Veinte: Ese era el plan

228 37 103
                                    

—Hablemos —pronunció KyungSoo con aquella voz grave suya y yo sentí mis piernas debilitarse.

Asentí y abrí el auto con el mando remoto. Él no tardó en subirse y ponerse el cinturón en lo que yo me estabilizaba lo suficiente para acercarme a la puerta del conductor e ingresar.

—¿Aquí o-

—Vamos a tu departamento —me cortó y estiró la mano para poner algo de música.

No discutí, se veía realmente furioso y parecía enojarse más con cada segundo que pasaba, así que solo seguí instrucciones. Una ves ahí, se bajó primero y caminó directamente hacia la puerta para abrirla con la copia de la llave que le había dejado a SiWon para que los menores pudieran usarla a su gusto. Al parecer ellos habían olvidado devolverla.

—¿Te has follado a alguien aquí desde que me fui? —Cuestionó directamente.

Me quedé boqueando como un pez ante lo directo que volvía a ser el pelinegro.

—No —respondí soltando el aire que no noté había estado sosteniendo—. No he estado involucrado sexualmente con nadie desde que terminamos —confesé.

Él asintió ingresando y comenzando a subir las escaleras.

—¿Tu noviecito no se ha quedado a acompañarte desde que me fui entonces? —Volvió a soltar y yo casi pierdo un paso ante sus palabras.

—No tengo ningún "noviecito", KyungSoo —declaré usando mis dedos para enfatizar las comillas.

—Y TaeMin qué es entonces, ¿tu prometido? ¿Tu esposo? Dijiste que querías pasar tu vida conmigo pero parece que somos varios quienes recibimos ese discurso —soltó con tanta amargura que quise lanzarme por la ventana hacia mi auto e ir a ahorcar al maldito rubio.

—No sé que te habrá dicho o sugerido él, pero no es así, ¿de acuerdo? Taemin ya está casado y-

—Así que sales con hombres casados... Es por eso que demorabas tanto en regresar a Seoul, ¿cierto? Tenías que estar con tus amantes o huyendo de sus maridos.

Bufé y sonreí sin una pizca de gracia, preguntándome si debía intentar hablar nuevamente con el hombre al que amaba o solo dejar que piense lo peor de mí para que le sea más fácil seguir con su vida y olvidarme.

—¿No vas a decir nada? ¿No intentarás defenderte? —Me encaró alzando la voz.

—No lo sé, KyungSoo, ¿debería? ¿Me creerías?

Él se encogió de hombros.

—¿Debería acaso confesar que TaeMin es el primo idiota que vive para molestarme pero que se preocupa tanto por mí que según él quiso medirte para ver lo que aún sientes por mí? —Solté de paporreta.— ¿Debería aclarar que él es un coqueto empedernido y está casado hace diez años con un hombre al que adora pero que no puede ver seguido así que se pega a nosotros contra nuestra voluntad?

El menor parpadeó como intentando comprender mis palabras.

—¿Te referías a ese amante? ¿O a Key, quien lleva quince años con su pareja, un compositor que tiene que esperar el tiempo que nos lleva armar y exponer una colección antes de volver a verlo?

Di un paso hacia él sin poder evitarlo.

—Tú has visto lo que hacemos aquí y cuanto nos lleva, KyungSoo, y has vivido también la dura espera cuando aún estábamos juntos, sabes la desolación que puede causar y es de ambos lados. Nosotros no estamos aquí jugando con amantes, o lo que sea que creas, sino tomando turnos nocturnos para intentar terminar pronto y así volver antes a casa.

Entre sombras [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora