Doce: Sabía que este día llegaría

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Desperté nuevamente solo.

Sacudí mi cabeza sin querer pensar en ello, me alisté y salí en dirección al teatro.

Esta era una semana importante. El sábado sería mi debut oficial como actor y no iba a dejar que nada...

—Lo sabía, los jeans te quedan de muerte.

...me distrajera.

Volteé y me encontré a SeHun apoyado en la pared del edificio, mirándome con la sonrisa pícara que parecía caracterizarlo.

—Gracias —dije y continué caminando.

Él volvió a seguirme sin problema.

—¿Quieres acompañarme a desayunar? —Propuso con una sonrisa.— Conozco un excelente lugar que-

—No, lo siento. Estoy ocupado —dije cortándole con una sonrisa semi-amable.

—Y por eso mismo debes asegurarte de tomar un nutritivo desayuno, seguro que con la presión de los ensayos te olvidas hasta de comer.

Mordí mi labio. Era cierto, tenía el día tan copado que no creía poder siquiera probar bocado.

—Vamos en mi auto, así no tardamos mucho —ofreció señalándome con la cabeza al auto gris estacionado en la esquina.

Cerré los ojos y suspiré antes de asentir.

—Gracias —le dije una vez en camino, él me guiñó con su sonrisa pícara.

—Es un placer cuidar de ti, KyungSoo.

Mi corazón dolió.






🎭·🖤·🪡






Estaba molido.

El director había entrado en crisis y nos había tenido ensayando todo el día, sin un solo descanso, como si ninguno de nosotros tuviera clases a las que asistir.

—Menos mal que esto acaba el sábado o terminaré desaprobando —comenté hacia JiHyun, mi compañera de escena mientras salíamos del auditorio.

Ella dejó caer sus hombros hacia delante y fingió llorar mientras avanzaba arrastrando los pies.

—Cuando tomé el papel, nadie me avisó que el Director era un tirano —renegó en un susurro para que nadie la escuchara.

Reí. Me encantaba eso de ella, tenía una cara tan inocente, pero era un demonio.

—Lo es, sobre todo cuando está estresado. Por eso NaYeon estuvo feliz de marcharse.

La punzada de molestia en el estómago que sentí al pronunciar su nombre se expandió borrando mi sonrisa.

—Quizá, pero se lamenta no poder actuar contigo —suspiró dejándome atónito.

—¿Ella te dijo eso?

Las ondas de esperanza inundaron mi cuerpo. JiHyun sonrió con pesar y negó.

—Lo siento.

Suspiré y seguí caminando, tomando un respiro con cada paso que daba para ayudarme a menguar la presión en mi pecho; pero mi mente se negaba a colaborar.

Entre sombras [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora