Todos realmente me amaron.
Todos.
Todos dijeron lo hermoso que yo era y lo felices que se sentían de que JongIn me haya encontrado.
No, no JongIn.
Kai.
Habían cosas en el mundo de las cuales no tenía mucho conocimiento, como política, economía, biología, entre otras. Conceptos generales que nunca me tomé el tiempo de entender.
Pero habían cosas que, aún siendo alguien normalmente ajeno a esos temas, conocía.
Sabía el nombre del senador más importante de nuestro país, conocía quién era el magnate más rico de nuestro continente, leí sobre la mujer más influyente en la organización de los derechos humanos a nivel internacional y, por supuesto, había oído hablar del Diseñador de Modas más reconocido al rededor de todo el mundo.
Kai.
Simplemente no sabía que había estado durmiendo con él.
Ahora el closet lleno de ropa tenía muchísimo más sentido.
De todos los posibles escenarios que imaginé encontrar cuando nos bajamos del auto esa mañana, no esperé ser presentado a todos sus trabajadores dentro de la sucursal textil que tenía en Seúl, ni tener que fingir una sonrisa mientras tomaban mis medidas y sacaban algunas fotos de mi rostro. Probarme ropa nueva que Kai había diseñado para mí durante su viaje fue la cereza del más extraño y glamoroso pastel.
Lo peor de todo, fue que el único que se dio cuenta de que yo no tenía idea de lo que estaba pasando, y quien tuvo que decirme quién era el hermoso Dios Dorado en realidad, fue Choi SiWon, el Señor Chofer/Jefe de Seguridad de Kai/Director de Recursos Humanos/Futura víctima de mi furia, quien casi pareció complacido con mi desconcierto.
No conocí a su familia. Ni sus amigos.
Quizá fue estúpido de mi parte, pero un pequeño rincón en mi mente creyó que lo haría, que "Todos" se refería a las personas importantes en su vida.
No que sus trabajadores y colegas no fueran importantes.
Dios, me sentía patético.
Que yo hubiera desarrollado sentimientos por él no lo obligaba a quererme también.
—¿Tienes hambre? —Preguntó el Señor Chofer acercándose con dos tazones de ramen en las manos, ofreciéndome uno con su seriedad de siempre.
Suspiré y tomé el embace con una leve reverencia.
—¿El Señor Kim no va a comer? —Pregunté observando al nombrado riendo con su personal al fondo de la sala de producción.
—Ya lo hizo —declaró separando sus palillos—; salió mientras tomaban tus medidas.
Bufé con una sonrisa para ocultar la punzada en mi pecho.
¿Qué demonios estaba esperando? Yo era un empleado más, no su novio.
Destapé el tazón y me senté en el piso a comer, podrían gritarme luego por ensuciar el traje.
El Señor Choi se sentó a mi lado, comenzando a almorzar en silencio.
El recelo en su mirada había disminuido.
🎭·🖤·🪡
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Entre sombras [KaiSoo]
RomanceDo KyungSoo es un chico enfocado en su carrera, sin tiempo para una relación seria, por lo que prefiere disfrutar de aventuras de una sola noche que solo le ayuden a relajarse. Sin embargo, cuando un hombre hermoso, con una mirada tan intensa que lo...