Dos: Lo deseaba

685 111 91
                                    

Convertí mis manos en puños ayudándome a suprimir el llanto, manteniendo la mirada baja y los hombros caídos.

—Lo siento... —susurré quebrando mi voz.

—¿Por acostarte con él o por dejar que me enterara? —Espetó ella entre dientes, con una mirada fría fija en el horizonte.

Mordí mi labio inferior, sintiendo la tensión recorrer todo mi ser mientras endurecía cada uno de mis músculos. Solté un tembloroso suspiro, encogiéndome en mi lugar, ralentizando mi respuesta.

Ella bufó con una sonrisa irónica, bordeando lo cruel, y se puso de pie, lista para marcharse. Pero se detuvo a medio camino con los puños apretando su bolso.

—¿Por qué...? —Murmuró entre dientes.

Tragué con dificultad y levanté la mirada, mostrando pesar ante la lágrima que rodaba por su mejilla.

—Cuando las almas se tienen que encontrar... —susurré con un hilo de voz— el destino acerca los mundos, borra las distancias, une los caminos y desafía lo imposible...

Negué suavemente.

—No lo planee, YeoReum... Él vino a mí co-

—¡¿Cómo te atreves a eng-

Un fuerte golpe nos hizo saltar, deteniendo la escena.

Resoplé y dejé caer la cabeza mientras escuchaba al Director de la obra acercarse al escenario con pesados pasos hasta detenerse frente a nosotros con aspecto cansado y comenzar a descargar su ansiedad con dolorosas críticas hacia NaYeon, mi compañera de escena, quien no pudo evitar tomarse todo a pecho.

La humedad en sus ojos me hizo sentir un tanto incómodo.

—Hyung —hablé interrumpiéndolo—; lamento los inconvenientes —me incliné levemente en señal de respeto—. Practicaremos sin dormir y para mañana todo será perfecto, no te preocupes.

Él resopló y cerró los ojos al mismo tiempo que encajaba su mandíbula, visiblemente molesto.

—Fuera —espetó dándose la vuelta—. ¡PRODUCCIÓN! ¡¿DÓNDE ESTÁ LA UTILERÍA QUE PEDÍ!

Sin esperar un segundo más, tomé la mano de NaYeon y la llevé tras bambalinas, permitiéndole tomar un respiro y evitar que terminara de romperse en medio del escenario.

—Ya no puedo más —sollozó abrazándose a sí misma—; cada día parece más cruel.

Acaricié mis sienes con las yemas de los dedos y tome una respiración profunda.

—Cruel o no, te has equivocado demasiado y lo sabes —le aclaré tranquilamente—; tu personaje está siendo demasiado frío, condescendiente, y hoy me cortaste en medio del monólogo que venimos practicando hace días...

—Esa no es razón para que sea tan hosco —se quejó limpiándose el rastro de lágrimas de sus mejillas; suspiré y asentí.

Tenía razón; que los de último año de la carrera de Dirección y Dramaturgia estuvieran estresados debido a que ésta era la obra que debían presentar como parte de su Sustentación de Tesis, no les daba derecho a desquitarse con nosotros, sus actores. Sin embargo, entendía el punto de InSung, el Director de la obra: NaYeon estaba causando demasiados problemas.

—Ve a casa y descansa; mañana será un día pesado —dije antes de girarme hacia la salida, pero su mano en mi brazo me detuvo al instante.

—Pero... ¿no vamos a practicar juntos? —Cuestionó con sensualidad oculta en la máscara de inocencia que la caracterizaba, dando un paso hacia mí y acercando sus labios a mi cuello.— Dijiste que lo haríamos toda la noche...

Entre sombras [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora