Siete: Me vuelves loco

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Un mes.

Pensé que serían solo unos días o un par de semanas, pero había pasado todo un mes y Sauron aún no mostraba su flamante ojo, lo cual comenzaba a desesperarme.

Las clases iban bien y mi pago por el trabajo realizado en el departamento llegó a tiempo para cubrir la mensualidad de la universidad y permitirme lidiar con algunas de las deudas que tenía encima, pero me sentía tan aburrido sin él.

El departamento se sentía enorme y vacío, sobre todo los fines de semana, cuando me tocaba regresar solo y quedarme dormido abrazando la almohada, sin opción a divertirme como antes: le había prometido ser fiel.

Aunque dudaba que él hiciera lo mismo.

Solo esperaba que el gigante Don Park sí lo fuera con BaekHyun y su relación no se tratara de un simple acuerdo, como la que tenía con mi Señor Oscuro. Aunque por la manera en la que el mayor miraba a Baek, y el que ya conocieran todo el uno del otro...

Yo ni siquiera sabía en qué trabajaba JongIn.

—¿Estás bien? —Cuestionó Dae en un susurro, sacándome de mis pensamientos.

Asentí y me pegué hacia él.

—¿Confías en él? —Susurré mirando al mayor, quien parecía encantado de escuchar y comentar el parloteo de nuestro amigo.

JongDae se encogió de hombros y continuó comiendo, sin darle importancia.

—Mientras sea feliz, no tengo problema —dijo con la boca llena—. Si lo veo llorar, entonces le cortaré las bolas —se encogió de hombros.

Sonreí, amaba a Dae.

Cuando terminamos de cenar, me encargué de la cuenta a pesar de las quejas de Park y me dispuse a despedirme de mis amigos, nada dispuesto a acompañarlos al club; pero el mayor me detuvo a medio camino aludiendo tener una sorpresa para nosotros.

Ni Dae ni yo estábamos emocionados: las ideas del mayor sobre diversión habían resultado ser aburridas y nada acorde con nuestros gustos; la mayoría solo parecían hechas para complacer a nuestro rubio amigo.

—Más vale que involucre mujeres hermosas, tragos y no solo geeks o definitivamente voy a golpearlo —susurró Dae hacia mí; reí.

Que Park fuera el CEO de una empresa de videojuegos podría ser un sueño para Baek, nuestro pequeño adicto, pero a Dae y a mí ya comenzaba a darnos urticaria.

—Solo sigámosle la corriente y luego nos largamos —dije comprobando mi celular—. El elenco ha mencionado un bar lleno de chicas bonitas, te llevaré ahí.

Él colocó una mano sobre su frente y fingió llorar.

—Tú sí eres un verdadero amigo —dramatizó haciéndome reír.

—Vamos, pequeños —dijo Park llamando nuestra atención.

Dae y yo rodamos los ojos con todas nuestras fuerzas. El grandulón solito se estaba buscando unos buenos golpes.

Subimos a su auto en silencio y nos mantuvimos así todo el viaje mientras escuchábamos a la parejita conversar amenamente, sorprendiéndonos de momentos por la actitud sumisa del mayor frente a las órdenes y especificaciones de BaekHyun.

—La personificación de "envuelto al rededor de su meñique" —susurró Dae hacia mí cuando finalmente bajamos del auto, asentí estremeciéndome.

No era Baek quien necesitaba protección, sino el gigante.

Pero tampoco se dejaba ayudar; llevarnos a una exposición de arte en un aburrido museo definitivamente no iba a convencernos de salvarlo del carácter de nuestro amigo.

Entre sombras [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora