Sacudí la cabeza librándome del encanto del Señor Tenebroso y, a pesar del poco espacio que tenía, comencé a escribir un rápido mensaje a mi rubio amigo, advirtiéndole del gigante que estaba caminando hacia él.
Baek leyó mi aviso y vi orgulloso como le gruñía al idiota presumido. Pero para la sorpresa de ambos, el tipo solo rió con su ataque y continuó hablando con él como si nada, animándose incluso a bailar con mi amigo sin que le importara hacer el ridículo.
—Es inofensivo —dijo el hombre dorado rodeando mi cintura con uno de sus brazos, mientras el otro continuaba apoyado contra la pared—. Tu amigo tiene más posibilidad de hacerle daño al mío qu-
—Baek jamás lastimaría a alguien —le corté entre dientes, ofendido.
—¿Y qué hay de ti? —Cuestionó con una suave sonrisa.
Aparté la mirada.
—Yo sí —dije honestamente antes de volver a fijarme en mis amigos.
No podía localizar a JongDae y BaekHyun se encontraba riendo con lo que sea que el tonto gigante estaba diciendo. Debía aceptar que no parecía tan malo después de todo.
—¿Cómo? —Oí preguntar al Dios de las Sombras; fruncí el ceño y volteé el rostro hacia él.
—¿Cómo qué? —Interrogué perdido.
—Cómo me lastimarías —dijo continuando con la conversación.
Resoplé y decidí ser honesto. Si el hombre me había gustado lo suficiente como para acostarme varias veces con él, le debía al menos la verdad.
—Solo busco sexo, no tengo tiempo o interés en mantener algo más serio —solté encogiéndome de hombros—. Si espera más de mí, terminaría hiriéndolo.
Él asintió tranquilo y dio un paso más cerca.
—¿Por qué? —Cuestionó inclinando ligeramente la cabeza. Fruncí el ceño sin comprenderlo.— Dices que no tienes interés en...
—Ahh —asentí—. Tengo cosas más importantes de las que encargarme, por eso.
—¿Cómo cuales? —Insistió, rodé los ojos.
—Como buscar un maldito lugar donde dormir esta noche —renegué notando que la persona con quien se supone debía irme había desaparecido.
Maldito JongDae y su calentura; y estúpido yo por ayudarle.
No podía gastar dinero en un hotel, tendría que ir a un sauna y pasar la noche ahí. Ya mañana, después de mi turno en la cafetería, buscaría un rincón para quedarme. También tendría que ir a recoger mis cosas del dormitorio antes de que mi tonto compañero de cuarto las rompa o algo, pero tendría que ser cuando él no esté ahí o me golpearía.
Mierda, mi abdomen aún se sentía sensible tras el puñetazo de hoy.
Me aparté de la prisión que me rodeaba, acabé mi vaso de un solo trago y me acerqué a dejarlo sobre la barra antes de regresar a mi lugar entre las sombras, aún pensando en qué hacer.
Sentí un golpecito en mi hombro que volvió a sobresaltarme, notando que me había perdido tanto en mis pensamientos al punto de olvidar que estaba hablando con el hermoso Dios de Oro.
—Disculpe, ¿qué? —Dije volviendo a centrarme en él.
Él sonrió divertido, viéndose aún más guapo que antes y volvió a rodearme con un brazo en mi cintura y el otro en mi cadera, acercándome aún más a su cuerpo.
—Te ofrecí venir conmigo —dijo mirándome fijamente—; ¿aceptas?
—¡KYUNG!
Me sobresalté ante el grito y me separé del señor tenebroso para girar hacia mi amigo, quien se acercó a mí con una enorme sonrisa.
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Entre sombras [KaiSoo]
RomanceDo KyungSoo es un chico enfocado en su carrera, sin tiempo para una relación seria, por lo que prefiere disfrutar de aventuras de una sola noche que solo le ayuden a relajarse. Sin embargo, cuando un hombre hermoso, con una mirada tan intensa que lo...