Entre sombras [KaiSoo]

Uno: Ven conmigo

1er Libro: KyungSoo

Uno: Ven conmigo

Las luces azules tintineaban en el espacio, iluminando por ligeros segundos los rostros sonrientes de aquellos disfrutando de la pista de baile, de convertirse en el espectáculo principal de quienes los observaban atentos desde las sombras, eligiendo silenciosamente a su presa.

Yo era uno de los que permanecían en la oscuridad.

No porque fuera un depredador o la muerte vigilando a su siguiente víctima, como solía decir mi mejor amigo; sino porque me gustaba conocer el terreno de juego antes de mover mi ficha.

Me gustaba observar la intensión detrás del deseo en los cazadores, el arma que usarían y, sobre todo, cómo exhibirían su premio. ¿Lo pulirían antes de colocarlo junto al resto de las recompensas ganadas cada noche? ¿Le crearían un monumento al centro del museo, diferenciándolo del resto de galardones durante el tiempo que durara la exposición? ¿O lo convertirían en su obra predilecta, la única y más importante en su vida?

BaekHyun, uno de mis mejores amigos, quien se encontraba adueñándose de la pista de baile, soñaba con la última opción, con encontrar un hombre que lo adorara de pies a cabeza y quien estuviera dispuesto a envejecer a su lado.

Yo no. No tenía tiempo para ello.

Con la universidad, el trabajo y los talleres que ocupaban la mayoría de mi supuesto tiempo libre, no tenía espacio para una relación formal; no podía llamar y estar pendiente de mi pareja, ni ir a citas o celebrar aniversarios. Por lo que prefería estar soltero y evitar lastimarlos.

Pero tampoco quería ser el trofeo de nadie; aunque prefiriera tener aventuras de unas pocas horas para rascarme la picazón, no quería ser uno más en la lista de conquistas de algún tipo idiota y presumido como el que se estaba acercando a Baek en ese momento, sonriendo arrogante mientras sus amigos se reían y lo animaban desde la oscuridad.

Por ello prefería observar, para ser yo quien eligiera a mi acompañante y no caer en ninguna sucia o excesivamente sentimental red.

Rodando los ojos ante mi propia cháchara, saqué mi teléfono y le escribí un rápido mensaje a mi amigo, quien solo necesitó mirar ligeramente su reloj para leer lo que había enviado y así deshacerse de la escoria que lo estaba cortejando.

El tipo renegó ante la negativa de BaekHyun y regresó junto a sus amigos con los puños apretados, transformándose en la burla del grupo, mientras mi rubio y sensual amigo continuaba capturando miradas desde todos los ángulos.

Con suerte, alguien realmente interesante se le acercaría esta vez, y yo podría irme con la chica tímida de la esquina izquierda, o el tipo alto de cabello gris al otro lado de la barra.

Me encontraba pasando la mirada entre ambos, decidiendo cuál elegir, cuando noté a un hombre de traje oscuro mirándome fijamente.

Me quedé sin aliento.

Era hermoso. La intensidad de sus ojos, devastadora; sus labios, gruesos y esponjosos, serían la perdición de cualquiera; y su mandíbula, tan varonil y perfilada, me hizo salivar imaginándome cómo se sentiría besar cada pequeño trozo de aquella dorada piel.

¿Cómo demonios no lo había visto antes? ¿Acababa de llegar? Era imposible que alguien tan divino se me hubiera pasado desapercibido.

Él pareció leer mi mente, pues una suave sonrisa surcó sus labios antes de recostarse contra las sombras que volvieron a camuflarlo, haciendo alarde del perfecto escondite que casi parecía burlarse de mí.