Catorce: Vuelve conmigo

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Necesitaba acercarme a él, necesitaba hablar con KyungSoo y explicarle como sucedió todo desde mi perspectiva. Luego, obviamente, le preguntaría su punto de vista y entonces todo estaría bien, podríamos entendernos de nuevo.

Era un gran plan.

Lo único que debía hacer ahora era deshacerme de los sabuesos que lo protegían y cuyo único propósito era mantenerlo alejado de mí.

ChanYeol prometió distraer a su novio, SiWon cedió y aceptó darme cinco minutos después de que me mostré dispuesto a arrodillarme en la acera con el traje marfil de la colección Primavera 2020 de Dior, el cual sabía era uno de mis favoritos. Ahora solo quedaba el tercer sabueso, el más duro de roer.

No supe cuándo se había hecho tan buen amigo de KyungSoo y odiaba verlo siempre cerca; saliendo a almorzar con él, bromeando y pasando el rato como si se conocieran de toda la vida, yendo a clubes exclusivos e incluso bailando juntos.

Lo detestaba.

Apenas arreglara este asunto, me encargaría de obligarlo a desaparecer.

Respirando profundamente, caminé hacia el hombre de cabello negro, hombros anchos, altura superior a la mía pero sin sobrepasar a Yeol, piel pálida y cejas expresivas, y me coloqué a su lado junto a la barra, observándolo fijamente mientras lo escuchaba pedir un par de cocteles y una cerveza.

—Agréguelo a mi cuenta y sírvame un whisky en las rocas —ordené al barman entregando mi tarjeta de crédito.

—No es necesario que pagues —dijo el pelinegro observándome de forma adusta, como siempre, antes de sacar su propia billetera.

—No quiero que JunMyeon se enoje conmigo por no cuidar de su niño juguete —me encogí de hombros con una sonrisa burlona surcando mis labios.

Estaba siendo un idiota y aquello no iba a ayudar en mi objetivo, pero no podía evitar sentirme molesto al percibir el suave aroma de KyungSoo desprender de él.

—¿Qué haces aquí? —Cuestionó el más alto apoyándose en el bar, apartando la mirada de mí.

—Estaba de pasada —mentí con una sonrisa socarrona, tomando un trago de mi bebida.

—Deja de seguir a Kyung o me encargaré de archivar una orden de alejamiento en tu contra —amenazó con desdén.

—SeHun... —Advertí furioso.

—JongIn... —Imitó enfrentando nuestras miradas.

Encajé la mandíbula deseando recitarle todos los insultos que me sabía y lanzar un puñetazo directo a la sonrisa pretenciosa que comenzaba a formársele en los labios; pero me contuve pensando en lo mucho que KyungSoo parecía apreciar al maldito juguete.

Cerré los ojos un momento y respiré profundo antes de volver a centrarme en SeHun.

—Por favor... —pedí intentando no ahogarme con la ansiedad.— Solo unos minutos, necesito... necesito hablar con él.

El menor alzó una ceja, observándome con suma atención, suspiró e hizo un delicado paneo con su mano en dirección a KyungSoo.

No pude evitar sonreír con alivio. Me arreglé el saco, volví a tomar una respiración profunda y comencé a caminar hacia el centro de la pista de baile con el ceño fruncido, necesitando que las personas entre mi musa y yo se alejaran de mi camino. Mas ellos no parecían entender el mensaje, algunos incluso osaron pegarse a mí, queriendo tocarme.

Solo había un hombre cuyas manos me interesaba tener sobre mi cuerpo, y necesitaba hacer que me notara.

Le gruñí a los extraños que nos rodeaban y me aclaré la garganta por sobre el sonido de la música un par de veces hasta que logré captar la atención de KyungSoo.

Entre sombras [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora