claramente emocionado.

La vista era increíble y aunque daba vértigo con ese feo cosquilleo en el estomago, seguía sintiéndose totalmente genial. Hacía frío, mucho frío pero pudo apreciar como el agua de las catartas estaba totalmente congelado bajo sus pies. Era fabuloso. Aria supo que no lo olvidaría nunca, ni la experiencia, ni al acompañante.

Cuando el recorrido terminó, ambos se bajaron y se acercaron a un puente cerca, en donde podían observar las formas de hielo congeladas justo cuando el agua caía, era una escultura natural realmente bella.

-Es mucho mejor en verano. - dijo Liam acercandose a ella con una taza de chocolate caliente recién comprada. Ella agradeció cuando se la dio. - ¿Estás segura de que querías venir aquí?

Te lo dije: "Todo estará bien"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora