Capitulo trece: Visitas y heridas

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En el camino de regreso de tan grandiosa aventura, el auto avanzaba por la carretera está vez en silencio, debido a que Nate y Margot dormían con la cabeza sobre el hombro del otro en los asientos traseros con Togo también descansando sobre las piernas de los dos.

Era bastante tarde en la noche y Aria solo se concentró en observar maravillada todavía, las fotos y videos que había tomado de la primera aurora boreal que veía con sus propios ojos en toda su vida. No parecía tener sueño en lo absoluto.

-¿Qué piensas cuando ves cosas así? - le preguntó al castaño que conducía. - Hablo de, fenómenos de este tipo, paisajes...

-Es mi trabajo descubrirlos. - contestó sin quitar sus ojos de la carretera. - Pero cuando me encuentro con algo tan fantástico, cosa que pasa a menudo, solo puedo pensar en lo grandes y maravillosos pensamientos que tenía Dios para crear algo así.

Aria quitó la mirada de su teléfono para mirarlo. - Liam ya lo sabía pero eres creyente ¿verdad?

-Lo soy.

-¿Nunca tuviste... ya sabes, problemas para mantener tu fe al estar rodeado de ciencia? La mayoría de los científicos no son creyentes.

Él la miró de reojo antes de empezar. - Mi madre y mi padre siempre fueron creyentes y nos criaron en la fe, yo cuestionaba muchas cosas cuando era pequeño, mi mente estaba llena de preguntas así que cuando vi mi primera aurora boreal a los cinco años, supe que quería seguir viendo cosas así y me pregunté si realmente había alguien detrás de todo. Luego estuve buscando la respuesta por un largo tiempo, dando muchas vueltas si me lo preguntas y no fue hasta que un día, cuando tenía diecisiete, fui a mi primera pasantía universitaria. - el recuerdo pareció regalarle una sonrisa ligera. - Estábamos en Arizona en medio de la noche vagando por un bosque tropical y entonces el fotógrafo del que yo tenía que aprender, sacó una linterna de luces ultravioleta y la encendió sobre una ardilla voladora. De inmediato el cuerpo de la ardilla mostró otros dibujos y trazos sobre su piel y ojos de varios colores. Entonces pensé: ella siempre tuvo su pelaje así, ella siempre había estado ahí, solo pasó que nosotros no lo vimos a primera vista y casi de inmediato, lo comprendí. Había sido Dios todo el tiempo, desde el principio y lo encontré en todo lo que había visto tanto tiempo atrás como ahora, solo no lo había notado a primera vista.

Aria lo observaba con atención mientras sonreía. Si algo ella amaba en esta tierra, era poder escuchar lo que Dios había hecho en otras vidas.

-Cuando ves tantos paisajes hermosos, fenómenos extraordinarios y formas de vida tan complejas es imposible no darse cuenta de que esta tierra fue pensada, perfectamente creada por una mente creativamente maravillosa. No importa a donde vaya o vea lo que vea, ya sea en la tierra, en los animales o en el cielo, lo encuentro a Él en todas partes. Si es el creador de todo lo que vive entonces también el mío y si todo fue creado para él, yo también. - terminó hablando con sinceridad.

Aria guardó silencio mientras lo contemplaba, a Liam y a Dios en él. Estaba feliz de poder saber como lo conoció de una forma tan personal como cuando ella también lo conoció. Dios sabe exactamente quién eres y aunque tú no lo sepas o no lo entiendas, Él siempre ha estado ahí, dispuesto a dejarse encontrar por ti y cuando finalmente le abres la puerta, lo sientes de una forma tan personal y única que comprendes que siempre fuiste suyo. Desde el día en que naciste e incluso desde antes, te formó y te dio vida ansiando el día en que te volvería a encontrarar en esta tierra para decírtelo.

-¿Sabías que hay billones de estrellas solo en nuestra galaxia? - preguntó el castaño mientras mantenía la mirada en la carretera y una sonrisa se le escapaba. - ¿Y, que hay otras billones o más estrellas en otra galaxia? También hay un número desconocido de galaxias así que ¿Puedes imaginar cuantas estrellas existen? Y Él las conoce todas, una por una. Lo más sorprendente, es que el creador de todas esas estrellas, sabe mi nombre. - expresó con emoción en sus ojos, como un niño. - Sabe mi nombre.

Te lo dije: "Todo estará bien"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora